San José, 12 May (Elpaís.cr) – Los diputados de la Asamblea Legislativa tomaron mal la destitución de la ahora ex ministra de Cultura, Elizabeth Fonseca, cuya noticia se dio poco más de 2 horas antes de su comparecencia ante el plenario legislativo.
La ex jerarca estaba convocada para comparecer desde el 28 de abril pasado y la semana anterior se definió que su intervención en el plenario se realizaría este martes, sin embargo, como su renuncia se hizo pública pasado el medio día, este encuentro con los diputados se vio suspendido.
El primero en levantar la voz al respecto fue el diputado liberacionista, Ronny Monge, quien señaló que las cosas no se arreglan despidiendo a los ministros.
«Aquí esto no se soluciona yéndose para la casa, aquí hay que dar cuentas de cómo se usaron los fondos de los costarricenses», aseguró Monge.
Con este punto concordó el diputado frenteamplista, Edgardo Araya, quien señaló que esta práctica es reiterada y que pone en riesgo el discurso de transparencia del gobierno.
«Esta no es la primera vez que ante una rendición de cuentas se saca al funcionario de su puesto antes de traerlo a comparecer», aseguró Araya.
El diputado cristiano, Fabricio Alvarado, también reprochó la ausencia de la ministra al plenario, pero aseguró que el tema seguirá en la Comisión de Ingreso y Gasto Público de la Asamblea Legislativa.
«Doña Elizabeth Fonseca tendrá que ir a la Comisión de Ingreso y Gasto, pues ante el peligro de que saliera corriendo fue que en Restauración Nacional pedimos esta investigación. Finalmente, me parece muy serio que los miembros del gabinete prefieran renunciar a venir a dar explicaciones por sus actos; esta es la tercera salida seguida de un ministro que tenía agendada una interpelación».
Debatir o no debatir. El tema de si traer o no el FIA 2015 a una discusión legislativa este martes en un espacio de debate reglado provocó también polémica en el plenario.
El diputado oficialista Ottón Solís aseguró que como con las renuncias las responsabilidades políticas quedaban, para él, claras, el tema debía seguirse tratando en otros espacios y el plenario debía seguir con la agenda.
«Con las renuncias este debate pierde sentido, desde el inicio el objetivo era definir responsabilidades políticas y hay otras investigaciones en la Contraloría y en lo judicial queda el tema, ya en lo político se resolvió, ya el presidente aceptó que se cometieron severísimos errores, como raramente pasa en este país, dejémoslo aquí y sigamos con la agenda», aseguró Solís.
Con este punto concordó el diputado de la Unidad Social Cristiana (PUSC), Jorge Rodríguez.
«Poco hacemos usando el poco tiempo que tenemos para discutir por alguien que ya se fue, por eso pido que no hablemos de lo que ya se fue».
Sin embargo, el legislador liberacionista, Rolando González dijo, por su parte, que no entiende cómo «ante un hecho de esta magnitud se pueda renunciar al control político».
«Moralmente no hay cómo explicar que el gobierno y el PAC cesaron a la ministra horas antes de venir a comparecer al plenario legislativo, a mí esto no me basta».
Con este punto concordaron la mayoría de sus compañeros legislativos y por eso, pasadas las 4 de la tarde, inició un debate reglado que se extendió toda la sesión de este martes y en la que los diputados sentaron responsabilidades por el tema.
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jorge madrigal huertas
Hablando claro: En el gobierno del PAC hasta ahora se han manifestado actos de negligencia amplificados por el oligopolio mediático, en los anteriores del PLN y el PUSC, a la negligencia se suma una abundante corrupción política acompañada por la impunidad y la vista gorda del oligopolio mediático. Veamos que es negligencia y qué es corrupción política. La corrupción política se refiere al mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente de forma secreta y privada. El término opuesto a corrupción política es transparencia. Por esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un Estado. Todos los tipos de gobierno son susceptibles de corrupción política. Las formas de corrupción varían, pero las más comunes son el uso ilegítimo de información privilegiada, el tráfico de drogas, el patrocinio, y también los sobornos, las extorsiones, los fraudes, la malversación, la prevaricación, e caciquismo, el compadrazgo, la cooptación, el nepotismo, la impunidad, y el despotismo. La corrupción facilita a menudo otro tipo de hechos criminales como el narcotráfico, el lavado de dinero, y la prostitución ilegal; aunque no se restringe a estos crímenes organizados, y no siempre apoya o protege otros crímenes. Una situación de corrupción política sin restricciones se conoce como cleptocracia, término que significa literalmente «gobierno por ladrones». Negligencia, del latín negligentia, es la falta de cuidado o el descuido. Una conducta negligente, por lo general, implica un riesgo para uno mismo o para terceros y se produce por la omisión del cálculo de las consecuencias previsibles y posibles de la propia acción. Por ejemplo: una persona que habla por teléfono mientras conduce un vehículo está cometiendo una negligencia. Se ha comprobado que hablar y conducir son dos actividades que no pueden realizarse a la vez ya que el sujeto se desconcentra y puede provocar un accidente de tráfico. Tanto la corrupción política como la negligencia están penadas por la Justicia, ya sea civil o penal según el caso. En cuanto a la negligencia, la culpa está dada en la omisión de la conducta; por el contrario, en la corrupción política, media un acto completamente consciente e interesado.