París, 18 Abr (ACIprensa).- El P. Jean-Marc Fournier, capellán de los bomberos de París, relató cómo fue que rescató de las llamas la Santa Corona de Espinas y el Santísimo Sacramento en la Catedral de Notre Dame.
“Me llamaron y llegamos rápido. Dos cosas me parecieron esenciales por cumplir. La primera era salvar el tesoro inestimable que es la Corona de Espinas y, claro que sí, a Jesús presente en el Santísimo Sacramento”, dijo el sacerdote el 17 de abril a la televisora francesa KTO.
Comment l’aumônier des pompiers a sauvé les trésors de Notre-Dame https://t.co/AGtU9FalQb
— 20 Minutes (@20Minutes) 17 de abril de 2019
Como se recuerda, el lunes 15 de abril un incendio destruyó gran parte de la Catedral de Notre Dame de París. Para la reconstrucción, ofrecida por el presidente Emmanuel Macron para dentro de cinco años, ya se cuenta con más de 600 millones de euros ofrecidos por varias de las familias más ricas de Francia.
“Al llegar a la catedral había mucho humo pero no estaba muy caliente. Había una especie de cascada de fuego, que se originó por la caída de la aguja” de más de 90 metros que colapsó sobre el techo del templo, relató el sacerdote.
“Acompañado de un oficial superior, la dificultad para nosotros era encontrar a alguien que nos diera la combinación para abrir la caja fuerte o cofre donde se preserva las santas reliquias”, añadió.
Tras unos momentos y “para preservar las reliquias un equipo de bomberos se vio obligado a romper el relicario, pulverizándolo lamentablemente”. A continuación “las santas reliquias pudieron ser retiradas y preservadas en un espacio seguro bajo la protección de las fuerzas del orden, en este caso los funcionarios de la prefectura de policía”.
El sacerdote explicó que en todos los trabajos participaron unos 400 bomberos, a quienes agradeció su labor; y explicó que cuando salvó el Santísimo Sacramento, le hizo un pedido especial al Señor.
“Cuando el fuego llegó a la torre norte, yo salía con el Santísimo Sacramento. No quise solamente salir con Jesús sino que aproveché para hacer una bendición con Él. Yo estaba completamente solo en la catedral, en medio del fuego, las llamas, de las cosas que caían. Al hacer esta bendición, le pedí a Jesús que nos ayudara a preservar el templo”, narró el capellán.
El P. Fournier resaltó que, al final, “no solo el fuego se detuvo sino que se preservó la torre norte, y al preservarla todo lo demás se pudo salvar”.
El sacerdote también se refirió a la importancia de los objetos sagrados que rescató de entre las llamas.
“Todos comprenden que la Santa Corona es una reliquia extraordinaria y única; y el Santísimo Sacramento es nuestro Señor presente realmente, su cuerpo, su alma, su divinidad y su humanidad. Ustedes pueden comprender que fue delicado ver esto entre las llamas. Al acompañar a los bomberos con frecuencia en su labor, veo los efectos del fuego, por lo cual decidí resguardar prontamente la presencia real de nuestro Señor Jesucristo”, subrayó.
Para concluir, el sacerdote comentó que “la catedral no desapareció completamente para los cristianos y va a renacer más bella y más fuerte después de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”.
El sacerdote también conversó con el diario francés La Croix, al que relató que “una vez que Jesús (el Santísimo Sacramento) estaba a buen recaudo, seguí participando con otros diez bomberos, salvando objetos de valor de todas las capillas laterales”.
“La sacristía no estaba en peligro y el tesoro estaba protegido. No fueron evacuados sino hasta después en la noche por personal de ministerio de Cultura y la policía”, agregó.
Después, concluyó, “pasé a saludar a todos en sus vehículos y volví a mi casa a las 3:00 a.m. Sentí que, para todos, este incendio no fue como los otros. La acción se hizo oración”.
No es la primera vez que el P. Fournier auxilia a quienes lo necesitan. En noviembre del 2015 el sacerdote acudió a la sala de espectáculos “Bataclan” en París, donde el Estado Islámico (ISIS) asesinó a 89 personas. «Di la absolución colectiva, como la Iglesia Católica me autoriza», manifestó en aquel momento.
Este miércoles el Gobierno francés lanzó un concurso internacional para reconstruir la aguja de la catedral, como parte de los trabajos para recuperar el emblemático templo que tiene más de 800 años de historia.
La estructura de la catedral, en la que ya se hacían algunos trabajos de restauración desde mediados de 2018, se mantuvo finalmente en pie gracias al trabajo de los bomberos.
Aunque aún no se sabe la causa del incendio, algunos señalan que podría haber sido un accidente.
Así llegó la Santa Corona de Espinas a Notre Dame

Uno de los varios tesoros que se salvó del incendio que afectó la Catedral de Notre Dame de París es la Santa Corona de Espinas, aquella que fue colocada sobre la cabeza de Cristo durante su Pasión.
El rector de la Catedral, Mons. Patrick Chevaut, indicó que esta reliquia, un pedazo de la cruz, un clavo con los que crucificaron a Cristo; y la túnica de San Luis, rey de Francia, se salvaron de ser consumidos por las llamas.
¿Cómo llegaron estos objetos a la emblemática catedral parisina? Aquí te lo contamos.
El sitio web de la Catedral recuerda que la veneración de los instrumentos de la Pasión de Cristo se remonta al siglo IV en los relatos de los peregrinos que llegaron hasta Jerusalén. En particular se destacaba la Vera Cruz, rescatada en el año 326 por Santa Helena, madre del emperador Constantino.
Luego, “entre los siglos VI y VII, las reliquias fueron transferidas a Constantinopla en la capilla de los emperadores bizantinos para protegerlas de los saqueos como los sufridos en el Santo Sepulcro ante las invasiones persas”.
En 1238, Baduino II de Courtenay, el último emperador latino de Constantinopla, se encontraba “en grandes dificultades financieras y le propuso al rey de Francia Luis IX, futuro santo, que se encargue de la corona de espinas, oferta que este último acepta. Pero los regentes del imperio ya habían ofrecido las reliquias a banqueros venecianos a quienes San Luis compensará luego”.
El 10 de agosto de 1239 el rey recibió 22 reliquias y el 19 de agosto la “procesión llegó a París, el rey abandonó su atuendo real, se colocó una sencilla túnica y, descalzo, ayudado por su hermano, llevó la Santa Corona hasta Notre Dame de París”.
Entonces decidió edificar un relicario “a la medida de estas reliquias: la Santa Capilla. Durante la Revolución Francesa las reliquias fueron enviadas a la abadía de Saint Denis y, sin sus relicarios, a la biblioteca nacional”.
“Tras el Concordato de 1801 (entre la Francia de Napoleón y el Vaticano), la Santa Corona se entregó en 1804, junto con otras reliquias, al Arzobispo de París, quien las colocó como parte del tesoro de la Catedral el 10 de agosto de 1806”, donde se conservaban hasta ahora.
Hasta antes del incendio del 15 de abril, Lunes Santo, que afectó la Catedral de Notre Dame, la Santa Corona de Espinas era venerada los primeros viernes de mes, los viernes de Cuaresma y el Viernes Santo.
El incendio se inició alrededor de las 6:30 p.m. (hora local) y se necesitaron unos 400 bomberos para sofocar las llamas.
El fiscal de París anunció una investigación para conocer las causas del siniestro, mientras que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, expresó su tristeza por este incendio.
Por su parte, el vocero del Vaticano, Alessandro Gisotti, señaló que “la Santa Sede ha recibido con conmoción y tristeza la noticia del terrible incendio que ha devastado la Catedral de Notre Dame, símbolo de la cristiandad en Francia y en el mundo”.