México, 18 feb (EFE).- Los padres de 43 estudiantes desaparecidos en México negaron que haya conflictos entre ellos y otras asociaciones, después de que el papa Francisco dijera hoy que no se reunió con ellos porque recibió muchas peticiones de grupos «contrapuestos» y con «luchas internas».
«Negamos totalmente que exista algún conflicto con los otros desaparecidos, por el contrario, hay mucha solidaridad de ellos hacia nosotros», afirmó a Efe el abogado de los padres, Vidulfo Rosales.
Añadió que, si bien se encuentran en procesos y dinámicas distintas y que «ellos iniciaron su lucha con más antelación», «no existe diferencia alguna, el anhelo es el mismo, que sean presentados por el Estado mexicano con vida y que la búsqueda se haga con eficacia».
A bordo del avión que lo llevó de regreso a Roma tras su visita a México, Francisco reconoció que en el caso de los 43 estudiantes hubo algún intento por parte de grupos de personas que quisieron encontrarse con él, «pero eran muchos grupos, incluso contrapuestos y con algunas luchas internas».
Según el abogado, ha «quedado de manifiesto» que el Gobierno realizó un trabajo «diplomático, de cabildeo» para que el tema de la desaparición de los estudiantes, ocurrida en septiembre de 2014, «se sacara de la agenda».
La petición de los padres para reunirse con el papa no fue admitida, únicamente se les reservó tres sitios para que una delegación acudiera a la misa que Francisco ofició el miércoles en la norteña Ciudad Juárez. El ofrecimiento fue rechazado por los familiares.
El Ejecutivo, dijo, «trabajó para evitar a toda costa un pronunciamiento específico» o un «acercamiento» por el caso de los 43 jóvenes, que condensa «las problemáticas más álgidas del país»: las desapariciones, las ejecuciones extrajudiciales, la libertad de expresión, la corrupción «desbordante» y la penetración de la delincuencia en las instituciones del Gobierno.
El pasado domingo, el pontífice se reunió en la Nunciatura Apostólica en la Ciudad de México con hermanos jesuitas, quienes le entregaron una carta de los padres.
En ella pidieron a Francisco «interceder» ante el Gobierno para atender los problemas de violencia en el país.
Rosales dijo que, según lo «poco» que les comentaron los jesuitas, el papa «se sorprendió cuando le presentaron el documento» y le hicieron ver cuál era el problema y que «fue difícil ver el tema de reunión».
Aunque no han podido concretar por el momento una reunión con los jesuitas para profundizar sobre el asunto, el abogado defiende que los familiares prefieren avanzar en su «agenda pendiente». EFE