San José, 10 Jun (Elpaís.cr) – La Copa América lo esperaba. El mejor del mundo no podía faltar al festejo de los 100 años del torneo de selecciones más viejo del mundo. Pero una inesperada lesión en un amistoso retrasó su debut, que no pudo ser el lunes pasado ante el vigente campeón Chile y, finalmente, ocurrió hoy en el Soldier Field de Chicago en la paliza 5-0 sobre Panamá con un «hat-trick» suyo.
No podía ser mejor, aunque en su llegada a la ciudad donde Michael Jordan se convirtió en leyenda del deporte, empezó con un momento incómodo con una aficionada que en la puerta del hotel lo tomó del brazo para pedirle un autógrafo para su hijo. La policía intervino y la «Pulga» pudo seguir su camino.
Todo eso quedó atrás este viernes cuando el «10» por fin pudo ir al banco ante los panameños en el segundo partido del grupo D. Desde que Messi saltó al campo antes del juego para hacer el calentamiento previo, el estadio se cayó. Aplausos y el grito «Messi, Messi, Messi» fueron la constante en esas dos horas de partido.
Pero la «Pulga» arrancó en el banco de suplentes, como se venía manejando pocas horas antes del duelo. Incluso, se dudaba si era mejor que ni siquiera entrara de cambio en ese juego frente a un equipo tan físico que podía lastimar al astro del Barcelona.
A los 48 minutos, cuando Argentina solo ganaba 1-0 un partido muy complicado, se levantó del banquillo el «10» para hacer su entrada en calor, que provocó que más de uno dejara de ver el encuentro y se pusiera a grabarlo con el celular mientras él se preparaba para ingresar.
Cuestión que ocurrió al 61′, con el duelo todavía 1-0. Por algo estaba en el destino que entrara. Por algo en el Soldier Field no dejaba de oírse el «Messi, Messi, Messi» en las graderías. El genio tenía algo preparado para sorprender.
Y al 67′ de sus pies llegó el 2-0. Cuando facturó un error de los panameños en defensa y él batió a Jaime Penedo en el área con un zurdazo. Faltaba más.
Al 78′ cobró un tiro libre de manera soberbia desde la frontal y al ángulo izquierdo, que ponía el partido 3-0. Volvía a estallar en júbilo el Soldier Field, que esperaba esa demostración del capitán de la selección de Argentina, quien aún no terminaba.
Su «show» tenía una capítulo más, al 87′, cuando recibió un pase de Marco Rojo, entró al área, dribló al recio Baloy y batió nuevamente a Penedo con otro zurdazo.
Lo último de Messi, que puso a su combinado a ganar 4-0 con un triplete en 20 minutos, no fue el gran pase a Rojo para que este habilitara al «Kun» Agüero para el 5-0, sino el gesto con un fanático que se metió a la cancha en el fin del partido buscando cumplir el sueño de estar cerca de su ídolo.