viernes 29, marzo 2024
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La violencia sexual más allá del #MeToo contra Oscar Arias

Alexandra, una médica y activista antinuclear, con toda valentía, ha denunciado penalmente, por el delito de violación sexual a Oscar Arias Sánchez, Premio Nobel de la Paz, quien fue dos veces presidente de Costa Rica.

Luego de que ella rompiera el silencio, dos mujeres periodistas, Nono y Enma, se unieron al #MeToo, al #Cuéntalo y revelaron que fueron víctimas de agresiones sexuales por parte de Arias.

Arias, es uno de los hombres más poderosos política y económicamente de Costa Rica.  Aliado a las oligarquías internas, a la clase política costarricense, a los intereses del gran capital transnacional y a la casta política internacional. Es un exponente de la corrupción y del poder patriarcal en un contexto colonial, racista y capitalista. También un exponente de los discursos de paz, que refuerza los mitos de un país bucólico, que sólo existe, en un imaginario social colectivo, posible por la creación desde un pensamiento y posturas hegemónicas y dominantes.

Él se rodea de buenos amigos, entre ellos Felipe González, con quien se reúne y hace lacitos, la política los hace y la corrupción los junta. En Costa Rica, tiene sendos cortijos que le hacen la reverencia.

Oscar Arias es todo un señor feudal, con poder de decidir sobre vidas, cuerpos y territorios. Ejerce su poder sobre instituciones, funcionarios y los políticos de todos los partidos que han buscado su bendición. Un señor feudal que, justificado por muchos de sus siervos, cree que tiene derecho de pernada.

Nuestras hermanas Alexandra, Nono y Emma, se enfrentan, no solo al poder de Arias, afrontan también a las cofradías masculinas, a las fraternidades de las masculinidades hegemónicas de pactos patriarcales.

Los hombres dejan de lado sus diferencias y salen en defensa de su hermano, en casos como este, establecen alianzas, porque están en juego sus privilegios de machos.

Se escudan en la presunción de inocencia, pero con argumentos cargados de machismo y violencia, defienden la cultura de la violación, que es una expresión de la violencia feminicida con casi total impunidad, que se escribe y e inscribe sobre nuestros cuerpos, asumidos como territorios coloniales.

Con la denuncia penal que formalmente interpuso Alexandra, se pone a prueba todo el entramado judicial, institucional y legal respecto a los delitos sexuales. Muchas horas de formación y dinero invierte el país en ello.  Hay leyes, Fiscalía de Género, fiscales especializados en violencia sexual, hay profesionales en psicología, trabajo social, psiquiatría, oficinas de atención de la víctima y un largo etcétera de funcionarios sensibilizados. También hay un Instituto Nacional de las Mujeres que está obligado a velar por la defensa de los derechos de las mujeres.

Pero ya sabemos que el derecho no opera igual para las mujeres. A pesar de que exista el tipo penal de violación, un marco de derechos humanos en violencia contra las mujeres, y formación a los operadores jurídicos.  Alexandra y todas aquellas  que hayan denunciado violaciones, se enfrentan al poder patriarcal y a los pactos entre los hombres.

También se pone a prueba el feminismo costarricense su fuerza y su reivindicación. Este es un momento crucial para visibilizar la potencia de las feministas y de quienes dicen serlo.  El movimiento feminista tiene un reto, no callar y de sumar las voces y presencias para apoyar a nuestra valiente hermana que ha dado un paso al frente y se enfrenta ya, a todo el poder mediático e institucional, plagado de patriarcado.

Es hora de que Costa Rica no se quede atrás en la ola feminista que empapa el mundo. Somos las feministas quienes tenemos la potencia de transformarlo todo, desde la raíz.  Urge la movilización, las publicaciones y hacer visible todas las formas de solidaridad y sororidad para con nuestras valientes hermanas que se han atrevido denunciar y para con aquellas mujeres víctimas de violencia machista, que no denuncian por múltiples razones el miedo, la pobreza, la situación migratoria etc.

Alexandra, Nono, Emma, hoy alzan valientemente la voz, ellas tienen medios materiales y redes de apoyos para hacerlo, muchas otras mujeres nunca denunciarán porque no pueden, porque tiene miedo, porque denunciar les puede costar su vida.  No denunciarán a Oscar Arias, tampoco denunciarán a su padre, al cura, al profesor de la universidad, al pastor, al maestro, al panadero, al novio, al empresario, al vecino, al marido, al jefe, al desconocido que las violentó sexualmente en completa impunidad.

La lucha feminista es contra el patriarcado, no solo contra Oscar Arias, él es un exponente visible, pero nuestra lucha es más amplia Es una lucha por todas las mujeres. Por las mujeres que no tienen los mismos recursos económicos y apoyos emocionales para denunciar. Porque nosotras queremos cambiarlo todo, desde la raíz.

El #MeToo es la respuesta de un feminismo de élite y que no alcanza a las empobrecidas, migrantes, obreras, empleadas domésticas, a las indígenas y negras pobres, quienes estamos sometidas a la opresión imbricada género, raza y capital.

Por ello hay que luchar y salir en contra del silencio y de la impunidad, que rodea la violencia sexual, la violencia que destruye nuestros cuerpos, proyectos de vida y territorios.

Que el acusado ejerza su derecho a la defensa, pero nosotras ante la cultura de la violación y los pactos patriarcales respondemos con solidaridad feminista.  Yo si te creo. Yo les creo, porque si tocan a una nos tocan a todas.

(*) Ana Marcela Montanaro Mena, Jurista, activista, feminista y experta en derechos humanos,  Directora Observatorio Ético Internacional.

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6 COMENTARIOS

  1. Si es una realidad . Practicamente todas las mujeres hemos recibido algun tipo de acoso sexual en menor o mayor medida, y decirlo no es una moda , como lastimosanente dijo alguien en un comentario , articulo anterior sobre el mismo tema .

  2. Pues es reiterar que esta lucha por acabar con el acoso sexual a las mujeres debe darse sin miedos y debe involucrarnos a todos . Aunque con sensatez y sentido comun . Sin revanchismos u otros ismos que no nos permitan llegar a buen puerto. Nos atañe a todos. Por una sociedad mejor .Solo juntos lo lograremos Por todas y todos. Pero cada uno tiene que asumir su responsabilidad al respecto. Sin culpabilizaciones , si observandonos , con verdadero compromiso y seriedad de cambiar para mejorar. Tenemos el gran privilegio de poder mejorarlo todo, entre esto a nosotros mismos .Quiza el mas grande privilegio. » Hombres y mujeres somos las dos caras de una misma moneda y ninguna de las dos caras es mas valiosa que la otra.». Saludos cordiales al sr Lara . Esperando que se una a estas luchas femeninas; son justas y necesarias.Todos contamos.

  3. Como dicen en EEUU, cuando el «mierdero pega en el ventilador», vemos la realidad cruda y descarnada y no nos queda de otra que tirar nuestros propios mitos a la basura. Es clarísimo que la «sana costumbre» del silencio por «miedo al que dirán» por «guardar las apariencias», tenía su fecha de defunción. Es como una olla de presión: «podemos mentirnos y mentirle a muchos por mucho tiempo, pero no será posible mentirnos y mentirle a todos, todo el tiempo».

  4. Excelente comentario. Qué pútrida sociedad ha creado el patriarcado. Qué ignominia vivieron nuestras madres, tías, abuelas…y hoy en pleno siglo XXI la impunidad continua…pero con la difirencia del empoderamiento de las mujeres.

  5. Admiro a esas mujeres valientes que salen a gritar el silencio retenido. Sea por miedo, vergüenza, impunidad, máxime tratándose de un personaje cómo Óscar Arias. Es nuestro deber seguir denunciando estos toqueteos, palabras dañiñas y todo tipo de abuso.

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