La primera ronda nos deja descontrolados. De política electoral nadie sabe. La segunda ronda será de los Alvarado. Para empezar, parece ser que a la mayoría votante le interesan solo los jóvenes. Los rocos, al armario.
Es curioso: se suponía que el pueblo estaba todo agüevado del PAC y le preclasifican para la segunda ronda a su candidato. ¿Y entonces? ¿Cómo ocurrió el milagro de que no se le pegara el saco de pulgas que acumuló el PAC? ¿El poder de la simpatía, el poder de la juventud? Ya una vez se eligió un Presidente por la sonrisa y fue el despilinguis más clamoroso de nuestra historia.
¿Y cómo es que se preclasifica también al candidato de los evangélicos, básicamente por defender el matrimonio como privilegio divino de los masculinos machos y de las mujeres de a por derecho? Y ojo, fue el oficialista PAC el que ha venido promoviendo todas estas cosas que teníamos aun (porque todo es cuestión de tiempo) por escabrosas. Sí parece haber un marcado pleito entre unos (los del PAC) y otros (los de Restauración Nacional) ideológico, por darle algún nombre, referido a estos temas de familia y sexo.
¿Habrá, solapado, también un pleito religioso? Porque se trata, en teoría, de evangélicos. Los católicos se durmieron. ¿Soportarán un evangélico Presidente? No es cualquier evangélico; es un candidato muy metido en religión. En justicia, no hay indicio de que el voto se haya ido evangélicos de un lado y católicos de otro lado.
Los dos son cantantes. Uno de música sacra. Otro de rock. Tómenlo en cuenta, ñatos que aspiren a jinetear el Gobierno. Lleven antes un curso de simpatía y otro de canto. Lo demás es aprenderse de memoria un rollo más o menos coherente sobre los principales temas que no nos dejan dormir. Prometan, que eso es todo lo que el pueblo espera. Después se podrá simplemente decir: es que no es lo mismo verla venir que tenerla…La juventud y la sonrisa van de la mano con la felicidad, don divino de los ticos.
Fabricio, el evangélico, puede perfectamente alcanzar la Presidencia. Es cuestión de seguir asuntando al pueblo con el “liberalismo” del PAC, cuya bandera del amor sin fronteras enarboló en la misma Casa Presidencial. Y es cuestión de insistir en que la corrupción se le pegó también al PAC. Y otra cosa: el PAC coquetea con la zurda y con los sindicatos buchones.
Carlos, del PAC, podría señalar que la religión no debe incursionar en la política, que los católicos no deben quedar marginados, que si queda Fabricio el Himno Nacional se tocará con pandereta y que Fabricio no tiene equipo para gobernar.
¡La fuerza del puño! ¡Que nos queda! Fabricio tendrá que demostrar cosas demasiado fáciles: que su movimiento no es propiamente religioso, dar nombres de católicos y ateos que lo siguen, le ayudan y le ayudarán luego en el poder, gente que de paso sean duchos en política y en gobierno. Montado solo en los evangélicos no llegará. Apoyado solo en evangélicos no hará un buen gobierno. Lo principal, en este despiporre de situación, es la cuestión económica y eso no lo entiende cualquiera, ni siquiera cualquier economista.
Carlos tendrá que seguir sacudiéndose las pulgas del PAC, hasta donde pueda. Y tendrá que minimizar el asunto de si a güevo hay que acatar lo que nos obliga a hacer la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Liberación queda más caído que el zapito aquel que tenía la novia al otro lado de la autopista. Pero tiene el musculo necesario para influir la elección que sigue. Antonio hizo su anuncio velado. Incluso el PLN le puede dar en el gobierno una ayuda decisiva a Fabricio. A Carlos no veo ninguna posibilidad de que le ayude a alcanzar la Presidencia. Liberación necesita protagonismo; junto con los socialcristianos deciden la segunda ronda, si quieren. Si queda Fabricio, para bien del país le deberán de todos modos dar una relevante ayuda. Fabricio, como no ha tenido chance de hacer tantos enemigos, tiene una gran ventaja para negociar, desde ahora, con los verdes y con los socialcristianos.
Todos diremos que lo que interesa es el futuro del país, que está más negro que las noches luego de que pasa la luna llena. Ojalá de veras ese sea el criterio que nos oriente. Podría ser que ya no interese quién es el mejor, sino solo el menos peor. La democracia nunca superará el hecho de que no es un sistema que permita escoger al mejor ciudadano disponible. La esperanza es que, ya que los dos son jóvenes, simpáticos, buenos cantores, buenos maridos y padres, se valoren entonces otros factores, muchísimo más relevantes en función de decidir el futuro de esta tambaleante República.
La parte triste de todo esto es que los mayoritarios son los veletas y el abstencionismo. Y la Asamblea sigue fraccionada, por el quiebre del voto y por el multipartidismo, de donde se deduce que hay que negociar, a güevo o si no a derogar la ley que nos obliga a ser felices.
(*) Dr. Mauro Murillo es Abogado
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Jaime Lopez V.
Buen escrito.Realista y ameno.Es un cambio generacional.
Costa Rica es otra.