San José, 19 feb (EFE).- La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) concluyó hoy la audiencia del primer caso de trabajo esclavo llevado al sistema hemisférico, en el que el Estado de Brasil fue acusado por supuestamente no tomar medidas de prevención y respuesta a las víctimas de la Hacienda Brasil Verde.
La demanda señala a Brasil por violaciones a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en un contexto en el que miles de trabajadores eran sometidos a trabajo esclavo, forzado y servidumbre.
La directora en Brasil del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil) y representante de las presuntas víctimas, Beatriz Affonso, indicó a Efe que la denuncia «llega a inaugurar» una forma de violación individual que además pasa por derechos colectivos.
«La novedad que este caso puede traer es abrir en el sistema interamericano una nueva jurisprudencia donde los derechos económicos, sociales y culturales son el centro. El trabajo esclavo y tráfico de personas para explotación son problemáticas que sabemos que pasan en Brasil, pero también en otras partes del mundo», explicó Affonso.
El caso de la Hacienda Brasil Verde, ubicada en el norte de la localidad de Pará, se remonta a los años 1989, 1993, 1997 y 2000 cuando las autoridades estatales realizaron varias inspecciones donde consideraron que había «algunas fallas» e «irregularidades» laborales.
La demanda de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) indica que a pesar de que el Estado de Brasil tenía conocimiento de trabajo esclavo, no adoptó medidas razonables de prevención y respuesta, ni dio a las víctimas un mecanismo judicial efectivo para la protección de sus derechos.
En los alegatos orales finales presentados hoy, la directora ejecutiva de Cejil, Viviana Krsticevic, indicó a los jueces de la CorteIDH que las vulneraciones ocurrieron por la «complacencia, la intolerancia y la impericia de diversos agentes estatales con la situación de más de 300 trabajadores que laboraron en la finca bajo condiciones de extrema vulnerabilidad».
«Brasil está ante la Corte porque tenemos un patrón de trabajo esclavo con deficiencias en los órganos del Estado para erradicar este flagelo», dijo Krsticevic.
Por su parte, los representantes del Estado reconocieron la existencia de trabajo esclavo en el país, pero destacaron que se han adelantado políticas de prevención de estas situaciones, que han permitido disminuir la cantidad de casos denunciados en los últimos años.
Según datos citados en la audiencia por la activista y testigo, Ana Paula de Souza, entre los años 2002 y 2008 la cantidad de denuncias por trabajo esclavo en todo Brasil era de 130 al año, entre 2009 y 2010 fueron 118 denuncias, mientras que del año 2011 al 2015 la cifra bajó a 34.
En ese país la esclavitud es un delito que se castiga con penas de dos a ocho años de cárcel.
«Brasil es reconocido internacionalmente por la adopción de prácticas para prevenir el trabajo esclavo, sabemos que tenemos desafíos y retos que cumplir, pero hemos trabajado en soluciones», aseveró en sus alegatos el representante del Estado brasileño, Boni Soares.
El representante del Estado también afirmó que no hay pruebas de que en la Hacienda ocurrieron situaciones de esclavitud, servidumbre ni trabajo forzado, aunque reconoció que sí existían violaciones de derechos laborales.
Según el testigo Leonardo Sakamoto, quien es periodista y rindió declaración ante la Corte ayer jueves, los coyotes o traficantes de personas buscaban a los peones en municipios muy pobres, los engañaban ofreciéndoles dinero y condiciones de trabajo.
Agregó que los empleados no podían salir de su lugar de trabajo, recibían amenazas de muerte en caso de que se quisieran escapar, no les pagaban un salario decente, trabajaban más de 12 horas y vivían en malas condiciones de vivienda, alimentación y salud.
Según datos de la organización no gubernamental Walk Free, en Brasil el número de esclavos rescatados desde 1995 hasta 2002 es de 50.000 personas.
Tras la audiencia de hoy la CorteIDH no tiene un plazo establecido para dictar una sentencia para este caso. EFE