Para quienes todavía sueñan en Costa Rica con el recrudecimiento de las políticas y medidas capitalistas neoliberales que impulsaron los partidos Liberación Nacional y Unidad Social Cristiana, y que siguieron por cálculo los llamados evangélicos, en el sentido de intentar privatizaciones de organizaciones estatales que prestan servicios públicos, eliminar los controles estatales sobre la actuación de las empresas, para que lucren a sus anchas sin ninguna restricción a su codicia, continuar el debilitamiento de la mano de obra, debilitar e incluso desaparecer los beneficios sociales alcanzados hasta ahora, unirse a cuanto tratado de libre comercio existe o pueda existir (que solamente beneficia a importadores y exportadores, no a los ciudadanos), y colocar en la presidencia de la república a otro miembro de la mafiocracia local (como esos que tienen procesos judiciales en marcha y que se caracterizan por su ansia de poder y su ambición desmedida), deberían mirar en el espejo de Brasil y Argentina que nos muestran el efecto fallido de quienes, como en el caso de Brasil, delincuentes auténticos se apoderaron del gobierno y han empezado a caer víctimas de sus propios delitos, y cómo, en el caso de Argentina, a pesar de los cientos de millones de dólares obtenidos en préstamo de organismos internacionales, el desastre económico y social se agiganta día a día.
Deben verse en el espejo de Panamá, donde han llegado ahora a intentar la privatización del agua luego de haber privatizado cuanta cosa pudieron los maleantes que gobernaron y en cierta forma aún gobiernan ese país, y el desastre que ello ha traído a las clases más desposeídas, el incremento de la pobreza, el descontento social, y el desastre casi absoluto de los servicios sociales brindados por el Estado.
Llevo más de diez años expresando opiniones acerca de lo nefasto que resultarían y han resultado las políticas neoliberales en todos los países y el abandono de la visión contraria, la del Estado del Bienestar, que impulsó a regiones enteras del mundo occidental a niveles de desarrollo nunca antes alcanzados. Hoy la realidad de algunos países confirma lo expresado en el pasado. Brasil con el aspecto de la corrupción inherente al neoliberalismo rampante, Argentina, con el fracaso patente y la incapacidad de arrancar nuevamente en lo económico y el desastre social causado.
También he expresado opiniones sobre la presencia atemorizadora de las fuerzas armadas norteamericanas en el continente cuyo ejemplo más vergonzoso es el de Colombia, que llegó incluso a aprobar la inmunidad de funcionarios y militares gringos en ese país. Las 36 bases militares de Estados Unidos instaladas en América Latina y el Caribe son una amenaza para la paz, las democracias, la soberanía e independencia de nuestros países.
Si además, cuenta con embajadas, con la Agencia de Seguridad Nacional con la CIA, DEA, USAID y el Comando Sur como puntas de lanza para experimentar, usar y abusar de una serie de estrategias y doctrinas para recuperar su dominio total en esta parte del continente americano, se podrá deducir que sus objetivos de dominación pretenden en el futuro inmediato, la explotación de los recursos naturales y de las reservas de agua, oxígeno y biodiversidad que necesitará el imperio para lanzarse a la dominación global.
El Ministerio de la Guerra de Estados Unidos comúnmente conocido como Pentágono, pretende involucrar directamente a las fuerzas armadas y policiales de cada país o Nación-Estado, para que hagan el trabajo sucio en materia de represión de los movimientos sociales y populares con la consiguiente violación de los derechos humanos y libertades públicas, todo en defensa de los intereses económicos o políticos de la Casa Blanca. Se supone que con el uso de esa estrategia, Washington podrá reducir los gastos financieros que serían muy elevados si los intervencionismos guerreristas fueran directos con el uso de la fuerza militar.
Para que ello funcione, el Pentágono, el Comando Sur, la CIA, la DEA y la totalidad de las agencias de la NSA, por sus siglas en inglés, deberán penetrar profundamente en las fuerzas armadas y policiales de cada nación a las que entregarán armas y equipos nada sofisticados o en desuso para que, contentos con los nuevos juguetes bélicos, los usen en contra de sus propios pueblos. Además, se incrementarán las ofertas de becas, cursos, seminarios, visitas pagadas para oficiales y tropas. En otras palabras, pista ligera es la reedición de la Escuela de Las Américas en cada país. Recuérdese que en esa Escuela de las Américas formaron a los dictadores, torturadores, a los expertos en desaparición forzada de personas y en ejecuciones extrajudiciales.
El académico colombiano Renán Vega Cantor, en un ensayo sobre la geopolítica de dominación de Estados Unidos se refiere a la importancia geoestratégica de las bases militares de Estados Unidos en el mundo y particularmente en nuestros territorios.
Afirma que el capitalismo de nuestros días requiere materiales y energía más que en cualquier otro momento de su historia, como resultado del aumento del consumo a nivel mundial, a medida que se extiende la lógica capitalista de producción y derroche, porque la generalización del american way of life requiere de un flujo constante de petróleo y materiales, para asegurar la producción de mercancías que satisfagan los deseos hedonistas, artificialmente creados, de cientos de millones de seres humanos en todo el planeta.
Para producir automóviles, aviones, tanques de guerra, computadores, celulares, neveras, televisores y miles de mercancías se precisa de una cantidad ingente de metales y otros recursos minerales. Entre estos se incluyen los metales corrientes y conocidos, así como los metales raros. Hierro, cobre, zinc, plata, cromo, cobalto, berilio, manganeso, litio, molibdeno, platino titanio, tungsteno, son algunos de los metales más importantes en la producción capitalista de hoy. Un ejemplo ayuda a visualizar la importancia de esos metales: para producir el turborreactor de un avión se usa un 39% de metales corrientes y el resto consta de titanio (35%), cromo (13%), cobalto (11%), niobio (1%) y tántalo (1%)].
En el escenario de esa guerra mundial por los recursos, América Latina es uno de los principales campos de batalla, porque suministra el 25% de todos los recursos naturales y energéticos que necesitan los Estados Unidos. Además, los pueblos de la América Latina y caribeña habitan un territorio en el que se encuentra el 25% de los bosques y el 40% de la biodiversidad del globo. Casi un tercio de las reservas mundiales de cobre, bauxita y plata son parte de sus riquezas, y guarda en sus entrañas el 27% del carbón, el 24% del petróleo, el 8 % del gas y el 5% del uranio. Y sus cuencas acuíferas contienen el 35% de la potencia hidroenergética mundial.
En estos momentos ha vuelto a cobrar importancia el esquema colonial de división internacional del trabajo, que se basa en la explotación minera, de tipo intensivo y depredador, de los países de América Latina. Esto ha implicado que compañías multinacionales provenientes de Canadá, Europa, China, se hayan apoderado, como en los viejos tiempos de la colonia, de grandes porciones territoriales del continente, donde se encuentran yacimientos minerales. La búsqueda insaciable de minerales metálicos y no metálicos ha llevado a que en estos países se implanten multinacionales extractivas, lo que ha generado un boom coyuntural que ha elevado los precios de esos minerales.
Incluso, se están explotando minerales que no tienen mucha utilidad práctica en términos productivos, como el oro, en torno al cual se ha desatado también otro boom inesperado. Esto está relacionado con la inestabilidad del dólar y la búsqueda de sucedáneos seguros, y qué mejor que el oro, aunque su explotación tenga consecuencias funestas para los países de América Latina, que lo poseen en las entrañas de sus cordilleras o de sus ríos.
Los estrategas del imperialismo estadounidense implementaron una visión del mundo que se basa en determinar si los países son o no obedientes a los dictados de Washington y a su proyecto de dominación mundial, presentado en público con el nombre de globalización.
Uno de estos estrategas, Thomas Barnett, diseñó el Nuevo Mapa del Pentágono, en el cual se divide al mundo en tres regiones, aunque de ellas en verdad importen dos. Por una parte está el centro, conformado por los países capitalistas desarrollados, con Estados fuertes; luego están los países eslabón, que se constituyen en zonas de amortiguamiento y de disciplinamiento del tercer grupo, los países brecha, donde se encuentran los Estados fallidos y las zonas de peligro para el nuevo orden mundial y sobre los cuales se debe desplegar una labor de vigilancia y control por parte de los Estados Unidos, con el fin de consolidar un sistema verdaderamente globalizado, incondicional y proclive a la dominación y explotación abanderadas por Washington y sus compañías multinacionales.
Dicho de otra forma, el mundo está dividido en dos bandos: un sector crítico, conformado por Estados fallidos que amenazan la seguridad internacional a la que se denomina la brecha no integrada, la cual está conformada por países de Centro América y el Caribe, la región andina de Sudamérica, que se extiende por casi todo África (menos Sudáfrica), Europa oriental, el Medio Oriente (excluyendo a Israel), Asia Central, Indochina, Indonesia y Filipinas; la otra zona, formada por lo que se denomina el núcleo operante de la globalización, del que forman parte Estados Unidos, Canadá, Chile, Europa Occidental, China, Japón, India, Australia. Los territorios no enganchados se convierten en un peligro, deben ser sujetos por los primeros, y ponen en cuestión la seguridad del Occidente. Por ello, tienen que ser integrados a la fuerza, porque si un país pierde ante la globalización o si rechaza buena parte de los beneficios que esta ofrece, existe una probabilidad considerablemente alta de que en algún momento los Estados Unidos enviarán sus tropas a intervenir en este país.
Llama la atención que esta gran zona de conflictos y turbulencias corresponda a los lugares donde se encuentran las mayores reservas de recursos materiales y energéticos. La intervención de Estados Unidos en esta gran zona del mundo se hace a nombre de mantener la gobernabilidad, con lo cual se oculta el interés estratégico de asegurarse el dominio de esos recursos naturales, imprescindibles para el funcionamiento del capitalismo, así como el mantenimiento de la explotación de importantes contingentes de fuerza de trabajo, a bajo costo o en términos casi gratuitos: una condición indispensable para el mantenimiento y la reproducción del capitalismo a escala mundial. Adicionalmente, esos territorios no solamente se deben dominar por sus recursos, sino también porque allí también existen movimientos de resistencia y rebelión, donde se esbozan otras propuestas alternativas al capitalismo, que en el nuevo orden mundial no se pueden tolerar.
Por todo lo cual, en estos momentos en que se avecinan las campañas políticas para escoger el próximo años al nuevo gobierno, debemos recordar claramente todo lo aquí anotado. Somos un pequeño país, sin muchos recursos naturales de explotación intensiva, sin ejército y amenazado continuamente por la fuerza del imperio, vecinos hostiles, y susceptible a desastres naturales, que requiere una visión clara y firme de los gobernantes. Un nacionalismo bien entendido. Y no creo, sinceramente, que los representantes del capitalismo neoliberal en nuestro país, Liberación Nacional, Unidad Social Cristiana, Libertarios y los mercaderes de la fe, tengan esa actitud indispensable en estos momentos, cuando vemos cómo se derrumban los sueños neoliberales en nuestro continente, y cómo el imperio norteamericano extiende sus garras en nuestros territorios.
(*) Alfonso J. Palacios Echeverría
2 Comments
Rogelio Cedeño Castro
Gracias don Alfonso por llamar las cosas por su nombre, desenmascarando a los falsos demócratas y por poner las luces rojas de las alarmas para que entendamos la gravedad del momento. Recordando entonces lo que no hay que olvidar nunca, ni en Brasil, ni en Argentina, ni en Venezuela tendrán éxito estos serviles del capital financiero internacional y de la lógica de dominación del imperio del norte.
carolina jimenez
Excelente articulo que nos ayuda a entender este desorden provocado por intereses ocultos internacionales. Asi vamos al desastre socioeconomico.
El problema es la ignorancia de los pueblos y los aparatos electoreros que compran almas y conciencias con tal de ostentar el poder politico y economico en beneficio propio y no de la Patria.