Fotografía de archivo fechada el 24 de junio de 2010 que muestra al presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, mientras pronuncia su discurso durante un acto de campaña electoral en Bujumbura, Burundi. Un general del Ejército de Burundi ha asegurado hoy, 13 de mayo de 2015, en una radio privada tomada por los militares, que Nkurunziza ha sido destituido después de más de dos semanas de violentas protestas contra su candidatura para las elecciones de junio con la que aspira a un tercer mandato. El anuncio se ha producido mientras Nkurunziza se encuentra en Dar es Salaam, la capital comercial de Tanzania, para participar en una reunión con los jefes de Estado de la Comunidad de África Oriental (EAC en sus siglas en inglés) para buscar una solución a la crisis desatada en Burundi. EFE/YANNICK TYLLE
Dar es Salaam, 13 may (EFE).- Los jefes de Estado de los cinco países que integran la Comunidad de África Oriental (EAC en sus siglas en inglés) condenaron hoy el golpe de Estado en Burundi y exigieron el retorno al orden constitucional.
«La EAC condena el golpe de Estado en Burundi y exige el retorno al orden constitucional», informó a través de Twitter el Ministerio de Exteriores de Kenia, cuyo presidente participa en una cumbre de la EAC en Dar es Salaam, la capital comercial tanzana, para buscar una solución a la crisis burundesa.
El Ejército de Burundi aseguró hoy haber depuesto al presidente, Pierre Nkurunziza, quien niega que el golpe de Estado haya tenido éxito en el país, donde miles de ciudadanos se han manifestado en contra del mandatario en las últimas semanas.
Entre tanto, la Presidencia de Burundi anunció que las fuerzas de seguridad perseguirán a los autores del «fantasioso» golpe de Estado contra el presidente, Pierre Nkurunziza, a quien miles de manifestantes han exigido en las últimas semanas que no prolongue su mandato.
«Ha sido un golpe de Estado fantasioso», dijo la Presidencia en un comunicado, con el que desmentía el éxito de una acción militar que, según anunciaba horas antes un general del Ejército burundés, había depuesto al presidente Nkurunziza.
«La Presidencia de la República anuncia a la opinión pública tanto nacional como internacional que este intento de golpe de Estado ha sido frustrado», aseguró el Gobierno burundés en su primera reacción oficial tras el anuncio de golpe de Estado.
Según el texto presidencial, «las personas que han leído ese comunicado a través de las radios locales privadas serán perseguidas por las fuerzas de Defensa y Seguridad para ser llevadas ante la justicia».
El presidente burundés llamó a la población de Burundi y a los extranjeros residentes en el país a «mantener la paz y la serenidad».
«Todo se llevará a cabo de modo que se mantenga la seguridad en todo el territorio nacional», zanjó.
El anuncio del derrocamiento de Nkurunziza había sido realizado por el general del Ejército Godefroid Niyombare horas antes, en una radio privada tomada por los militares.
El militar aseguró hablar en nombre de un «Comité para el restablecimiento de la concordia nacional temporal» integrado por el Ejército y la sociedad civil con la misión, según explicó, de restablecer «la unidad nacional».
«El presidente Pierre Nkurunziza ha sido destituido de sus funciones. El Gobierno se ha disuelto. Las secretarías permanentes de los ministerios garantizarán su funcionamiento», apostilló el general, sin precisar si se constituiría un Ejecutivo de transición.
Niyombare anunció la destitución del jefe de Estado «por el bien de la nación» y «tras observar con desolación la violencia y el cinismo que caracteriza a Pierre Nkurunziza».
El anuncio se produjo mientras Nkurunziza se encontraba de visita en Dar es Salaam, la capital comercial de Tanzania, para participar en una reunión con los jefes de Estado de la Comunidad de África Oriental (EAC, en sus siglas en inglés) para buscar una solución a la crisis de Burundi.
Tras el anuncio del Ejército, se produjo un tiroteo entre los militares que apoyan al general Niyombare y los soldados que se mantienen fieles al presidente.
Mientras, un gran número de burundeses ha invadido el centro de la capital, Buyumbura, para celebrar, entre gritos de júbilo, la supuesta destitución del presidente.
Otros, en cambio, se han mostrado prudentes y dudan sobre la eficacia del golpe, así como de su impulsor, el general Niyombare.
La acción militar anunciada hoy se produce tras semanas de violentas protestas que han llevado a la calle a miles de burundeses contra la decisión del hutu Nkurunziza de aspirar a un tercer mandato en las elecciones del próximo junio, algo que un gran sector de la población y la oposición considera ilegal.
La candidatura de Nkurunziza ha suscitado así grandes temores en gran parte de la población burundesa -pertenecientes fundamentalmente a la otra etnia mayoritaria del país, los tutsi- que apenas hace una década salió de una guerra civil (1993-2005).