viernes 29, marzo 2024
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Oligopolio digital

Todos somos dependientes de Google, Apple, Amazon, Microsoft, Facebook y, ahora, Netflix. Y no hay manera de escoger libremente: nuestros smartphones solo funcionan con los sistemas Android e IOS.

Todo el Occidente está colonizado hoy día por las corporaciones digitales. Ellas saben lo que pensamos y lo que nos gusta. No es casual que el valor de mercado de Apple y Amazon ya llegue al billón de dólares cada una. Casi la mitad del PIB brasileño de 2017.

Esa concentración de poder no ocurre en ninguna otra esfera de la actividad humana. Y poco nos importa, ya que los recursos que nos ofrecen son útiles y cómodos.

Según el Foro Económico Mundial, entre los 20 gigantes de la economía digital no aparece ninguna empresa europea. Las cinco mayores son “made in USA”: Apple, Amazon. Alphabet (Google), Microsoft y Facebook. El sexto y el séptimo lugares los ocupan dos gigantes chinos: Alibaba y Tencent.

Todas esas empresas invierten enormes sumas en innovación tecnológica y, en especial, en el terreno de la inteligencia artificial. Putin declaró en 2017 que el país que obtuviera el liderazgo en la inteligencia artificial sería “el dueño del mundo”.

Es en Silicon Valley, California, que se urde la estrategia capitalista de la manipulación de emociones y elecciones, como hizo la empresa británica Cambridge Analytica con datos de Facebook, y los bots rusos (cuentas falsas que funcionan automáticamente) en las elecciones de Trump y Bolsonaro, y en el referendo sobre el Brexit.

Todas esas poderosas empresas nos ofrecen cada vez más entretenimiento y menos cultura, más información y menos conocimiento. Cultura es lo que enriquece nuestra conciencia y nuestro espíritu. El entretenimiento les “habla” a los cinco sentidos y, por lo general, carece de valores. En él los “valores” son la exacerbación del individualismo, la competitividad, el consumismo y el hedonismo, regados con una buena dosis de violencia.

Cuanto más controla la hegemonía ideológica ese oligopolio digital, y más controlan las finanzas las grandes corporaciones bancarias y las instituciones como el FMI, menos democracia hay en el mundo. Todo conspira para que aceptemos la propuesta del sistema: cambiar libertad por seguridad. Según la óptica del sistema, basta echar un vistazo alrededor para comprobar que todo respira violencia: el noticiero de televisión, las novelas y las películas; los memes de internet y los mensajes de Facebook; la delincuencia en las calles y la inseguridad permanente del ciudadano. Entonces, sugiere el mensaje subliminal, entréguese a quien se deshace de un manotazo de la tolerancia y las convenciones de derechos humanos y vivirá en un mundo seguro, donde nada ni nadie lo amenazará.

Como la base del sistema es el consumismo compulsivo, los oligopolios ponen a funcionar sus algoritmos para saber cómo se identifica usted con millones de personas en busca de determinado producto. Si tiene gripe y se lo comunica a sus amigos en su red digital, y otros responden que también están con gripe, y las palabras “gripe”, “resfriado”, “tos” se multiplican por millones en la web, los oligopolios captan esa información y se la pasan a laboratorios y farmacias que, a su vez, aumentan la propaganda y los precios de los medicamentos en la región donde se detectó la epidemia de gripe. El mercado sí que es capaz de asegurarle bienestar y felicidad.

Cuando se abre Google para realizar una búsqueda, aparecen numerosos anuncios, pues son ellos los que sostienen al poderoso oligopolio. Si se busca, por ejemplo, “Cómo viajar a la Amazonia”, aparecen varias informaciones, y, al pie de la página, una secuencia numérica que indica que hay otras que contienen más datos. ¿Cuál es el criterio para que una información figure en la primera página? ¡Pagar por eso! Por lo general, la respuesta a su búsqueda aparecerá en la primera página en forma de paquetes turísticos y empresas de transporte.

Los gigantes digitales amoldan al mundo a imagen y semejanza de lo que hay de más sagrado para el sistema: el mercado y sus astronómicas ganancias, de las que se apropia la selecta secta de los brujos que transforman la información virtual en dinero real.

(*) Frei Betto, fraile dominico brasileño, teólogo de la liberación.

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5 COMENTARIOS

  1. En nuestro pais,como en el resto del mundo, son los medios de comunicación los que mas han sufrido.La publicidad nacional que antes la disputaban Monumental ,Repretel,La Nacion,La Extra,Teletica y demás medios y programas hoy se la llevan estas grandes empresas tecnológicas ,creando una situación desesperada en las finanzas de las empresas locales.
    Es como el ICE,que pierde competitividad ante los paneles solares y energía eólica,o la fuerza roja de Taxis ante Uber.Son empresa que vienen a hacernos pasar del caballo al automovil, creando disrupciones,donde habrán muchos perdedores.

  2. Bueno, no lo veo así, “para todos hay” decía mi padre. Papá comenzó un restaurante en Naranjo de Alajuela hace 70 años, era la vía de paso hacia Guanacaste, Puntarenas y San Carlos, siempre le fue muy bien. Llegaron competencias y se fueron, otras quedaros por ahí, papá cerró el negocio a sus 80 años de edad, no quiso que ningún hijo siguiera porque él sabía el sacrificio, hasta el último día fue un negocio bueno. Ahora bien, cada vez somos más habitantes en la tierra: 7.000.000.000, una cifra enorme que sigue creciendo, sin duda todas las transnacionales han abaratado los servicios y seguirán cayendo cada día más. Cuando La Nación empezó a ser digital, le dije a uno de sus socios, “regalen el formato ePub” porque ustedes viven de la publicidad. NO, fue enfático, bueno, bueno ni modo, pues hay tantos medios para informarse, que ninguno hace falta, se puede ir y nadie lo echa de menos. El ICE con sus megaplanillas no puede competir con las telefónicas y la energía solar y eólica, veo cerca el día en que cada quien tendrá sus paneles solares. Así es todo, este fraile, de por sí alineado a la obsoleta teología de la liberación, nos quiere hacer ver todo como perjudicial.
    Hoy cada uno debe tratar de hacer algo, para poder salir adelante, antes todo era más sencillo, no más fácil, más sencillo.
    ¿Cómo voy a aplaudir el monopolio de los taxis rojos? Se te cae el brazo un viernes a las cinco de la tarde por el Banco Central y pasan y no paran, pero llamas Uber y te cae de inmediato. No, las cosas son como son, seguirá habiendo espacio para todos. Yo algunas veces me pregunto ¿qué hacía yo con ese montón de papel periódico y los dedos llenos de tinta de La Nación? No lo sé.

  3. El que está obsoleto es el sistema capitalista, la Teología de la Liberación está más vigente que nunca. En el fondo lo que critica Frei Betto es la forma en que el capitalismo subsume casi todo el excedente producido por todos y lo deposita en unas pocas manos, el artículo en ninguna línea crítica las tecnologías per se, ni que todas estas nuevas herramientas sean malas, me extraña mucho que el doctor Arce se refiera tan despectivamente a Betto, tratándolo de alineado solo por su ideología, se supone que uno debe criticar el mensaje no al mensajero aunque el autor no sea santico de nuestra devoción, y me extraña todavía más que hace unos pocos días el doctor Arce escribió dos excelentes artículos criticando el fetichismo del mercado y el consumismo exacerbado y ahora se contradice; hasta escribió en esos artículos de crear una gran revolución ciudadana para acabar con el capitalismo salvaje, pero ahora escribe Betto criticando los oligopolios digitales y se refiere a él como «este fraile obsoleto».

  4. Alberto, debo aclararte que 1- no me burlo del Fraile, no, yo mismo fui fiel seguidor de la teología de la liberación cuando comenzó, todavía pienso así, solo que con los cambios que creo merece esa línea de pensamiento, porque no podemos repartir pobreza. 2- mi explicación es que siempre habrá alguien parándosete en la escoba, antes eran otros ahora son estos, nada relevante. 3- quod scripsi, scripsi.
    En el artículo del Fray Betto se deja la duda al progreso humano. Se lo voy a poner más simple. Soy un enamorado de la literatura y de los libros y de casi 69 años, por lo menos 55 me los he gastado leyendo y escribiendo. En estos días alguien en otro medio decía que la interntet con su enorme cantidad de ramas= las que describe Fray Betto, habían acabado con la cultura. Pues le diré que lo que tenemos al frente es sencillamente “una cultura diferente”. Recuerdo las radionovelas que las servidoras de mi hogar de chico me enseñaban a escuchar a mis cinco años, pues ahora es Netflix…, la radio de once metros es ahora el FB y whatsapp, todo camina, hay una verdadera cuarta revolución industrial: aprovechémosla, ahora podemos consultar un artículo médico, por ejemplo a media noche en la cama, sin esperar abran la biblioteca del hospital. Todo es nuevo, humanamente nuevo, Fray Betto incluido.

  5. mut bien documentado el artículo del Profesor Marfull!
    El ex ministro Montoro ya lo dijo:A LOS CATALANES NO ES QUE LOS QUERAMOS,ES QUE LOS NECESITAMOS!
    un pueblo a la altura de Europa!

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