viernes 19, abril 2024
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Contienda entre demonios

Yo le digo “no” al presidente Maduro…pero hay también otros que le dicen “no” al mismo hombre pero a partir de otras premisas de principio que no son las mías. Yo no le echo gasolina al fuego. La intervención militar yankee en Venezuela significaría muerte, ruinas y desolación. Guaidó le dice “no” a Maduro pero como un traidor. Le da la bienvenida a la intervención militar gringa “si fuere necesaria”. Sepan que un “sí” no es siempre igual a otro “sí”; ni un “no” es igual a otro “no”.

Yo digo: no a Maduro pero sin la intervención yankee. Sin las amenazas yankees. Todo lejos de Trump, tanto como se pueda. Eso es lo que digo. Confieso otra vez: Guaidó es el otro gran traidor a la patria venezolana. El que le guiña un ojo a la intervención militar extranjera es un maldito. Cualquier intervención militar en Venezuela de cualquier otro país es inaceptable. Pobre Guaidó: Bolton, Abrams, Rubio, sus amos.

El libreto de Maduro se retuerce en sus últimas páginas. Negociar, negociar, antes que sea tarde. Por los millones de chavistas, por la mayoría opositora, por todos los venezolanos.  Los demonios a negociar. En el fondo, esto es una vil contienda entre Maduro y Trump, entre Estados Unidos y otras potencias (China, Rusia), es una vulgar vendetta de Colombia y Brasil. En todo caso, el reino de las consignas tiene su límite y dicho límite es la cruda realidad, cuando hay que hacer largas filas para adquirir “algo” y el dinero no alcanza.  Mayor es el agobio cuando se pone en duda la legitimidad de un Ejecutivo que solo administra el caos y el pillaje. El reino de las consignas huecas fenece. Se acabó su tiempo.

La solución digna es la negociación porque no hay otra solución digna y con las partes dispuestas a ceder. Porque la guerra ni la violencia son soluciones dignas; porque no se debe ignorar a los millones de chavistas ni a la mayoría desafecta al régimen. El madurismo a través de la Asamblea Nacional Constituyente puede convocar a nuevas elecciones. Eso es lo que el presidente Maduro debe cumplirle a Europa. Claro que hay que negociar seguridades y espacios para uno y otro bando.  No me cabe duda que en unas nuevas elecciones el madurismo sería derrotado. Pero la respuesta es una, insisto: nuevas elecciones transparentes y limpias, con el mundo (léase las Naciones Unidas) como garante de ellas para que el pueblo decida su inmediato destino. Este es el nudo gordiano que hay que desatar. Maduro nunca se va a sentar a negociar si no se le invita con decoro a hacerlo. Y la oposición debe negociar con una legitimidad suficiente. Es el milagro que se espera de una contienda entre demonios.

(*) Allen Pérez es Abogado

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4 COMENTARIOS

  1. Petróleo= maldición. Donde hay petróleo hay conflicto e inestabilidad política, derecha o izquierda, eso no importa, a las dos las impulsa la codicia.

  2. Al presidente Maduro se le terminó el tiempo. La farsa Maduro-Cabello llegó a su final. Ellos no tienen con que resistir fuerzas infinitamente mayores, empezando con la de la mayoría del pueblo que ansía su liberación. Lo único racional que le queda por hacer es aceptar el ultimátum de Europa: deben convocar de inmediato a nuevas elecciones y establecer la estricta supervisión de la ONU. No hay otra. Su gobierno es inviable. Resistir al imperio es un suicidio, es tocar los tambores de la guerra. Resistir sería un crimen. El pueblo debe ser consultado. La prepotencia del presidente dictador no tiene espacio. No es la hora de morir por la poesía política. Nunca es la hora. No hay China, no hay Rusia. Ahora se trata de salvar vidas, de hacer lo racional y huir del dolor. Porque no hay nada mayor ni supremo que la vida de cada individuo, porque el ser humano no nació para inmolarse en la política ni por los políticos. Llegó la hora cero de las realidades.

  3. Empezó la destrucción material del estado nacional venezolano, al menos el que hemos conocido a lo largo de su historia reciente, durante el siglo pasado y las primeras dos décadas del presente: todo esto al acelerarse la ejecución del guion económico, político y militar tipo Libia o Irak, con el falso pretexto de las llamadas armas de destrucción masiva, en el caso de este último, que el imperio y sus cómplices han venido preparando durante los últimos años, por lo tanto es asunto de horas para que esa inmensa tragedia que esto significa empiece a manifestarse, en todas sus dimensiones, pues el gobierno estadounidense no sólo impulsa al autojuramentado presidente “provisional” y marioneta, Juan Guaidó, sino que es un hecho cierto que ya empezaron a ejecutar el saqueo de las cuentas y los activos de la nación venezolana en el exterior, entre ellas las cuentas de PDVSA en los EEUU y las reservas de oro en el Reino Unido las que no fueron devueltas, siendo muy dudoso que todavía existan, todo con el pretexto de que serán entregadas al golpista Guaidó y sus emisarios en el exterior, lo cierto es que esos recursos no volverán cuando dejen al país en ruinas, y probablemente fragmentado como los ya mencionados países, basta con ver lo ocurrido en Irak y en Libia para darnos cuenta ¿cuál es el tipo de “democracia” que pretenden implantar los estadounidenses en esta parte del mundo?. La tragedia de Venezuela es la nuestra, la de toda la región latinoamericana y caribeña que volverá, de manera inexorable, al estatuto colonial que tenía a principios del siglo XX, cien años atrás, cuando nuestros países eran invadidos y ocupados, con suma frecuencia, por la infantería de marina de los Estados Unidos.

  4. Los pueblos de latinoamerica deben de revelarse contra ese imperio miserable de Estados Unidos…. Llega un punto que ser un estado títere lamesuelas deja de tener sentido. A todos los lame botas de lis gringos, sepan que ese imperio tiene los días contados, y se llevará entre las patas a lis latinoamericanos si no nos pellizcamos.

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