Desde el proceso electoral fui claro que mi prioridad más urgente como Presidente sería proteger a Costa Rica de una crisis fiscal. La situación de las finanzas públicas llegó a un punto crítico, poniendo en riesgo la sostenibilidad de nuestro Estado social de derecho y nuestra economía.
Con la aprobación de la reforma fiscal el país ha evitado una crisis económica. Costa Rica ha adoptado una decisión valiente que trae confianza y da certeza sobre nuestra estabilidad económica y social. Este no es un logro menor. No ha sido fácil, no está todo resuelto y tomará algún tiempo ver los resultados de mayor alcance, pero hemos logrado salir adelante: Costa Rica tuvo la capacidad de evitar una crisis.
Quiero agradecerles a quienes han apoyado al Gobierno de la República en este esfuerzo. Particularmente a los diputados y las diputadas que respaldaron el proyecto logrando consensuar esta mayoría.
También, quiero dedicar unas palabras a quienes no estuvieron de acuerdo con esta reforma. Costa Rica debe seguir adelante, y mi mensaje es que mis manos y las de mi gobierno están abiertas y extendidas. Como nación debemos avanzar, y ese camino lo construimos trabajando todas las personas juntas.
Mi compromiso es seguir una ruta responsable en materia de finanzas públicas y una buena gobernanza. Seguiremos enfatizando el trabajo en materia de evasión, elusión y contrabando, se utilizarán herramientas como el registro de accionistas y otras que brindan mayor transparencia en materia tributaria. También, he instruido al Ministerio de Hacienda para que revise e implemente aquellas propuestas de la comisión legislativa sobre los Panamá Papers que hubieran quedado fuera del proyecto fiscal.
Una vez lograda esta necesaria reforma quiero trazar cuales serán nuestros siguientes pasos. No será nada diferente de lo que prometí cuando pedí su voto y lo resumo en 5 puntos: empleo y reactivación, diálogo social, agenda fuerte de inclusión social, reformas al Estado y finalmente educación
1. Empleo y reactivación
Como comprometimos, impulsaremos la agenda de reactivación económica enfocada en la generación de empleos.
Por ello, avanzaremos con proyectos de inversión pública para dinamizar la economía. Estaremos enviando a la Asamblea Legislativa una serie de proyectos de inversión como el Programa de Alcantarillado y control de inundaciones en Limón por $56 millones de dólares, el proyecto para el Fortalecimiento de la Universidad Técnica Nacional por $50 millones de dólares y el programa de agua para Guanacaste, PAACUME por $425 millones de dólares.
Posteriormente, en 2019 estaremos enviando al Congreso el empréstito del Tren Eléctrico y otros.
En paralelo, avanzaremos con la ampliación de la ruta 32, la carretera Cañas-Limonal y la construcción de la Circunvalación Norte. Al tiempo que fortaleceremos el Consejo de Concesiones para avanzar con iniciativas de inversión en alianzas público-privadas.
Parte clave de esta agenda de empleo y reactivación son los proyectos para el ingreso de Costa Rica a la OCDE, que debe darse a más tardar a inicios del 2020.
Para seguir la ruta de la estabilidad económica, se debe aprobar el proyecto de ley de eurobonos para el financiamiento internacional del país. Estos recursos serán utilizados para reestructurar la deuda y no para incrementar gasto, quitando presión a las tasas de interés locales y al tipo de cambio.
2. Diálogo social
La reforma fiscal era necesaria y urgente, pero yo no puedo soslayar que en último año Costa Rica ha vivido tensiones que requieren que reforcemos el diálogo y los acuerdos nacionales.
Iniciaremos los esfuerzos para fortalecer el diálogo social en todos los niveles. Activaremos el Consejo Económico y Social y para eso he solicitado el apoyo al Estado de la Nación y al Consejo Nacional de Rectores. Convocaré este espacio para el mes de enero de 2019.
También, enviaremos al Congreso el proyecto para crear por ley el Consejo Económico y Social, y revisaremos con los partidos políticos presentes en el Congreso la Agenda del Acuerdo Nacional, esto para buscar puntos, avances y de encuentro.
También entendiendo que la sociedad de hoy demanda ir más allá, desde la iniciativa de Gobierno Abierto abriremos canales de consulta y de participación ciudadana.
3. Una agenda de inclusión social fuerte
Como país hemos visto las desigualdades territoriales que tenemos, entre lo urbano y lo rural, la deuda histórica con las mujeres, y las desigualdades que afectan a poblaciones específicas como las personas con discapacidad, la población LGTBI, los adultos mayores, las personas indígenas y las personas afrodescendientes. Es una agenda que llevo en el corazón, que defendí como Ministro del IMAS y luego como Ministro de Trabajo, y que seguiré impulsando con fuerza desde la Presidencia de la República.
Cumpliremos con lo prometido en cuanto a ampliar la red de cuido, y ampliaremos la estrategia Puente al Desarrollo, para trabajar no solo con las familias, sino con los barrios y comunidades de mayor necesidad y riesgo del país. Asociaremos con mayor vigor la estrategia de reducción de la pobreza, con la estrategia socio-laboral y el sistema nacional de empleo e impulsaremos el proyecto de ley para fortalecer la inspección de trabajo en el MTSS.
4. Reformas al Estado y a las instituciones
Como lo dije cuando solicité su voto “requerimos una reforma del Estado para la gestión eficaz y eficiente basada en resultados y la administración del talento humano con apego a derechos y deberes”. Revisaremos reformas en empleo público, a instituciones y normativa del Estado, pero esto deberá hacerse en diálogo, y poniendo de primero el interés de ciudadano. No con una óptica fiscalista o con una óptica gremialista, sino con la visión sobre qué es mejor para las personas, especialmente las más vulnerables, y cómo deben ser las instituciones modernas que necesita Costa Rica en el siglo XXI.
5. Y la más importante: la educación
Si la reforma fiscal era la prioridad número 1 para protegernos, la mejora de la educación es la prioridad número 1 para desarrollarnos inclusiva y vigorosamente.
La educación es la inversión más fuerte que hacemos, eso nos distingue y nos llena de orgullo, pero necesitamos trabajar juntos para ver los frutos de esa inversión.
Por eso expandiremos el acceso al preescolar, así como al cuido de primera infancia. También daremos apoyo a los docentes e impulsaremos la evaluación del personal docente para la mejora continua en la calidad educativa y el acompañamiento al personal. Enfocaremos el soporte en los centros educativos de mayor necesidad para cerrar las brechas sociales y educativas. Haremos del bachillerato una prueba diagnóstico, ya no un cuello de botella, para que las personas puedan seguir su camino en la vida. También daremos mayor énfasis a la formación técnica y vocacional.
Esto debe hacerse con el estudiantado, con las educadoras y educadores, con las familias, las comunidades y las instituciones en un esfuerzo nacional. Por eso el 2019 será el año de la educación, donde recobramos decididamente su fuerza y la dignidad, luego de momentos muy difíciles, en especial para nuestra niñez y nuestra juventud.
Para avanzar en esa dirección es necesario atender la situación inmediata, por eso he encomendado a los Ministros de Educación y Trabajo reiniciar un acercamiento con las organizaciones magisteriales.
Hay otros temas que trabajaremos no con menor brío, como el apoyo al sector pesquero, el marco regulatorio para transporte y plataformas digitales, la transición portuaria y el crecimiento en la provincia de Limón, el impulso decidido a la descarbonización y la resiliencia al cambio climático o el fortalecimiento del sistema de salud y de seguridad social.
Pero comparto esos cinco ejes, como cinco dedos de la mano, para orientar al ciudadano a entendernos en ese horizonte de nuestros siguientes pasos como país: empleo y reactivación, diálogo social, agenda fuerte de inclusión social, reformas al Estado y educación.
Costa Rica ha evitado una crisis, tiene rumbo y tiene estabilidad. Hoy podemos lanzar un mensaje de esperanza sobre nuestro futuro, porque está en nosotros, y en nadie más, avanzar de manera decidida en el siglo XXI.
Como Presidente, entiendo que ese es mi mandato y así avanzaremos.
(*) Carlos Alvarado Quesada, Presidente de Costa Rica