Columna Poliédrica
Lo que pasó el sábado en el parque de La Merced debe dársele la importancia justa. No debe maximizarse como lo han hecho algunos medios de comunicación que, con tal de vender, dan rienda suelta al amarillismo; tampoco se debe minimizar, aduciendo que se trata de un poco de pachucos de las barras de los equipos de fútbol y no de grupos sociales articulados. En síntesis, hay que ponerle atención al tema.
Hechos similares se están dando en varios países alrededor del mundo. En nuestra América, los Estados Unidos y su gobierno han dado rienda suelta a una política contra las personas que han decidido migrar a ese país; en Colombia, Ecuador y Brasil, principalmente, están recibiendo la migración masiva de ciudadanos venezolanos; en fin, que el fenómeno no es nuevo para los países del continente.
Ni se diga lo que está pasando en Europa con la migración de los africanos y de los migrantes que provienen de los países de Oriente Medio. Es triste observar a la gente llegando a las costas españolas e italianas, pero más triste es observar el resurgimiento de posturas políticas que promueven el odio contra los extranjeros.
Las personas que promueven el rechazo al extranjero, probablemente, nunca ha sido objeto de este tipo de discriminación. Las personas que han viajado, por ejemplo, de América Latina a Europa, puede ser que hayan experimentado el trato despectivo que, a veces, realizan ciudadanos de esos países para con el extranjero; casi siempre, los xenófobos, son personas con una cultura muy limitada y que no tienen un sentido crítico en relación con las informaciones que reciben de los diferentes medios de comunicación.
La ideología contra el extranjero encuentra terreno fértil en sociedades que presentan problemas para satisfacer las necesidades básicas de sus nacionales. En Costa Rica, tal y como comentamos en un artículo anterior, existe un problema de desempleo que responde a una economía excluyente de los grandes sectores de la sociedad; elimina a las personas con ninguna o poca preparación académica, concentra en pocas manos los dividendos de la actividad económica y para no culpar ni a los empresarios o los políticos, termina encontrando chivos expiatorios como los extranjeros.
Los costarricenses sensatos debemos ponerle cuidado a lo acontecido en el parque La Merced. Es necesario exigir de los medios de comunicación informaciones balanceadas y sin sesgos amarillistas, requerimos dar un pronunciamiento contundente repudiando cualquier manifestación de odio contra cualquier extranjero que quiera venir a Costa Rica.
Esperemos que los costarricenses nunca nos veamos en la necesidad de migrar masivamente por razones políticas. La historia muestra que son los grupos que promueven este tipo de ideas xenofóbicas, los que han generado un discurso de odio que terminan produciendo migraciones masivas ante el uso de la fuerza para imponer sus ideas.
Debemos estar atentos porque la justificación para promover la xenofobia, siempre termina siendo la causa para que los nacionales de un país emigren de su tierra por razones políticas. ¡El que tenga ojos que lea y el que tenga oídos que escuche!
(*) Andi Mirom es Filósofo
1 Comment
Ana
Ya dejen de utilizar la palabra xenofobia para nombrar una huelga. El pueblo costarricense está cansado de recibir malos tratos por parte del Gobierno,Costa Rica le pertenece ahora al extranjero y si un tico se queja ya es xenófobo. Y no culpen a Donald Trump por lo el sentimiento del tico en la actualidad,porque los nicaragüenses que han venido hacer daño y el Gobierno de Costa Rica merecen el repudio que ahora se siente.