Berlín, 29 sep (EFE).- La presidenta de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, confía en la ayuda de «países amigos» para continuar la búsqueda de los desaparecidos durante la dictadura argentina ante el temor de que los ajustes presupuestarios en su país puedan frenar la labor de la asociación.
«Sin recursos es imposible trabajar», señala De Carlotto en una entrevista con Efe en Berlín, donde esta tarde participará en el seminario «Memoria y Justicia», organizado por la Academia de las Artes y el Centro Europeo para los Derechos Humanos y Constitucionales.
El presupuesto de las Abuelas de Plaza de Mayo está ahora asegurado por ley, explica, pero el temor a los recortes en Argentina existe y mantener el ritmo de las búsquedas exige fondos para poder pagar a todas las personas involucradas, desde abogados a genetistas.
«Estamos un poquito preocupadas porque este gobierno ha banalizado el tema», reconoce tras recordar que el presidente, Mauricio Macri, señaló en campaña que acabaría con los «los curros» (fraudes) creados en torno a las políticas de derechos humanos.
No obstante, se muestra optimista: «hemos luchado contra cosas feroces y esto es democracia».
Tras asegurar que respetarán el mandato de Macri, critica muchas de las medidas adoptadas por su Gobierno, como el despido de miles de personas «por razones políticas, no laborales», y destaca además lo «mucho» que se avanzó en materia de derechos humanos durante los 12 años de gobiernos kirchneristas.
En esa etapa, dice, se construyeron espacios en la justicia y en el estado para facilitar el encuentro de nietos desaparecidos y es importante que el Ejecutivo de Macri avance por el mismo camino.
Afirma que el diálogo con el Ministerio de Justicia y con la Secretaría de Derechos Humanos es bueno y respetuoso, pero alerta también del riego de que este último departamento se esté «desarmando», ya que los recortes económicos han llevado a la contratación de gente «nueva e inexperta».
Las Abuelas de Plaza de Mayo, destaca De Carlotto, han encontrado a 120 nietos «desaparecidos», pero todavía hay 400 que no han sido hallados.
Uno de los encontrados, tras 36 años de búsqueda, fue precisamente su nieto, Guido Montoya Carlotto, que respondía al nombre de Ignacio Hurban y que se convirtió en el niño 114 en recuperar su identidad gracias a la organización.
La noticia dio la vuelta al mundo y hoy De Carlotto sigue recordando con emoción el momento en el que «cambió la vida de la familia» porque el nieto ocupó «la silla vacía»
La mayoría de las abuelas, relata, están «enfermitas o han fallecido», pero sus hijos y los nietos recuperados estén preparados para continuar con la lucha para evitar el olvido.
Subraya la importancia de esta tarea desde Berlín, «que tiene la memoria instalada en cada calle» y que recuerda con innumerables monumentos las atrocidades del régimen hitleriano o las secuelas del régimen comunista.
«Es bueno recordar para que no se repita», recalca con la mirada puesta también en España, que «cuarenta años después sigue buscando a sus desaparecidos».
Abuelas de Plaza de Mayo, explica, ha prestado consejo a asociaciones españolas de nietos que buscan los restos de sus abuelos, pero resulta fundamental que las autoridades se involucre en esas investigaciones y en las exhumaciones.
«Y este gobierno no tiene ningún interés» lamenta antes de enviar un mensaje de ánimos a sus colegas españoles: «Si se ha podido en Argentina, también se puede en España». EFE