Berlín, 11 may (dpa) – Josep Guardiola respondió hoy con calma todas las preguntas sobre el «milagro» que necesita su Bayern Múnich mañana ante el Barcelona, pero se exaltó cuando los periodistas aludieron a su futuro personal o a su prestigio como técnico.
«No estoy aquí para ser el mejor técnico del mundo. Eso es una mierda. Soy feliz aquí y quiero ayudar a este equipo», lanzó en una sala de prensa donde flotaba una pregunta: ¿Decidirá la semifinal de Liga de Campeones europea la suerte del español en Alemania?
La presión sobre Guardiola es inédita desde su llegada al Bayern en 2013. El equipo ya cayó el año pasado en semifinales de Liga de Campeones ante el Real Madrid por un 5-0 global, pero entonces llegó a la vuelta con esperanzas tras perder 1-0.
El 3-0 en Barcelona deja ahora casi sentenciada la eliminatoria. Más que en el partido, la atención se centró así en el técnico, que además viene de encadenar cuatro derrotas -la peor racha de su carrera- y de quedar fuera de la Copa Alemana en semifinales.
Guardiola, que tantas experiencias nuevas vivió desde su llegada al Bayern en 2013, sumó ahora la de ser foco de críticas y rumores.
Sobre todo las especulaciones con su marcha al Manchester City inglés cobraron fuerza el fin de semana cuando el ex internacional alemán Dietmar Hamann, comentarista en la cadena Sky, aseguró que había «negociaciones avanzadas» y que el técnico saldría «muy probablemente» ya a fin de temporada.
«Chicos, ya lo dije 200 millones de veces: tengo un año más de contrato», respondió hoy Guardiola frotándose la cabeza con resignación. «La próxima temporada seguiré aquí. Eso es todo».
Pero más que los rumores, lo que irritó al técnico es la sucesión de críticas en un momento especialmente delicado y, sobre todo, vertidas por referentes del club.
«El equipo perdió un poco la fe en el entrenador. Él no contaba con eso», opinó también en Sky el ex campeón del mundo Lothar Matthäus, que reprochó a Guardiola «desestabilizar» al plantel con sus cambios.
«El equipo ya no tiene esa estabilidad, esa seguridad y ese aura que mostró durante ocho meses y que entusiasmó a todo el fútbol alemán».
El legendario Franz Beckenbauer, presidente de honor del Bayern y desde el principio uno de los más duros con cualquier tropiezo de Guardiola, se sumó a las críticas.
«Me he preguntado sobre la línea de tres defensores y la encuentro extremadamente peligrosa», cuestionó el «Kaiser» sobre la estrategia que utilizó el técnico para intentar detener a Lionel Messi en la ida en Barcelona que terminó con el doloroso 3-0 a favor de los locales.
Con ese trasfondo, Guardiola se descargó hoy con una larga respuesta cuando en rueda de prensa le preguntaron si la eliminación mañana arañaría su fama de ser uno de los mejores técnicos del mundo.
«En el Barcelona di lo mejor de mí, y ahora también, desde el comienzo. Veremos si es suficiente. Si no les alcanza a los hinchas, a los periodistas, a los viejos jugadores, a los expertos… lo siento. Pero doy lo mejor de mí», sostuvo.
Ya después de la derrota en Barcelona el técnico se había irritado ante las preguntas por un posible fracaso. «¿Cuántas veces ganó el triplete el Bayern?», provocó entonces.
El Bayern lo ganó sólo una vez, pero justo en la temporada anterior a la llegada de Guardiola a Múnich y de la mano de su antecesor, Jupp Heynckes. Una sombra que marcó desde el comienzo al español.
En el escenario más posible, Guardiola y el Bayern cerrarán mañana una temporada con un único título y ambas partes iniciarán un proceso de reflexión de cara al próximo año.
Resultaría extraño que el club se desprendiera ahora de un técnico que le aporta no sólo fútbol y prestigio, sino también imagen y proyección internacional.
Pero un segundo fracaso en el objetivo de llegar a la gran final europea podría complicar la renovación del técnico más allá de 2016. Guardiola evitó hasta ahora aclarar si quiere o no renovar o no. El choque ante su ex club podría ayudarlo a definirse.