Río de Janeiro, 22 abr (EFE).- Diversos ex presidentes, empresarios y académicos internacionales solicitaron hoy en Río de Janeiro un cambio radical en las distintas políticas nacionales en la lucha contra las drogas, toda vez que la criminalización del consumo ha resultado más perjudicial que efectiva.
«No hay solución a la drogadicción, pero a veces el enfoque del problema es peor que la solución», señaló el multimillonario estadounidense George Soros, fundador y director de la Open Society Foundation, que defiende un cambio en las legislaciones para regularizar el uso de las drogas.
La expresidenta de Suiza y actual miembro de la Comisión Global de Política de Drogas Ruth Dreifuss manifestó, por su parte, que es necesario «experimentar» si se quiere cambiar la actual situación, ya que «lo arriesgado es no tratar de solventar los problemas».
Pese a las reticencias que puedan surgir de los grupos más conservadores, Dreifuss sentenció que «ha llegado el momento de despenalizar el consumo».
De acuerdo con Ethan Nadelamann, fundador y director ejecutivo de la estadounidense Drug Policy Alliance, «las políticas antidrogas deberían buscar reducir los daños», tanto de las sustancias como de una actuación represiva por parte de las autoridades que puede acabar teniendo graves consecuencias.
«Hay víctimas que son inocentes», señaló el expresidente de Brasil y presidente de la Comisión Global de Política de Drogas, el sociólogo Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), un acérrimo defensor de la despenalización.
Cardoso recordaba así al niño de diez años Eduardo de Jesús Ferreira, cuya reciente muerte durante una acción policial en el Complejo de Alemão, un conjunto de favelas en la zona norte de Río de Janeiro, se convirtió en todo un símbolo de las protestas en contra de los abusos de la Policía en las barriadas pobres de la ciudad.
«Perdimos la guerra de las drogas», sentenció el profesor de psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad Federal de Sao Paulo Dartiu Xavier de Silveira.
En el mismo sentido se expresó el presidente de la Comisión Asesora sobre Política de Drogas del Gobierno de Colombia, Daniel Mejía, al resaltar que «los que ganan con la prohibición son los traficantes».
De acuerdo con la Comisión Global de Política de Drogas, la guerra contra las drogas no sólo está resultando poco efectiva, sino que además está provocando un sinfín de víctimas colaterales, desde consumidores a pacientes, que sufren con la criminalización del uso de estupefacientes.
Actualmente «es difícil el acceso a la morfina y la gente está sufriendo, porque proviene de la misma planta que la heroína», recordó Dreifuss, quien elogió la actual legislación helvética que lejos de perseguir al consumidor ofrece tratamientos e instalaciones seguras a los adictos, considerados allí más víctimas que culpables.
Además, analizó Cardoso, el actual planteamiento general acaba generando situaciones de injusticia social.
«En Brasil si se es pobre, mujer y negra, se va a la cárcel», dijo el expresidente, que además denunció la ambigüedad de la legislación del gigante suramericano que provoca que en numerosas ocasiones se considere a los casos de posesión de drogas como casos de tráfico que conllevan penas de prisión.
«No vamos a conseguir todo de una vez, pero al menos estamos pidiendo que el consumidor de marihuana no vaya a la cárcel», concluyó Cardoso, quien puntualizó que «hay que distinguir entre la criminalización y la despenalización»; pero que al fin y al cabo ese debe ser «el mínimo necesario».
Ante esta situación, la Open Society Foundation aboga por la regularización del uso de estupefacientes ya que es menos peligroso su consumo controlado que dejarlo en manos de las mafias. EFE