De cal y de arena
Dentro de la conflagración política, social y económica de dimensiones jamás vistas que vive Venezuela, el gobierno que preside Nicolás Maduro acaba de echar mano a un recurso financiero que me llama la atención por la proximidad que tiene con los arbitrios de un mago que saca conejos de la chistera.
En medio de una expansión de la inflación que no deja en pie nada –del millón por ciento para fines del año, según el pronóstico del FMI- Maduro dispuso “quitarle” seis ceros a la moneda nacional, el bolívar, y adoptar otras medidas dirigidas a contener la debacle ya presente.
Perplejo, busqué información sobre el contenido y proyección de este artilugio financiero tan singular. Y me encontré amplia información sobre la crisis que vivió Bolivia en los años ’80.
En la década previa esa nación había vivido un auge económico, que declinó a partir de las aventuras fiscales que aparecieron en la agenda de deleites de los gobiernos militares como un recurso para atraer apoyos populares. Para entonces ya estaba presente el efecto pernicioso de la caída de los precios del estaño una vez que los mercados internacionales fueron atiborrados porque el gobierno de Estados Unidos se deshizo de sus reservas. El déficit público se tornó descomunal, la economía se derrumbó, el aparato productor perdió dinamismo, exportaciones deprimidas, la inflación alcanzó tasas enormes (las más altas de su historia, 85%) y el PIB se desplomó a tasas famélicas. Apareció la cocaína con un vertiginoso dinamismo hacia el exterior pero con ello vinieron los castigos del Tío Sam.
El tipo de cambio oficial en 1982 era de 200 X $ y el paralelo de 283 X $. Para 1985 el oficial subió a 500 X $ y el paralelo pasó a MILLÓN X $. El presidente Hernán Siles Suazo había venido con titubeos, tanteando una y otra medida regulatoria sin resultados positivos. Para 1985 apeló a esa corrección monetaria y eliminó siete ceros a la unidad monetaria. Pero fue inconsistente en medidas complementarias.
Nada contenía el desplome; tampoco la protesta ciudadana ahogada por el desempleo, la pobreza, la desigualdad y la injusta asignación de la carga tributaria.
En 1985 cambió el gobierno y cambió el contenido político. Las urnas produjeron el retorno a la presidencia de la Nación del líder histórico de la revolución de los años ’50: Víctor Paz Estenssoro.
Asumió el gobierno de Bolivia. Era un Víctor Paz curtido por los años y empapado de experiencias vividas en su tránsito por distintos países y convencido de que la ruta que seguía Siles era errada. Su visión de ahora se alejaba del estatismo de sus primeros gobiernos. Como lo predica el famoso Decreto Supremo # 21060 que promulgó el 29 de agosto de 1985, a pocos días de asumir la presidencia, con una amplia seria de medidas típicas del recetario claramente ortodoxo propio de la línea de shock: reducción brusca y fuerte del déficit fiscal con cirugía sobre el gasto, la virtual supresión de la inversión pública, un fuerte impuesto a los carburantes y servicios públicos, devaluación radical de la moneda, congelamiento de salarios públicos y privados, apertura completa del comercio exterior y atracción al capital. Los analistas e historiadores recalcan el tremendo costo social y político de los ajustes, sólo posible en virtud del fuerte liderazgo de Paz Estenssoro.
Gobiernos posteriores mantuvieron la orientación en sus aspectos medulares. Presidente desde 2006, Evo Morales –“El Indio”, como peyorativamente le llaman en claustros que le adversan higadosamente y con subestimación a su capacidad intelectual y su perspicacia política- también ha sabido cautelar esas líneas e impregnarles –con legítimo derecho y tal y como lo predicó en campaña- del sentido nacionalista impreso en su bandera.
Hoy los logros de aquel emprendimiento de pesado costo y no poca protesta, pero también con profunda raíz en la vía de la corrección necesaria, están a la vista. Bolivia, con grandes recursos naturales, vive su “Década de Oro” como anota el Fondo Monetario Internacional. El crecimiento de su economía por encima del 4,5% en varios años de esta década, lo resaltan CEPAL, el Banco Mundial y el FMI. Basta con consultar sus páginas informativas.
Es la cosecha de un fuerte liderazgo político y de una acertada disposición de medidas de un alto costo social que tras el paso de los años, seguramente también con marcas del autoritarismo, le han permitido a la sociedad boliviana una mejor vida.
Quitarle ceros a la moneda no bastaba; había que acompañarle con otras decisiones.
No se visualiza en Venezuela un tablero con las fichas en posición similar al caso boliviano.
(*) Álvaro Madrigal es Abogado y Periodista
5 Comments
Jorge Fallas
Tiene razón don Alvaro. La solucion en Bolivia pasó por eliminar la fuente del problema que era el financiamiento del déficit fiscal con emisión monetaria al reducir gastos y aumentar ingresos fiscales.
La movida de Maduro dista de ser lo que hizo Bolivia en esa época. Se parece más a las expereincias de Argntina y Brasil por esos años, que cambiaban monedas frecuentemente y sufrían hiperinflaciones hasta que ajustaron la política fiscal.
Floria Fernandez Escalante
Algunos datos interesantes para nuestra Costa Rica.En estos paises,Bolivia,Venezuela tienen grandes recursos naturales que explotan.Nosotros seguimos creyendo que solo extrayendo a traves de impuestos a la poblacion se maneja el estado.Nada de explotar gas,petroleo u oro.
Otro asunto claro es que estos bandazos hacia la izquierda,en cualquier pais de nuestra area han resultado nefastos para la poblacion mas pobre.Son los que sufren de estas genialidades economicas y obligan a la migracion.
rafael torres
Sra Fernandez,la situacion en venezuela, tema en cuestion tiene origenes mucho mas complejos,su revolucion tira a salir de la influencia del dolar con viraje socialista, esto es un insulto intolerable para Usa,porque ese pais tiene las reservas de petroleo mas grandes del planeta,el y el Fmi, controlado por Usa, le cierra creditosy le compra petrleo cada vez menos, le impone sanciones de toda clase para que vuelva al redil,no pueden permitir que ese pais se salga de su zona de influencia, solos el patio trasero, no lo olvide, sin reserva de dls, la economia, se desploma inevitablemente, este juego descomunal geopolitico lo explica con lujo de detalles elDR, Juan Carlos Valdez y Fernando travieso, estudiosos a fondo de estas cuestiones, en you tube abunda informacion al respecto,las verdaderas razones de la catastrofe inflacionaria en ese pais ningun medio de comunicacion las transmite, mucho menos Cnn, por razones obvias.
John Smith
Venezuela se enojó con su principal cliente que era EEUU, para rematar se le fue encima al pueblo también, así ningún gobierno prospera, están gobernando para ellos mismos, nadie más que los allegados a Maduro y el narco se está beneficiando de la situación actual de Venezuela.
Si bien no apoyo el imperialismo de EEUU, tampoco apoyo el radicalismo de Maduro, que no es diferente al radicalismo actual de Trump, que para ellos o están con ellos o contra ellos, no existen ideologías diferentes en sus mundos.
JuanJose Eunuco
Sigan hablando pestes de Venezuela, de por sí que Costa Rica no es ninguna pomada canaria. A cómo va ahorita van a estar igual o peor.