San José, 1 Jul (Elpaís.cr) – Los llamados “gavilanes de la tierra” afectan a más de 400 familias campesinas en el cantón de Sarapiquí, provincia de Heredia, dedicándose a estafar a los campesinos en las zonas que son principalmente rurales.
Son hombres que hacen recordar la imagen de caudillos, que generalmente andan armados, que van a los bares frecuentados por los pobladores y que su presencia en las comunidades es esperanzadora, seduciendo a las mujeres y cobrando a los dueños de las propiedades por supuestas titulaciones de sus tierras que no llegarán.
La diputada Marlene Madrigal, del Partido Acción Ciudadana (PAC), y el Movimiento Realidad Popular (MRP) constataron a Elpaís.cr la presencia de este grupo de personas y la afectación a las comunidades.
“Cada una de las familias de la comunidad da aproximadamente 30 mil colones por mes a cada gavilán; es decir, estamos hablando de que esto es una gran piñata para estas personas”, señaló la legisladora del PAC.
Según la diputada, algunos familiares de la comunidad de Fuente Millón de Sarapiquí, le han mostrado recibos que constan de familias que han pagado desde 30 mil hasta 250 mil colones por mes para que tengan derecho a trabajar esas tierras.
Estas personas “con una inteligencia emocional increíble”, según la congresista, amenazan a las trabajadores con desalojarlos de las parcelas si no cumplen con la mensualidad establecida.
Actualmente la diputada está investigando varios casos presentes en la comunidad de Fuente Millón, mientras que MRP trabaja con familias campesinas de Naranjal que sufren estos males.
Hay dos razones claves para explicar la efectividad de estas estafas: una económica y otra simbólica.
Según Carlos Umaña, líder comunal y activista en la zona, los antepasados forjaron a las actuales generaciones de campesinos la idea del surgimiento social a partir de la posesión de tierras.
Desde el punto de vista económico esta es la única salida que ellos ven para salir de la pobreza.
Los gavilanes logran sus objetivos utilizando el poder de la palabra, con discursos llenos de mensajes que juegan con el deseo material de las familias de quedarse con el suelo que sus familias han trabajado toda su vida.
“Usan un discurso estatista y basado en tecnicismos, donde crean una prédica que crea una ilusión al campesino y este queda deslumbrado ante el gavilán”, agregó Umaña.
Pero los gavilanes no trabajan solos y generalmente utilizan la figura de un abogado para cuidarse de ser acusados como estafadores y aprovechar los huecos existentes en los marcos legales para poder ejercer sus fines.
La persuasión que ellos logran llega al nivel en que logran movilizar a cientos de campesinos por medio de asambleas que logran reunir a las familias y son lideradas por el gavilán.
Miembros del MRP le contaron a Elpaís.cr que es común que estas personas logren convencer a los agricultores para que vayan a la Asamblea Legislativa a dar propuestas risibles.
El año anterior, según cuentan dirigentes de este movimiento, cientos de campesinos fueron al Congreso y pidieron a los diputados una donación de 1500 hectáreas de las tierras de Sarapiquí para ejecutar un plan que los iba a convertir, según los gavilanes, en el pulmón del mundo.
Así, parte de lo que creían, los vecinos argumentaban que países del primer mundo iban a comprar oxígeno al país gracias a ese proyecto y estimaban, en ese momento, que sus ganancias en 17 millones anuales para cada uno.
“¡Es una estafa tremenda! En Fuente Millón hay aproximadamente 400 familias que trabajan estos territorios y que se ven afectadas día a día con esta realidad”, enfatizó la diputada Madrigal.
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San José, 5 Feb (elPaís.cr).- La manera de