Obispo Auxiliar, Gregorio Rosa Chávez.
San Salvador, 1 feb (dpa) – La Iglesia católica salvadoreña confirmó hoy que «se está dialogando» con las bases de las pandillas o maras violentas y al mismo tiempo pidió «un cambio de enfoque» en la solución de la problemática de la criminalidad que agobia a El Salvador.
Monseñor Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de la arquidiócesis de San Salvador, aseguró que los pandilleros «son jóvenes que tienen derechos, tienen familias y necesitan ser escuchados», al ahondar sobre el tema del diálogo con las pandillas.
De acuerdo a estudios locales y encuestas, oficialmente y en general para la mayoría de la sociedad salvadoreña, las pandillas son las causantes de los más grandes y graves crímenes, como homicidios, masacres, violaciones sexuales, secuestros y extorsiones.
«La iglesia, que tiene una sola voz que en este momento es la que estoy presentando a ustedes, insiste en que hay que buscar un cambio de actitud. ¿Cómo? Por ejemplo, en la base uno tiene a los pandilleros a las puertas de las parroquias y conocemos a la gente que está en eso, a sus familias, nos buscan, ahí es donde hay un trabajo en la base, que está a flor de piel», apuntó el segundo jerarca de los católicos de El Salvador.
El gobierno y el parlamento lograron consenso el pasado jueves para aprobar modificaciones en las leyes penales para endurecer y agilizar los proceso investigativos y judiciales en contra de personas que atenten contra agentes de seguridad del Estado y que cometan graves delitos como asesinatos, secuestros y violaciones sexuales.
Monseñor Rosa Chávez aseguró que todos los obispos y miembros del clero local están de acuerdo en que se debe impulsar un diálogo en el que «debe haber un cambio de enfoque hacia una mentalidad diferente» y aclaró que es una decisión en la que están de acuerdo todos los miembros de la iglesia católica y sus obispos; enfoque respecto del cual el religioso dice tener el aval del papa Francisco, como máximo jefe de los católicos en el mundo.
A finales de enero también se dio a conocer que el liderazgo de las pandillas o maras había acordado llevar adelante una segunda tregua con la finalidad de desmontar la violencia que afecta a El Salvador y que lo mantiene como uno de los tres países más peligroso del mundo, por sus altas tasas de homicidios superiores de 60 por cada 100.000 habitantes.
La primera tregua entre las maras iniciada en marzo de 2012 logró reducir los asesinatos de 15 a 5 diarios. Este proceso duró 15 meses porque no obtuvo consenso social ni apoyo político, sino duras críticas, según apuntan observadores locales.
El obispo auxiliar dijo que ya se están dando acciones «desde las bases», a través del diálogo, pero enfatizó que no se trata de negociaciones.
En coincidencia con lo que aseveró el ex guerrillero Raúl Mijango, quien fuera mediador en la primera tregua (2012), monseñor Rosa Chávez apuntó que para que haya solución al tema de la violencia, los pandilleros «tienen derecho a ser incluidos, a ser escuchados; son personas, tienen familias».
Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas (ONU), en un artículo de opinión sobre la violencia en Centroamérica, aseguraba que en El Salvador en un día habían sido asesinadas 22 personas, lo que equivale a que en Estados Unidos hubieran ocurrido 1.050 homicidios en 24 horas.