El Cairo, 24 feb (dpa) – El ex primer ministro egipcio Ahmed Nasif y el ex ministro del Interior Habib al Adli, ambos activos durante el régimen del ex presidente Hosni Mubarak, fueron absueltos hoy de los cargos de corrupción por los que habían sido condenados a prisión en un proceso en 2011.
Durante el proceso de apelación, ambos fueron absueltos de las acusaciones de malversación de bienes públicos por pagar precios excesivos a la firma alemana Utsch por la compra de matrículas de automóviles en un contrato cerrado en 2008.
Al Adli había sido condenado en 2011 a cinco años de prisión por enriquecimiento ilícito y Nasif a un año de prisión en suspenso, la misma pena que también le fue impuesta entonces a un representante alemán de la firma Utsch.
La empresa Utsch AG había considerado esa condena «arbitraria» y negado las acusaciones de corrupción. La empresa recibió del gobierno egipcio el encargo de fabricar nueve millones de matrículas para automóviles por casi 25 millones de euros.
El abogado de Al Adly anunció que pedirá la salida en libertad de su cliente dado que no quedan cargos pendientes en su contra, le citó el diario estatal «Al Ahram».
Ya en noviembre fue archivado un proceso contra el ex presidente Mubarak y contra Al Adli por su supuesta responsabilidad en la muerte de cientos de manifestantes en las protestas de 2011.
Las últimas absoluciones de funcionarios de Mubarak coinciden con una serie de fuertes sentencias contra activistas prodemocráticos. El lunes el conocido activista Alaa Abdel Fattah, fue condenado a cinco años de cárcel por participar en una protesta no autorizada contra los juicios militares a civiles. Otros 22 acusados recibieron penas de tres a cinco años de cárcel.
A comienzos de mes 230 activistas fueron condenados a cadena perpetua con enfrentamientos con la policía a finales de 2011. Según Amnistía Internacional, 17 manifestantes murieron en esos enfrentamientos.
Las autoridades han reprimido protestas desde mediados de 2013, cuando el entonces jefe del Ejército Abdel Fattah al Sisi, ahora presidente, derrocó al entonces presidente islamista Mohamed Mursi tras manifestaciones masivas en su contra.