En cualquier momento y fundados en intereses puramente económicos las potencias mundiales pueden calificar de terrorista a cualquier otro país, porque no se alinea dentro de los parámetros de explotación que ellos determinan, para que las empresas transnacionales se apropien de sus recursos naturales. Y el argumento básico es que estos países atentan contra los principios democráticos, como si ellos fueran ejemplo de democracia. Solo para mencionar un caso, en los EEUU no se representa al pueblo en el Senado ni el Congreso, sino a la plutocracia, la industria y el comercio, y especialmente a la industria armamentista, farmacéutica y cosas así.
Jorge Majfud dice en un reciente artículo de su autoría que la vieja guardia conservadora (norteamericana) que heroicamente se resiste a admitir su declive y que ni en sueños recuerda que en 1953 Gran Bretaña y Estados Unidos destruyeron la democracia iraní liderada por Mohammad Mosaddegh para revertir la nacionalización de sus recursos naturales. Y que en su lugar instauraron la larguísima dictadura del Sah que terminó con la Revolución de 1979 y el odio acumulado por décadas de muertes y humillaciones. (Y agrego yo: y ahora se extrañan que los iraníes no los puedan ni ver.)
También que ¨el bueno¨ de Winston Churchill, actor relevante en este proceso de despojo y doble moral, tiempo atrás había declarado que no comprendía los pruritos morales de algunos críticos (con relación al uso de armas químicas): “Estoy a favor del uso de gas venenoso contra las tribus incivilizadas”, dijo. “Los gases químicos son una de las armas más piadosas, por lo cual las críticas en India no son razonables”. Consecuentemente, Churchill usó armas químicas en Rusia, en Gaza, y en varias regiones del mundo pobladas por gente incivilizada. Por no hablar del Agente Naranja, el herbicida que aún hoy sigue matando indiscriminadamente a miles de niños en Viet Nam, mientras aquí (losEEUU) las almas más puras entre los conservadores ponen el grito en el cielo por las leyes que regulan el aborto.
De todas formas no importa. El significado de “países terroristas” es conferido automáticamente por una dominante narrativa social y política, fundamentalmente creada por los medios y los lobbies que no parecen estar demasiado interesados en algún tipo de consistencia semántica, probablemente porque apuestan fuerte a la escasa memoria de la población o a la irrelevancia de los hechos ante un creciente público mejor informado pero definitivamente adicto a las distracciones.
Hasta recientemente, figuras históricas como Nelson Mandela estuvieron en la lista de peligrosos terroristas de varios gobiernos de Estados Unidos. Tanto Ronald Reagan como Margaret Thatcher consideraron siempre que la lucha de Mandela y del Congreso Nacional Africano contra el brutal régimen del Apartheid era realizada por “un grupo típicamente terrorista”.
Hasta recientemente, Cuba también integraba la misma lista de países que apoyaban el terrorismo. La mayoría de los miembros del Partido Republicano y la casi totalidad de los miembros políticos del exilio cubano rechazaron este cambio impulsado por un “musulmán comunista” llamado Barak Hussein Obama. Sin embargo, desde principios de los años sesenta, los refugiados de ese país terrorista han sido amparados por la Ley de Ajuste Cubano de 1965 conocida como Wet feet, dry feet (Pies mojados, pies secos) que en un año convierte en residentes y luego en ciudadanos a cualquier cubano que logre llegar ilegalmente a este país sin importar su historial. Un incentivo extra para cualquier cubano que esté dispuesto a arriesgar su vida tirándose al mar Caribe en embarcaciones generalmente precarias, aunque tres cuartos proceden desde México y otros países bastante democráticos como Panamá o Costa Rica.
En 1982, el Departamento de Estado determinó que “Cuba apoya el terrorismo financiando grupos rebeldes en África y América Latina” (Council on Foreign Relations). Lo cual era estrictamente correcto. No obstante, semejante definición de un Estado terrorista resultaría en una autoacusación: hoy en día ningún historiador estadounidense cuestionaría el hecho de que no existieron en el mundo otros gobiernos como los de Estados Unidos que hayan apoyado en la misma escala grupos rebeldes, subversivos, golpes de Estado y sangrientas dictaduras en casi todos los continentes –y especialmente en América Latina. (El resaltado es nuestro)
Afortunadamente, millones de estadounidenses, casi por norma los hijos más valientes y mejor educados de este gran país, han resistido heroicamente estas agresiones como las que varios de sus gobiernos perpetraron en otras partes del mundo. Sin ellos, probablemente la historia contemporánea hubiese sido aún peor.
Hoy se discute, analiza y se confunden los términos con lo que está sucediendo en Siria, por ejemplo, y nadie recuerda la responsabilidad de los EEUU en el fomento del terrorismo islámico.
Para muestra de lo que han hecho los EEUU en las regiones del oriente cercano, en una entrevista realizada hace un año en el programa “Head to Head” de la cadena Al Jazeera, se pudo asistir a unas sorprendentes y reveladoras declaraciones de Michael Flynn, ex director de la DIA, Agencia de Inteligencia de la Defensa (la principal organización militar de espionaje extranjera de Estados Unidos operando bajo la jurisdicción del Departamento de Defensa).
En dicha entrevista, realizada a Michael Flynn por el periodista Mehdi Hasan, el ex director de la DIA confirma que cuando ejercía en el cargo, llegó a sus manos un informe de la propia DIA que predecía el respaldo de Occidente en la creación de “un Estado Islámico” en Siria, ya en 2012.
Por si esto fuera poco, Flynn sostiene que el patrocinio a los yihadistas radicales por parte de la Casa Blanca (esos yihadistas después se convertirían en ISIS y Al Nusra) en su lucha contra el régimen sirio fue “una decisión deliberada”. Dicho en otras palabras: ¡un ex jefe de una agencia de espionaje norteamericana afirma explícitamente y sin tapujos, que EEUU hizo todo lo posible para que surgiera Estado Islámico!
Curiosamente, durante la entrevista, Flynn se esforzó en dejar claro que las políticas norteamericanas en Siria que llevaron al ascenso de Estado Islámico no se debieron a un error de cálculo, ni a haber mirado hacia otro lado, sino que fueron el resultado de una toma de decisión explícita y consciente.
Debemos, entonces, recordar que mientras los medios controlados por EEUU hacían propaganda a escala mundial, diciéndonos que habían localizado a Bin Laden y mientras filmaban películas sobre la operación heroica contra el “hombre más malvado del mundo”, dirigente de “la malvada red terrorista Al-Qaeda que había atacado Nueva York”, ellos mismos armaban y financiaban a Al-Qaeda y creaban las circunstancias adecuadas para el ascenso posterior de Estado Islámico. El mismo Estado Islámico que ahora quieren “eliminar” con todas sus fuerzas, como pretexto para intervenir directamente en Siria.
Que EEUU está apoyando al mismo terrorismo internacional que dice combatir, ya no es una historia de “cuatro conspiranoicos”. Ahora nos lo confirma el propio director de la DIA, un funcionario militar y de inteligencia de altísimo rango.
¿Aún hay gente tan estúpida como para creerse las “verdades oficiales” que nos venden en los medios de comunicación? ¿Aún hay gente tan estúpida como para creer en lo que le dicen sus gobiernos?
Y lo que es más grave: ¿aún hay gente tan estúpida como para vestir un uniforme del ejército de los EEUU e ir a luchar y morir contra unos terroristas financiados por sus propios jefes, creyendo que defienden la libertad y la democracia?
Todo lo que estamos viviendo en lo referente al terrorismo es una enorme tomadura de pelo…
(*) Alfonso J. Palacios Echeverría
3 Comments
Adrian H
Estamos en la Matrix , si la gente de este país se pusiera a investigar en los libros, se van a dar cuenta que desde hace muchos siglos hemos vivido engañados,manipulados, somos una granja de borregos ,nos han utilizado para sus guerras, somos esclavos para ciertas familias que han gobernado el mundo en la sombra, pero que ya están desenmascarados.y que son los millonarios dueños de los bancos. las transnacionales, los que deciden que presidente gobierna en cada país, los que provocan los golpes de estado suaves si un gobierno no está en acuerdo con las políticas del imperio, a esta gentuza demoniaca le sirven los neoliberales ,son sus esclavos títeres.
Excelente artículo del escritor ,por fin alguien en este país está hablando la verdad, ABRAN LOS OJOS, SALGAN DEL CORRAL.
José Escobar
Otro artículo oportuno de Alfonso. Jorge Majfud ¿el último de los intelectuales geniales del Uruguay?
Diego Espinosa G
En Panamá, también gobierna la plutocracia. Y como dice Eduardo Galeano, si las elecciones sirvieran para cambiar algo, ya la habrían prohibido.