Columna Poliédrica
Recientemente se han dado varios hechos en el ámbito nacional, en que han trascendido fotografías de personas desnudas en las redes sociales. Hace algún tiempo se había dado el caso de un vídeo en que una persona aparecía en ropa interior y manifestando una serie de frases provocativas dirigidas a otra persona que, al parecer, tenía el sobrenombre de “Pequis”.
Ante este tipo de situaciones uno se pregunta: ¿Por qué los seres humanos tienen la necesidad de fotografiarse chingos? ¿Cuáles son las motivaciones o razones para que una persona necesite hacer este tipo de acciones? ¿Se trata de una necesidad sicológica o responde a una conducta inducida socialmente? ¿Por qué esta conducta, pareciera, se ha incrementado más en los últimos tiempos?
Desde el principio de estas líneas quiero dejar claro que no vamos analizar el tema jurídico que hay detrás de este asunto. En mi caso resulta claro que si una persona tiene fotografías en un dispositivo de almacenamiento electrónico y le es sustraída la información allí contenida, estamos ante un hecho ilícito que debe ser sancionado; sin embargo, la cosa es diferente cuando la persona por su propia voluntad, decide exponer la información y en concreto fotografías íntimas, en cualquiera de los sitios que existen en la Word Wide Web.
La voluntad tiene una importancia medular en este tipo de casos, ya que puede definir si estamos en presencia de un delito o no. Se ha dicho hasta la saciedad que cualquier información que una persona coloque en la internet, tiene altas probabilidades de poder ser accesada por otra persona en cualquier parte del planeta; sin embargo, tampoco es lo mismo colocar la información en un sitio en que se requiere el acceso por medio de contraseñas a hacerlo en otros sitios en que no hay restricciones y cualquier persona puede visualizarlos abiertamente.
La sustracción de información de los sitios en que se requiere contraseña para ser accesado, ha sido considerado como un hecho ilícito. Por el contrario, cuando ha sido la persona la que ha expuesto su información al público, por error o voluntariamente, se ha considerado que tiene que asumir las consecuencias de ese tipo de acciones dolosas o culposas.
Como se observa, todas estas hipótesis tienen en común que la información almacenada, fotos, vídeos, audio, texto, etc., ha sido creada por la persona que posteriormente es perjudicada por la difusión que se hace en internet. No obstante, se ha venido dando también la situación en que la persona es fotografiada, filmada o grabada sin su consentimiento y después el archivo digital correspondiente, es difundido por medio de la internet por terceros y con el perjuicio correspondiente para la persona que no consintió o no se percató del hecho.
Existen otros supuestos de hecho que se podrían analizar en relación con este tipo de situaciones, sin embargo, insistimos, aquí no nos interesa el tema jurídico. Lo que queremos es intentar responder a la pregunta: ¿Por qué una persona tiene la necesidad de fotografiarse a sí misma desnuda ?
Se podría plantear una primera hipótesis que consiste en una necesidad de carácter estético. La persona se fotografía para detectar qué partes de su cuerpo no coinciden con el estereotipo de belleza femenina o masculina imperante en la sociedad occidental, es decir, con base en la fotografía de su propio cuerpo puede comparar características de un modelo ideal o de personas reales y a partir de esa comparación, intentar corregir aquellas características que no están acorde o se alejan del ideal.
Si se trata de una mujer, puede ser que la fotografía que ella misma se hizo evidencie que su nariz está torcida, que sus senos o sus glúteos no están acorde con las medidas que la sociedad exige, que sus piernas son más delgadas o más gruesas que el promedio, en fin; si por el contrario se trata de un hombre, la fotografía puede mostrar que sus orejas son más grandes de lo normal, que tiene los dientes torcidos, que su abdomen no está definido como un tablero, que su miembro reproductor no cumple con el tamaño promedio o que tiene más pelos de la cuenta. ¡En fin!
Los criterios que hemos señalado y otros que se podrían indicar, nos lleva a la conclusión que existe una motivación más allá del criterio estético. En efecto, la necesidad de la persona de fotografiarse desnuda, no tendría como objetivo una necesidad estética sino que busca saciar algo más profundo; en ese sentido, dado que hemos descartado la primera hipótesis, podríamos ensayar una segunda hipótesis relacionada con mito de Narciso.
En la mitología antigua encontramos tres versiones de este mito, sin embargo, la más conocida es la escrita por Ovidio en el tercer libro de “Las Metamorfosis” en el año 43 A. C. Resumidamente, de acuerdo con este texto, se cuenta que Narciso fue tentado por Afrodita a contemplar su imagen en la superficie del agua y al verla reflejada, sintió una fascinación por su propia imagen de la que no pudo sustraerse; consiguientemente, al no poder tocar ni abrazar al ser que veía reflejado en el agua, Narciso quedó subyugado por la bella imagen de sí mismo al punto que se retrajo de toda posible relación amorosa con otros seres y también dejó de atender sus propias necesidades básicas, con lo cual su cuerpo se fue consumiendo para terminar convertido en la flor que hoy día lleva su nombre.
En consecuencia, este tipo de conducta está relacionada con lo que muchos años después y basándose en el mito de Narciso, Sigmund Freud denominó como una personalidad narcisista. Se trata de personas que viven enamoradas de sí mismas pero necesitan ser admiradas y aduladas, se consideran las personas más bellas, inteligentes y perfectas, pero viven preocupadas por el reconocimiento externo y requieren ser el centro de atención de los demás.
Según los autores que han estudiado esta conducta, la persona que presenta esta personalidad narcisista suele aparentar una gran autoestima, se presenta como una persona muy segura, que sabe lo que quiere y completamente resuelta. Sin embargo, en la realidad esta conducta esconde un vacío interno y una serie de carencias que lleva a los narcisistas a mirarse continuamente en el agua, en el espejo, en lo que piensan los demás de ellos o como en nuestro caso, a fotografiarse en su desnudez para ver a la persona de la que están enamorados.
El narcisismo, por tanto, pareciera ser la razón que lleva a las personas a fotografiarse desnudas para contemplarse, una y otra vez, en un proceso enfermizo de adulación propia que llega a esos extremos. No basta con contemplarse en la imagen efímera del espejo, sino que el narcisismo exige una imagen permanente que pueda ser admirada de manera continua y sin cambios; empero, el narcisismo más exacerbado requiere, en la actualidad, del mayor reconocimiento posible y por ello no dudan en utilizar la internet para tales efectos.
En todo caso y para lo que interesa a estas líneas, debemos dejar constancia que en el origen de la mayoría de escándalos sobre la publicación de archivos digitales íntimos, lo que está en la base de la mayoría de los casos es la conducta narcisista de las personas perjudicadas. Dicho de otro modo, sin narcisismo no hay material para el escarnio y la exposición pública; salvo en los casos en que las fotografías, el vídeo o el audio hayan sido creados por un tercero y sin el consentimiento de la persona perjudicada, en cuyo caso estamos en una evidente violación de su intimidad e imagen .
El narcisismo siempre ha existido, pero con el auge de las redes sociales ha quedado en evidencia que es un mal padecido por muchas personas. Ahora bien, quizás todos tenemos algo de narcisistas y ello se manifiesta de diferentes formas en nuestra vida; por ello, al final, el problema se resume no tanto en no padecerlo sino en tener consciencia de nuestro propio narcisismo.
(*) Andi Mirom es Filósofo
6 Comments
Jesús
El exhibicionismo y el narcisismo, además de que es rico andar desnudo, es como sacar ese animal salvaje, es como sentirse expuesto y vulnerable pero a la vez auténtico y en sintonía con la naturaleza.
Si no fuéramos tan morbosos con nuestro cuerpo y sobre todo con el los demás, no pasaría nada. Un cuerpo desnudo es bello si queremos verlo bello, lo que pasa es que escondemos esa belleza y nos quedamos con el clisé de lo que es bello, porque tapamos nuestro cuerpo, y ese clisé dice que bello solo es un cuerpo joven, tonificado y proporcionado. Pero hay belleza en un cuerpo maduro, sin duda la hay.
Pepe Vallecillos
La filosofia de la vida ,chico !! diria Jose Candelario Tres Patines.
No soy de fotografiarme desnudo,pero te confieso que luego de una ducha, en la intimidad del hogar ,de cuando en vez,me da por andar desnudo en casa y jardin.Nada como recordar que chingo vine al mundo y chingo me ire !!
Alberto Sibaja Rojas
Ciertamente, al final, todos tenemos algo de narcisistas. No obstante, hay gente que ni siquiera se percata de ello. Y leyendo a los que aquí comentan, no queda más que decir: ¡Que viva la chingura!
Jesús
Me alegra que estemos de acuerdo en algo, en un pueblo de nudistas nadie demandaría a nadie porque lo vió chingo, nadie le robaría una foto a una modelo chinga porque ya la ha visto chinga, y no sería negocio pasar fotos de famosas chingas…porque ya las habríamos visto chingas. El cuerpo humano es bello todo, no tiene partes menos bellas o partes que hay que esconder, yo imagino que Dios no tubo verguenza cuando nos hizo los genitales.
José Salazar
No exageremos Jesús. Hay chingas lindísismas. Pero hay «chingos» que válfgame Dios!!. Mejor dejemos que cada uno se arriesgue al mostrar sus chingueses.
Alberto Sibaja Rojas
¡Que bueno! A como van los comentarios ahorita se conforma la asociación «Chingos de Costa Rica» y se convoca a una manifestación en la que todos vayan como Dios los trajo al mundo. El requisito para ingresar a la asociación es ir a ver la obra de teatro: «Chingos o nada».