Kinshasa, 24 dic (EFE).- A solo 6 días de las elecciones generales en la República Democrática del Congo (RDC), los habitantes del noreste del país se preguntan si van a poder votar a causa de la inseguridad existente en la región y los ataques incesantes de los rebeldes ugandeses.
«Aquí, en este territorio, estamos alerta todo el rato», explica el representante de la sociedad civil de Beni, una de las principales ciudades de Kivu del Norte, Hangi Kizito, en conversación telefónica con Efe.
«La población estaba preparada para votar el 23 de diciembre porque la sociedad civil se ha movilizado para sensibilizarla para ir a votar», explica el representante.
Pero el pasado jueves el presidente de la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI), Corneille Nangaa, anunció que los comicios se retrasarían una semana, hasta el domingo 30 de diciembre, por falta de material electoral en la capital, Kinshasa; unos problemas técnicos que afectan a todo el territorio.
Estos comicios deberían haberse celebrado, en realidad, en diciembre de 2016, cuando finalizaba de forma oficial el segundo y último mandato del presidente de la RDC, Joseph Kabila, pero la CENI argumentó entonces también problemas técnicos.
Las elecciones se han venido retrasando desde entonces hasta quedar fijadas en el 23 de diciembre de 2018, pero la quema de un almacén con material electoral a mediados de este mes llevó a la CENI a declararse de nuevo incapaz de celebrar la votación en la fecha prevista.
Mientras en la capital la oposición protesta contra este nuevo aplazamiento y la CENI amenaza a los líderes políticos que continúan su campaña, que debió concluir el pasado viernes, en el este los ataques armados no cesan.
Este fin de semana, cinco civiles y un militar murieron en un nuevo ataque de supuestos rebeldes ugandeses del Frente Democrático Aliado (ADF) en la localidad de Kipriani, en la provincia de Kivu del Norte, una zona donde operan más de un centenar de grupos armados y donde actualmente se registra también un grave brote de ébola que se ha cobrado la vida de 347 personas desde agosto.
«El ataque durante la noche del sábado al domingo ha provocado el pánico en la población», relata Kizito, «todo el mundo tiene miedo y hay riesgo que la gente no salga el 30 de diciembre».
La región tiene una fuerte presencia del Ejército congoleño, una fuerza militar mal pagada, desorganizada y con muchos problemas de corrupción, según expertos y ONG, y de la misión de la ONU en la RDC, la Monusco.
Sin embargo, los ataques siguen produciéndose sin impunidad y con la población civil como casi única víctima.
«Después de cada ataque, las autoridades militares y civiles aseguran a la población que han puesto en marcha dispositivos para protegerla, pero desgraciadamente ninguna de estas medidas cambia nada», lamenta el representante civil.
El ADF empezó su campaña de violencia en 1996 en el distrito de Kasese, en el oeste de Uganda, para intentar sacar del poder al presidente ugandés, Yoweri Museveni.
Pero la ofensiva militar ugandesa les obligó a cruzar las fronteras a la RDC, donde realizan los ataques tanto a este país, como a Uganda.
La CENI asegura que todo esta listo en esta región para las elecciones. El último avión con material electoral ya ha dejado todo lo necesario para la región, y las papeletas se distribuyen ya por los diferentes colegios electorales, donde tienen que estar el viernes, según lo estipulado en las leyes electorales.
La Comisión Electoral asegura que todo estará listo mañana.
Los congoleños deberán decidir el domingo al sucesor de Kabila entre 21 candidatos, entre ellos solo una mujer, en lo que puede ser el primer traspaso pacífico de poderes de la historia del país.
Kabila, que lleva en el poder desde 2001, anunció en agosto pasado que respetaría el límite de dos mandatos consecutivos que dicta la Constitución.
El jefe de Estado designó como su sucesor y candidato por el Frente Común para el Congo (FCC) a Emmanuel Ramazani Shadary, quien fuese su viceprimer ministro y titular de Interior, y que ha prometido preservar su legado.
Contra él, los principales candidatos de la oposición son Félix Tshisekedi, hijo del histórico opositor Étienne Tshisekedi, y el diputado nacional Martin Fayulu. EFE