viernes 29, marzo 2024
spot_img

La paz en Colombia, entre Troya y Roma

2800 años después de su aparición, La Ilíada nos sigue intrigando por su potencia literaria y profética. El conflicto colombiano es uno de los tantos escenarios bélicos que se manifiestan como una suerte de parusía de esta obra.  El lector de Homero siente muy cerca los pormenores de la gesta de Troya: vibra al ritmo de los valientes combatientes, siente la desesperación de las futuras viudas, el crujir de los cascos y las armas, el romper de huesos y cráneos, el espectáculo macabro de la sangre que brota y corre por los cuerpos desmembrados, abonando la tierra troyana. Homero no es solamente poeta, reportero de guerra, cronista, medico legista, es también profeta. En efecto, el relato homérico diseca la guerra y alerta de la complejidad de sus manifestaciones. Lo fácil que es su comienzo y lo difícil que es ponerle fin. La guerra, a pesar de la intervención permanente de los dioses, es en La Ilíada una tragedia de la condición humana. De la misma manera que las acciones de alimentarse, hacer el amor, dar a luz o morir, dependen en gran parte de la satisfacción de un instinto o de una necesidad, Homero nos dice que la guerra es una actividad natural que se acompaña de formas culturales en función del entorno donde ocurre. Aunque cambien las armas o la manera de enterrar a los muertos, en todas partes se pelea con pasión o por obligación y la muerte, aunque natural e incluso esperada, es insoportable. La Ilíada es una muestra compleja de las pasiones de nuestra humana naturaleza. En cada página nos topamos con los variados matices de la condición humana: hombres y mujeres que encarnan la inteligencia, el amor, la valentía, la compasión la temeridad, la astucia, la cobardía, la traición, el cinismo, la prudencia, la ecuanimidad, e incluso la mansedumbre.

La ciencia política, un  antídoto contra las pulsiones bélicas.

Hace 500 años, Nicolás Maquiavelo funda la ciencia política moderna. Entre otras cosas, nos enseña que el comandante de un ejercito debe ser ante todo político, alguien que sabe mandar, negociar y anticipar. Siendo el azar lo que guía al común de los mortales, el que gobierna los otros tiene que proponerse controlar el azar y contener sus pasiones e intereses personales, de lo contrario se convertirá rápidamente en el rehén de las confrontaciones bélicas. En 1598, un siglo después de las enseñanzas del florentino, este razonamiento fue aplicado por el rey Henri IV para detener la guerra de religiones que azotó el reino de Francia durante 40 años. El Edicto de Nantes pasó a la historia como uno de los más rigurosos y exitosos métodos de acuerdo de paz. Clausevitz (1780-1831), siguiendo también a Maquiavelo, señala que la guerra es la continuación de la política por otros medios. De modo que el que tiene el mando del Estado es directamente responsable de la paz y de la guerra. En Colombia, el ex presidente Juan Manuel Santos pudo igualmente con voluntad y mucha pericia política concluir un exitoso e histórico Acuerdo con las guerrillas de las Farc en 2016. Hoy, el presidente Iván Duque, dejándose llevar por intereses sectoriales, saca de la manga una nueva Agenda en donde se cuestionan dichos Acuerdos.

La Agenda del actual gobierno (2018-2022)

« El primer desafió del Centro Democrático (partido del ex presidente Álvaro Uribe 2002-2010), será el de volver trizas ese maldito papel que llaman Acuerdo final con las Farc ». Con estas palabras Fernando Londoño Hoyos, ex ministro en el gobierno de Álvaro Uribe, explicitó un año antes de las elecciones presidenciales del 2018 la que sería la prioridad de la agenda gubernamental del cuatrienio 2018-2022 : volver trizas los Acuerdos de Paz. En 2016, año de la firma de los Acuerdo de paz, el conflicto interno en Colombia cumplía medio siglo, durante los cuales treinta se fueron en procesos de paz fallidos, y dejaba 200 000 muertos, 10 millones de victimas, enormes daños medioambientales y económicos. Siguiendo el guión del ex presidente Uribe et su ministro Londoño, el gobierno de Iván Duque está  dando preocupantes golpes bajos a los Acuerdos de Paz. El más contundente es la envestida contra la JEP  (Jurisdicción Especial para la Paz) que es uno de los más innovadores instrumentos de justicia transicional creados en el mundo para salir de largos conflictos. La ONU y otros organismos internacionales ya advirtieron que arremeter contra la JEP es poner en jaque la paz en Colombia.

Nestor: la tregua es la trampa del otro

En la Ilíada, nos conmueven siempre los lamentos de las mujeres, el clamor, los suspiros y estertores de los que no volverán a ver el magnifico espectáculo del arco iris y las bellas puestas de sol del mar Egeo. Tras tantas masacres y ante la evidencia de que las venganzas nunca podrán hacer revivir a los muertos, de pronto surge la posibilidad de la tregua, incluso algunos aqueos y troyanos vislumbran una posible paz. La tregua serviría primero para llorar en paz

y enterrar a los héroes convertidos en estorbosos cadáveres que yacen en el campo de batalla.  Algunos combatientes llegan a considerar incluso que el casus belli, el rapto de Helena, podría llegar a resarcirse y están dispuestos a devolver los bienes confiscados. Otros dicen que ya se han acumulado demasiadas ofensas y quedan muchas venganzas pendientes. Finalmente en el capitulo VII la tregua se impone y se les da sepultura a los muertos. Acto seguido, el anciano Néstor aconseja a los griegos aprovechar el momento para rearmarse. Para él, la tregua es una trampa, una emboscada. La falta de confianza en la palabra de los adversarios, la sed de hacerse con las tierras de los vencidos y el apetito de lucha alientan la artimaña de Néstor.  El Acuerdo queda hecho trizas. El combate vuelve a encenderse. Los sobrevivientes y desplazados, entre los que se encuentran Ulises y Eneas, se ponen en el camino de volver a casa. Así comienza la Odisea.

La paz, una tregua entre dos guerras.

Colombia se ha acostumbrado a vivir en un vaivén entre la paz y la guerra. El país parece incapaz de forzar a los Aquiles a apagar los fusiles. En la Odisea, cuando Ulises baja a los infiernos escucha al invencible Aquiles decir que «cuánto no daría por haber sido un simple pastor de ovejas». Para que llegue una paz durable en Colombia habrá que esperar que los que se han usufructado del negocio de la guerra se den cuenta que más les valdría escuchar el lamento póstumo de Aquiles y volverse apacibles ganaderos o criadores de caballos, en lugar de seguir emulando las hazañas del temido Nestor. En La Eneida, ocho siglos después de la Ilíada, Virgilio, retoma el relato de Homero y nos cuenta que, después de mucho rodar por el mundo, dos de los descendientes de los exiliados de Troya van a fundar Roma.  Desde la fundación de la República, los colombianos han soñado con fundar una nueva Roma y comenzar un nuevo ciclo histórico. Sin embargo, en este país, La Ilíada no termina,  La Eneida no concluye. Quedan millones de víctimas sin reparación, muchas venganzas pendientes y el venerable e irresponsable Néstor sigue atizando el fuego. Los antiguos griegos creían que la Ilíada contaba una gesta histórica. Platón había advertido que era una leyenda. Hoy, la historia colombiana sigue jugando la escena contada por Homero hace 2800 años y vuelve la leyenda realidad. Como los profetas, Homero no contaba el pasado, sino anunciaba el futuro. La historia nos dirá si el anciano Néstor logrará hacer trizas los Acuerdos de paz de 2016, y si los nuevos descendientes de Eneas lograrán por fin atravesar el mar borrascoso y fundar una nueva Roma, en paz.

(*) Colaboración de Enrique Uribe Carreño, profesor en la Universidad de Estrasburgo, Francia.

Noticias de Interés

1 COMENTARIO

  1. EXCELENTE ARTICULO. Interesante sus comparaciones. Colombia, en manos de gente equivocada, equivocaciones a diestra y siniestra. La paz, lejana y complicada.Mientras se confundan necesidades humanas con necesidades comerciales, y mientras el estado no llegue con fuerza a todas las partes de la patria, con inversión social, educación, salud y control de la corrupción , aca siempre estaremos en una guerra fraticida.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias