Tegucigalpa, 11 dic (EFE).- El diálogo nacional en Honduras finalizó sin acuerdos para resolver la crisis política surgida por un presunto fraude en los comicios de 2017, que incluye un insistente pedido opositor de que el reelegido presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, salga del poder.
El representante de la ONU en Honduras, Igor Garafulic, dijo hoy que pese a que durante el diálogo se alcanzaron «169 consensos» que buscan sentar las bases de «un marco integral para fortalecer la democracia (…) no ha habido acuerdos para elevarlos a la categoría de acuerdos formales».
La falta de acuerdos fue anunciada este martes, tres semanas después de que finalizaron las reuniones en las mesas instaladas en agosto pasado y que estuvieron facilitadas por la ONU con el acompañamiento de España.
Garafulic señaló que los 169 consensos alcanzados en las mesas de diálogo, que giraron en torno a los temas de derechos humanos, reformas electorales y constitucionales, y los resultados de violencia pre y postelectoral, «son propiedad» de las fuerzas políticas de Honduras que los construyeron, por lo que «queda en sus manos que puedan proceder con ellos a favor del país».
El coordinador de la ONU en Honduras afirmó que el trabajo desarrollado en las mesas técnicas tiene «la calidad y la coherencia para orientarse a lograr acuerdos nacionales».
El diálogo político ha aportado «a la reconciliación» de Honduras, subrayó Garafulic, quien aseguró que la ONU seguirá «atenta y dispuesta» a apoyar las «necesidades y demandas del país».
El diálogo nacional se instaló con la participación de representantes del Ejecutivo y del gobernante Partido Nacional; del opositor Partido Liberal, y del excandidato presidencial de la Alianza de Oposición contra la Dictadura Salvador Nasralla.
Eduardo Martell, del Partido Liberal, afirmó que en el diálogo «hubo boicot desde un inicio por el Partido Nacional y el Gobierno» de Hernández.
«Hoy lamentamos que (el diálogo) no haya tenido los resultados que esperaba el pueblo hondureño y demandaba la sociedad para poner fin a esta crisis», subrayó Martell.
Aseguró que el Partido Liberal seguirá buscando las «vías» que le permitan devolver al país «la paz y la tranquilidad», y enfatizó que eso pasa por «la salida de Juan Hernández del poder y la anticipación de elecciones».
Enfatizó que la Administración de Hernández es «ilegítima» y le está causando «un enorme daño» a Honduras, por lo que destacó la necesidad de construir un «gobierno de transición».
«La crisis no se resuelve, se mantiene y, por el contrario, creo que aumentan los niveles de crispación de la sociedad», opinó el político opositor
Antonio García, representante del excandidato Nasralla, afirmó que en Honduras «hay una crisis» y el diálogo era un espacio para buscar una salida, pero «no fue posible por falta de voluntad política».
«No se trató con seriedad ni profundidad el tema del fraude electoral y la ilegal reelección del actual gobernante», enfatizó García.
El representante de Nasralla dijo sentirse «triste» por no haberse alcanzado un «acuerdo vinculante» que contribuyeran a solucionar la crisis política, y destacó que continuarán en la lucha de «retornar al Estado de derecho y democrático».
Por su parte, el ministro de la Presidencia hondureña, Ebal Díaz, reconoció este martes la «buena voluntad» del Partido Liberal y de los representantes de Nasralla en trabajar para construir los consensos, y afirmó que el diálogo debe «seguir más allá» de que se hayan logrado acuerdos o no.
Díaz lamentó en Twitter que los consensos en materia de derechos humanos «no hayan sido ratificados» por los representantes de Nasralla y de Luis Zelaya, el excandidato presidencial del Partido Liberal, y les pidió «recapacitar refrendando» los mismos en la oficina de la ONU en Honduras.
El funcionario hondureño señaló además que los consensos en materia de reformas electorales deben llegar al Congreso para «ser discutidos» por todas las fuerzas políticas. EFE