Después de su más grande derrota electoral en el 2014, resultado de una crisis que se venía gestando desde hace tiempo, el PLN sigue sin recuperarse y parece hundirse cada vez más. Enredado en sus propios mecates y empeñado en dinamitar al actual gobierno y a las fuerzas del cambio, para tratar de asentar la idea de que “todo tiempo pasado fue mejor”, necesitan recurrir cada vez más a ese pasado para enmascarar su más reciente debacle electoral, ética, programática e ideológica.
Aunque el partido sobrevive como maquinaria, incluso esto podría estarse debilitando. Algunos síntomas al respecto:
I. Liderazgos añejos luchando por su vigencia de manera centrífuga
(Ver primera entrega: http://www.elpais.cr/2015/07/01/arias-y-el-pln-chochean-i/)
II. ¿Qué pasa en el ámbito parlamentario? “Dime con quién andas y……”
Como resultado de las elecciones del 2014, el PLN logró más escaños legislativos (18) que los otros partidos, incluido el de gobierno (PAC, 13). Pero se trata de la fracción parlamentaria más pequeña de la historia del PLN, conformada por diputadas y diputados que fueron cercanos al excandidato presidencial Johnny Araya y de otros que de alguna manera siguen a los Arias y o a uno de los Figueres Olsen. En ese sentido, la fracción parlamentaria del PLN expresa también la lucha por parcelas, presente en todo el partido.
Debilitada como está y ante un contexto de mayor fragmentación en el Primer Poder de la República, la bancada del PLN se ha dedicado a una oposición estridente contra el gobierno. Al tiempo que dicen estar dispuestos a colaborar con el Ejecutivo, en la práctica hacen todo lo contrario, recurriendo incluso a prácticas de filibusterismo parlamentario como los cientos de mociones que en su momento presentaron al proyecto de ley contra el fraude fiscal. Para el PLN, la razón del entrevero político del país y de la Asamblea Legislativa es la supuesta “falta de rumbo” del gobierno, contrario a lo que ellos decían cuando eran gobierno: que el problema estaba en la Asamblea Legislativa. Ese “darle vuelta” al discurso es algo que han puesto en práctica en otras ocasiones, como elemento táctico para generar un clima de incertidumbre, inseguridad y hasta miedo, que facilite su estrategia para recuperar la silla Presidencial y el control pleno del aparato gubernamental.
La estridencia ortigosa de la cual hacen eco los grandes medios de comunicación −sobre todo el que en otros tiempos era su adversario y hoy su poderoso aliado de facto− es parte de su esfuerzo por mantener vigencia entre sus disminuidos simpatizantes y en la opinión pública. Con ello pretenden borrar de la memoria colectiva su responsabilidad en la gestación de los graves problemas que tiene el país, tratando de posicionar al actual gobierno como el único responsable.
Pero en esos quehaceres dejan ver grandes contradicciones y falta de unidad en cuanto a proyecto político que hoy predomina en ese partido. Baste un ejemplo, en el campo de los debates sobre la situación fiscal: por un lado, se oponen férreamente a nuevos impuestos y al proyecto para combatir el fraude fiscal, favoreciendo así a los evasores que no contribuyen como deberían a la construcción de fondos públicos y la continuidad de una estructura tributaria regresiva; por otro, se han alineado con el Movimiento Libertario y con el PUSC en las propuestas “recortistas” del Presupuesto de la República, que podrían afectar incluso programas sociales impulsados por ellos durante sus gobiernos; y en tercer lugar, apoyan la línea de transferir un 10% de los recursos del Presupuesto a las Municipalidades, incluso sin que a estas les asignen nuevas competencias. En lo único que coinciden con toda claridad, es en tratar de borrar su responsabilidad directa e indiscutible por haberle heredado al país el grave problema fiscal que hoy nos aqueja.
Al lado de esas situaciones coyunturales, a nivel parlamentario el PLN muestra problemas que parecen irse convirtiendo en estructurales, expresadas en su política de alianzas. “Dime con quién andas y te diré quién eres”, dice el refrán. ¿Con quién anda el PLN?. Pues con los mayores enemigos del Estado Social de Derecho. Con los enemigos de la ampliación de los derechos humanos y por tanto, adversarios también del mejoramiento de nuestra democracia.
Por un lado, de tanto construir supuestas alianzas tácticas con el Movimiento Libertario, se ha terminado configurando una especie dependencia o lazo orgánico, muy funcional para las corrientes neoliberales que hoy predominan en el PLN. El PLN y el PML han devenido en aliados, de dicho y de hecho, tanto para defender los intereses compartidos como para atacar con descalificaciones, tergiversaciones y mentiras, a las fuerzas progresistas que hoy tratan de recuperar la senda perdida del desarrollo con justicia social. ¿Se ha escuchado acaso, durante el actual período legislativo, algún debate o confrontación ideológica entre algún diputado o diputada del PLN y Otto Guevara?. Todo lo contrario: el PLN suele guardar silencio o avalar de hecho las tesis del libertario, al tiempo que éste parece haberse olvidado de los duros cuestionamientos sobre la corrupción o la ineficiencia enquistadas en los gobiernos del PLN y del PUSC.
Y por otro, ¿quiénes se han convertido también en reiterados aliados del PLN?. Pues ni más ni menos que los partidos más conservadores entre los conservadores, los partidos confesionales, que han frenado avances fundamentales en el campo de los derechos humanos. Desde la entrega de la Presidencia de la Comisión de Derechos Humanos a Justo Orozco en mayo del 2012, hasta el reciente acuerdo para tomar el Directorio Legislativo, el PLN se ha convertido en cómplice de los grupos que, haciendo política a partir de la religión, han llevado al país al incumplimiento de mandatos internacionales en materia de derechos humanos. Aquí también cabe la pregunta: ¿quién del PLN se ha enfrentado a Mario Redondo, a Fabricio Alvarado o a Gonzalo Ramírez para defender la legalización de la FIV o el reconocimiento de derechos a las parejas conformadas por personas del mismo sexo?. Pues no se ve al PLN en esas luchas, más allá de algunas posiciones individuales y aisladas de algunos diputados o diputadas. En cambio, sí es notorio el protagonismo del Secretario General de ese partido, defendiendo en páginas de opinión y otros espacios las mismas posiciones de los partidos más conservadores.
En síntesis podríamos decir que, al abandonar su proyecto político originario y abrazar el de la derecha neoliberal, el partido que otrora hegemonizara el sistema de partidos costarricense, se encuentra hoy atado a sus propias turecas. Por ello, tiene toda la razón José María Figueres: el PLN se ha derechizado tanto que debería virar a la izquierda. Solo el tiempo dirá si se trata de un diagnóstico preventivo, a tiempo para remediar, o el equivalente a un diagnóstico terminal.
(*) Gerardo Hernández Naranjo
Politólogo
2 Comments
Pepe Vallecillos
Mas cercano a la lista de deseos del articulista que a la realidad nacional o no ?
Jose de Pavas
Los diputados confesionales (religiosos) son la peor plaga que le puede haber caído al país. Un poquito más y regresamos a la quema de brujas que se dio en EE.UU. en el siglo XVII.