Madrid, 8 sep (EFE).- La formación de Gobierno en España está pendiente de los resultados de las elecciones en Galicia y el País Vasco, dos importantes regiones en las que, según una encuesta oficial divulgada hoy, puede haber cambios que ayuden a desbloquear la situación política.
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un organismo que depende del Gobierno central, los actuales presidentes de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, del gubernamental Partido Popular (centro derecha), y del País Vasco, Íñigo Urkullu, del PNV (nacionalista), renovarán su mandato tras los comicios que se celebran el 25 de septiembre.
Aparte del interés que tengan los resultados en estas Comunidades Autónomas -las más «históricas» junto con Cataluña, que acudió a las urnas hace un año-, lo que importa es saber hasta qué punto pueden influir en la formación de un Gobierno que lleva en funciones desde el 21 de diciembre de 2015; esto es, más de 260 días.
Si se cumplen los pronósticos del CIS, los partidos tradicionalmente más fuertes en Galicia y en el País Vasco, el PP y el PNV, mantendrán su hegemonía.
Pero un descenso importante en la primera fuerza de la Oposición, el PSOE (socialistas), podría debilitar a su líder, Pedro Sánchez, y, con ello, hacer que este partido reconsidere su rechazo frontal a permitir que el presidente en funciones, Mariano Rajoy, vuelva a encabezar el Gobierno.
Tras dos sesiones de investidura, Rajoy fue derrotado porque le faltaron apenas seis votos para conseguir la mayoría absoluta, 176 diputados en un Congreso de 350 representantes.
El líder del PP se presentó ante el Parlamento con 170 escaños: los 137 de su partido, los 32 de Ciudadanos (liberales) y uno más de una diputada canaria.
El resto de los grupos votaron en contra (180), con lo que el proceso está bloqueado a la espera de un acuerdo político que debe producirse antes del 31 de octubre, fecha en la que, según la Constitución, de no haber Gobierno se habrán de convocar las terceras elecciones en menos de un año.
El PSOE (85 escaños) tiene, pues, en sus manos, la posibilidad de que once de sus diputados, si no todos, se abstengan para permitir gobernar a Rajoy.
Mientras llega la fecha de las elecciones regionales, el socialista Sánchez está intentado formar una alternativa que parece imposible, toda vez que Ciudadanos y la tercera fuerza política parlamentaria, la coalición izquierdista Unidos Podemos, se vetan el uno a la otra, la otra al uno.
Se trata de liberales, por un lado, e izquierda -comunistas incluidos-, por otro. Agua y aceite.
Como quiera que, de momento, los partidos nacionalistas (vascos y catalanes) se desentienden de la gobernación de España, los socialistas cargan con todas las presiones para evitar unos terceros e indeseables comicios.
La encuesta del CIS augura que el PSOE puede perder hasta la mitad de sus diputados autonómicos en el País Vasco (de 16 pasaría a 8), y que, asimismo, se dejaría por el camino 2 de los 18 que tiene ahora en Galicia.
El portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, restó de inmediato importancia a estos pronósticos: «El PSOE está curado de las encuestas en general y de los barómetros del CIS en particular».
Hernando recordó que en las últimas elecciones generales los sondeos predecían que la coalición Unidos Podemos ganaría al PSOE para convertirse en la primera fuerza de la Oposición, cosa que, finalmente, no ocurrió.
Por su parte, el portavoz del grupo popular, Rafael Hernando (mismo apellido que el anterior pero ni son familia parental ni, desde luego, política), pidió a los socialistas que reflexionen ante el posible hundimiento de su partido en el País Vasco y el serio retroceso en Galicia.
El gubernamental Hernando ha dicho a Sánchez que «tiene que cambiar de actitud» para superar el estancamiento político en que se encuentra el país.
La situación política española sigue, pues, bloqueada hasta que estas elecciones regionales del día 25 provoquen, si es que provocan, algún cambio de posición. Todos los ojos estarán puestos en el Partido Socialista. EFE