Houston (EE.UU.), 23 jun (EFE).- Argentina completó en Houston la segunda jornada de entrenamientos antes de viajar a Nueva York, donde el domingo jugará la final de la Copa América Centenario frente a Chile, en la revancha de la edición de 2015 que perdió en los penales.
El entrenador Gerardo ‘Tata’ Martino hizo trabajar a todo el grupo en la Universidad de Rice, menos a los cuatro jugadores con molestias físicas, el defensa Marcos Rojo, Augusto Fernández, Javier Pastore y Nicolás Gaitán, que se ejercitaron por separado.
El que ha quedado descartado para la final ha sido el mediocampista Fernández, y su puesto lo ocupará Lucas Biglia como ya lo hizo en la segunda parte frente a Estados Unidos cuando se lesionó su compañero.
La gran esperanza de Argentina es que pueda volver Ángel Di María, quien ocuparía el puesto del también lesionado Ezequiel Lavezzi, que desde la pasada noche se encuentra en Nueva York, donde lo operarán el viernes en el Hospital para Cirugías Especiales.
Lavezzi sufrió una luxofractura del codo izquierdo al caer de espalda, por detrás de las vallas publicitarias, en la segunda parte del encuentro frente a Estados Unidos.
Sin embargo, pese a que Di María se mostró pleno en las acciones de toque de balón y luego en un partidillo informal con un grupo de jugadores jóvenes locales, tras esa práctica sintió molestias en la misma zona de la lesión y es seria duda para la final.
La gran figura de Argentina, Lionel Messi, también trabajó en los ejercicios de estiramiento, carrera corta y toque de balón.
El ambiente en la Albiceleste es de optimismo y gran entusiasmo por tener la oportunidad de jugar otra final de Copa América y poder ganar el título para su país tras 23 años.
La expedición argentina viajará esta tarde, a partir de las 18.00 hora local hasta Nueva Jersey, donde permanecerá concentrada para el partido del domingo que será su tercera final de Copa América, segunda consecutiva, en las últimas cuatro ediciones. EFE