Muchas veces me he preguntado si existe alguna relación entre la conciencia de clase y la defensa de sus intereses, con la democracia capitalista, la democracia socialista o la socialdemocracia. Y la interrogante nace de una realidad: la existencia a una abundante colección de estudios, clásicos o recientes, que tratan los problemas relativos a la crisis, el deterioro, la caída, el crepúsculo o el suicidio de la democracia, considerada como condición indispensable para una civilización de la libertad individual y colectiva, a través de la delegación, el ejercicio y el control de los poderes que una sociedad podría crear para su convivencia, los cuales señalan claramente que cada una de estas tendencias corresponde mayoritariamente a un grupo socioeconómico.
La Democracia capitalista es una ideología político–económica que describe al sistema económico político y capitalista como socio vinculado al sistema político democrático. La propuesta fue formulada en unas elaboraciones teóricas de Michael Novak (The Spirit of Democratic Capitalism, El espíritu del capitalismo democrático, 1982) incluso dando nombre a algunas instituciones. Está basada en el ensamblaje tripartito de una economía de mercado basada predominantemente en incentivos económicos a través del mercado libre; una política democrática; y un sistema moral–cultural liberal que anima el pluralismo.
Como sistema económico acoge una economía de mercado principalmente capitalista, con algunas limitaciones (regulaciones) creadas de acuerdo con el deseo del público o voluntad popular expresada a través del proceso democrático. Uno de los puntos más cuestionados desde el liberalismo económico es la necesidad de regulaciones económicas desde el poder político, y los límites de éstas (si deben limitarse a garantizar el marco jurídico que proporcione seguridad jurídica a los negocios, deben controlar el sistema financiero y sistema monetario o deben ampliarse a un intervencionismo que permita la existencia de empresa pública y planificación económica -a veces denominado quinto poder-), y si estos extremos atentan contra la libre empresa.
La democracia socialista, es una variante del marxismo que rechaza los métodos autoritarios de transición del capitalismo al socialismo en favor de los movimientos de base con el objetivo de la creación inmediata de descentralización y democracia económica. El término es de uso frecuente por los socialistas para clarificar que su posición es tanto el socialismo como la democracia. Los socialistas democráticos están a favor ya sea de transición electoral al socialismo o la revolución espontánea de las masas desde abajo para distinguirse de los socialistas autoritarios que requieren un estado de partido único, la posición del marxismo-leninismo.
La democracia socialista es justamente la lucha por la profundización y la radicalización de la democracia social y participativa, con la finalidad de construir una sociedad justa, una sociedad cuyo horizonte utópico-concreto es la lucha de actores, movimientos y fuerzas sociales, edificando el bloque social nacional-popular en lucha contra la explotación del trabajo, la coerción política, la hegemonía ideológica, la desigualdad y exclusión social, la discriminación, la negación cultural y la destrucción de la naturaleza.
Una democracia radical, social y participativa, de amplia deliberación y protagonismo de multitudes: trabajadores y trabajadoras, pueblos indígenas, estudiantes, campesinos, precarizados, desempleados, mujeres, científicos, técnicos y militares patriotas, sigue siendo percibida como una “amenaza revolucionaria” para la estructura de mando y explotación del Capital.
A esta movilización por la participación ampliada podemos llamarla socialismo participativo, comunismo libertario, democracia radical o democracia socialista, pero no podemos confundirla con las experiencias del socialismo real, bajo la hegemonía de dogmas marxista-leninistas ortodoxos.
Alguna gente, afortunadamente unos pocos, opone socialismo a democracia. La propaganda capitalista ha sido eficaz a la hora de asociar democracia y mercado capitalista. Toda una patraña, si escudriñamos en las formas monárquicas y autoritarias que dicha formación social prefiere en todo el mundo, antes y ahora.
No hay que confundirla con la Social Democracia, que nace del Socialismo a fines del siglo XIX y nada tiene que ver con el Comunismo, aunque los ignorantes lo confunden.
Esta ideología propone: una economía mixta que consta tanto de propiedad privada y de propiedad pública y los programas subvencionados de educación, cuidado de salud universal, cuidado infantil y relacionados los servicios sociales para todos los ciudadanos.
Un amplio sistema de seguridad social (aunque generalmente no en la medida preconizada por los socialistas), con el objetivo declarado de contrarrestar los efectos de la pobreza y asegurar a los ciudadanos contra la pérdida de ingresos a raíz de enfermedad, desempleo o jubilación.
La existencia de organismos gubernamentales que regulan la empresa privada en los intereses del trabajador y los consumidores, garantizando los derechos laborales (es decir, apoyar el acceso de los trabajadores a los sindicatos), de los consumidores, la protección de los más desvalidos, y la competencia de mercado. Ecologismo y protección del medio ambiente a través de las leyes, por ejemplo, la financiación de energía alternativa los recursos y las leyes destinadas a combatir el calentamiento global. Un valor añadido / impuesto progresivo como sistema para financiar los gastos del gobierno.
Los autores han expresado, directa o indirectamente, que las tres posturas son impulsadas por determinados grupos en el espectro de las clases sociales. Así, la democracia capitalista generalmente la asocian a las clases más altas y las que controlan los medios económicos y financieros, la democracia socialista a los niveles más bajos de las clases sociales, y la socialdemocracia a los niveles medios. Los cual, como topología puede servir un poco, pero la realidad no siempre corresponde a las teorías académicas.
Lo que si es cierto es que la socialdemocracia se mantiene en aquellos países en donde existe una extendida clase media, de buen nivel educativo, y donde los medios de producción se encuentran balanceados adecuadamente dentro de la sociedad, y que la democracia capitalista en aquellos donde existe una considerable concentración del poder económico y financiero en pocas manos.
Tras cada una de estas posturas de pensamiento filosófico, político y económico, se encuentran las preferencias de los grupos sociales, y sus deseos de impulsar y proteger la forma de concebir y controlar la sociedad y los bienes de producción. (La riqueza, en fin)
Curiosamente, la llamada socialdemocracia costarricense no nació, como las europeas, desde los niveles sociales medios y bajos, sino que fue creada (¿?) y sostenida por distintas fuerzas sociales y económicas, más de corte liberal que socialista, y con características propias. Extensos estudios de intelectuales e investigadores costarricenses certifican esta realidad.
Ahora bien, en la medida en que la clase media va desapareciendo, por medio de la aplicación de medidas neoliberales desde los distintos gobiernos, como ha sucedido en nuestro país, la democracia tiende a convertirse en capitalista y perder las características que le conceden la socialdemocracia. Es decir, a mayor concentración de la riqueza y desigualdad social, menores son las posibilidades que se implanten medidas de desarrollo social en un país, y mayor es el incremento de la pobreza.
(*) Alfonso J. Palacios Echeverría
3 Comments
Juan Félix Montero Aguilar
Se está demostrando que, bajo el dominio del neoliberalismo, ideología del imperialismo del SXXl, es intolerable cualquier tipo de socialismo derivado de la conciencia de clase.Están dispuestos a acabar con cualquier intento que se les contraponga a sangre y fuego, botones de muestra Chile y Venezuela o por otras vías más originales como los golpes de Estado parlamentario y los llamados golpes de Estado suaves.
Jaime Lopez Vargas
No sera mas bien Juan Felix que se esta demostrando que el socialismo del Siglo 21 resulto ser un fracaso, sin importar las riquezas con que pueda contar un pais.Al fin y al cabo son los mismos ciudadanos,las grandes mayorias,lo que los quieren fuera y son los llamados socialistas los aferrados al poder.
Juan Félix Montero Aguilar
Está demostrado hasta la saciedad que el golpe de Estado contra Allende y las diferentes acciones desestabilizadoras contra la revolución bolivariana han sido planificadas desde las Embajadas USA en asocio con las oligarquías locales y de ninguna manera obedecen a clamores populares.