viernes 19, abril 2024
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¿Por qué El Salvador dejó de reconocer a una república virtual?

San Salvador.- La posición del recién instalado presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en torno a un supuesto Estado en las costas del Atlántico africano, ha sido contundente. Bukele, hijo de inmigrantes palestinos, siguió el comportamiento de las principales democracias latinoamericanas. Una semana después de asumir la presidencia, informó que revisaría el estatus de la relación de su país con la guerrilla del Frente Polisario  y días más tarde hizo el anuncio.

“El Salvador, de alguna manera, reconoció a una república que no existe, que no tiene territorio, ni personas y que es una república virtual. Es conocida en el mundo árabe como Frente Polisario”, expresó el mandatario.

Hubo certeza y claridad en su decisión. El Salvador no podía seguir fuera de la lógica y la tendencia mundial, donde solo un puñado de países –regidos principalmente por dictaduras- mantiene relaciones con esa “república virtual”, una ficción, que no ocupa espacio físico, creada en internet. Panamá todavía mantiene relaciones con ese Estado inexistente.

Para Bukele era obligatorio acabar con el reconocimiento diplomático, por motivos ideológicos, de un Estado inexistente. Así dio por terminada la relación con una guerrilla africana que “se hacen llamar la república árabe saharaui democrática”.

Explicó a su país y a la comunidad internacional que el reconocimiento del gobierno de la exguerrilla del FMLN a los separatistas del Polisario aisló a El Salvador ante el mundo árabe. “Fue una decisión que no tuvo sentido. No sé por qué lo hicieron, por cuestiones ideológicas y no por cuestiones reales o de diplomacia real en el mundo”.

“Estamos haciendo lo correcto, cortamos relaciones con el Frente Polisario y las establecemos y fortalecemos con el reino de Marruecos”, resaltó Bukele. “Estamos en el concierto de naciones al lado de la mayoría de países del mundo, respetando la soberanía del reino de Marruecos” sobre sus provincias del Sahara, añadió teniendo a su lado al ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional del Reino de Marruecos, Nasser Bourita.

Bukele dio una lección de derecho internacional, al subrayar que las relaciones diplomáticas no deben sustentarse en cuestiones ideológicas. No es en ideologías en lo que debe basarse la política internacional de un Estado, ni por razones ideológicas pretender buscar el reconocimiento internacional.

En ese sentido, analistas políticos han señalado al régimen militar de Argelia, creador y sustentador de la guerrilla del Polisario, por sus pretensiones de mantener el diferendo del Sahara marroquí como un resabio de la Guerra Fría.

Pese a las presiones de Argelia, Cuba y Venezuela, Bukele tiene plena conciencia de que avanzado el  siglo XXI la política exterior de un país no puede guiarse por posiciones ideológicas sino por una política y diplomacia de la realidad, basada en intereses prácticos y acciones concretas. Poner fin a la relación con el Polisario, también significa romper con un movimiento guerrillero con vínculos con Irán y grupos terroristas como Hezbolá.

Respaldo al derecho internacional

El mandatario salvadoreño partió de una realidad incuestionable. La guerrilla africana del Polisario es la punta de lanza de la permanente agresión de Argelia contra Marruecos por el control del Sahara y regatearle a Rabat la legitimidad y legalidad histórica sobre ese territorio.

Por eso su decisión de romper relaciones con la guerrilla separatista es un claro mensaje a Argelia y al Polisario para que dejen de bloquear una solución política y mutuamente aceptable al diferendo sobre el Sahara marroquí. Al dar este paso, El Salvador demuestra en qué forma las democracias latinoamericanas respaldan el derecho internacional y la paz.

Las principales democracias latinoamericanas han planteado que no están en condiciones de reconocer a esa “república virtual”, que tampoco es reconocida por la ONU, dado que no reúne requisitos sustentados por el Derecho Internacional.

“Para que una colectividad humana pueda ser considerada como un Estado soberano, susceptible a ser reconocido por los demás Estados, es necesario que su consolidación reúna los siguientes elementos constitutivos, esto es, control efectivo sobre un territorio y su población, gobierno propio e independencia”, señaló una resolución del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. “Esos elementos no están presentes en el caso de la “república árabe saharaui democrática”, añadió la cancillería chilena.

Para el mandatario salvadoreño mantener relaciones con la guerrilla del Polisario era ir en contravía de la lógica y la tendencia de la mayoría de naciones del mundo que valoran a Marruecos como una potencia emergente en África y un compañero de ruta fiable, pragmático y solidario.

Al concluir que mantener relaciones con ese movimiento separatista en nada contribuye al interés nacional de El Salvador, Bukele fundamentó las relaciones diplomáticas con Marruecos en la cooperación bilateral en aspectos agrícolas, de salud, turísticos y de energía renovable que beneficiarán el crecimiento económico de su país. “Lo más importante es que nos estamos abriendo a relaciones diplomáticas reales, duraderas, de cooperación”, subrayó Bukele.

«Es la decisión correcta para El Salvador. Dejamos de reconocer a un país que no existe, estrechamos nuestros lazos con el Reino de Marruecos y abrimos las puertas del mundo árabe», resumió el mandatario al anunciar su decisión también en Twitter.

Marruecos, es uno de los países más estables de África, la quinta potencia económica de ese continente, y un referente mundial en materia de crecimiento, con una economía diversificada y en plena expansión, con creciente inversión extranjera directa de Europa, Estados Unidos, los países árabes, China, India y Rusia.

Ofensiva diplomática latinoamericana

La presencia de Bourita en San Salvador, fue la culminación de una ofensiva diplomática de Rabat  en América Latina.  El canciller marroquí inició su gira latinoamericana en República Dominicana, donde se reunió con el presidente Danilo Medina, y el ministro de Relaciones Exteriores Miguel Vargas. Firmó una declaración conjunta,  así como un acuerdo de entendimiento en materia económica y comercial y otro de supresión de visado para impulsar los negocios y el turismo. En el 2020 ambos países celebrarán 60 años de establecimiento de relaciones diplomáticas.

El gobierno dominicano destacó en un comunicado, al finalizar la visita del enviado de Rabat,  su respeto por la integridad territorial y  la soberanía de Marruecos en las provincias del Sahara y respaldó sus esfuerzos destinados a alcanzar una solución política para poner fin al diferendo en esa región.

La República Dominicana considera la iniciativa de autonomía, presentada por Marruecos en el 2007 y que está en marcha en las provincias del sur, como una propuesta realista y creíble para una solución negociada entre las partes, señaló el comunicado final.

La siguiente parada de Bourita fue Surinam, que al igual que República Dominicana es  miembro de la Comunidad de Estados del Caribe con la cual Marruecos está estrechando cada vez más los lazos en áreas de interés común. Allí fue recibido por el vicepresidente Michael Ashwin Adhin, y la ministra de Relaciones Exteriores Yldiz Pollack-Beighle.

Un comunicado conjunto suscrito al término de la visita oficial reflejó el alto nivel de las relaciones y compromisos bilaterales. Eso se reflejó, de acuerdo al comunicado, en «la prestación de asistencia técnica, la educación y la formación con el fin de aumentar el comercio y la inversión y promover el desarrollo socioeconómico como medio de alcanzar la prosperidad, la estabilidad, la paz y la seguridad en el mundo».

Sobre el Sahara marroquí, Surinam reiteró su decisión de retirar su reconocimiento a la guerrilla del Polisario y expresó su apoyo a una solución política definitiva al diferendo regional sobre el Sahara en el marco de la soberanía y la integridad territorial de Marruecos.

Democracia para Venezuela

En su visita oficial a Brasilia, Bourita coincidió con su homólogo Ernesto Araújo sobre la necesidad de que la comunidad internacional mantenga sus esfuerzos en favor de la «recuperación de la democracia» en Venezuela.

Ambos  reiteraron su respaldo y apoyo efectivo al jefe de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, reconocido por ambos países como presidente «legítimo e interino» de esa nación,  Bourita remarcó que «la posición de Brasil en torno a ese asunto es muy importante para Marruecos» y dijo que la «transición política en Venezuela debe ser también pacífica y «abrir el camino para que los venezolanos puedan construir su propio futuro».

Ambos cancilleres firmaron sendos acuerdos de cooperación relativos al transporte aéreo, asistencia jurídica en materia penal, inversiones mutuas, defensa e intercambios diplomáticos. También suscribieron un tratado de extradición y otro que apunta a facilitar la transferencia de presos, a fin de que los ciudadanos condenados en uno u otro país puedan cumplir sus penas en su nación de origen. Abordaron, además, la  continuidad de negociaciones de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y Marruecos. Las relaciones diplomáticas entre los dos países datan de 197 años.

En su visita a Brasilia, Bourita se reunió con  David Alcolumbre Tobelem, presidente del Senado y del Congreso Nacional del Brasil, un judío de origen marroquí ​ y  tercero en la sucesión presidencial.

En la última etapa de su gira sudamericana,  Bourita hizo escala en Chile donde fue recibido por el presidente Sebastián Piñera y el nuevo canciller  Teodoro Ribera, con quienes avanzó en materia de cooperación económica y aumento del intercambio de bienes y servicios con Marruecos. Además, se abordó la importancia de profundizar la cooperación cultural, en energía y educación. 

En un comunicado conjunto suscrito al término de la visita oficial, el gobierno de Chile reiteró su respaldo al estatuto de autonomía que impulsa Marruecos en sus provincias del Sahara y los serios esfuerzos de Rabat para alcanzar una solución política, realista, viable y definitiva al diferendo regional sobre el Sahara.

“El viaje a Latinoamérica de Bourita, atractivo a todas luces, promete iniciar una nueva dinámica en las relaciones de Marruecos con el subcontinente y el Caribe, hasta ahora marcadas por su carácter político, a causa del conflicto del Sahara, más que por su contenido económico y cultural”, explicó el experto en temas latinoamericanos Hassan Achahbar.

(*) Demetrio Olaciregui Q. es periodista panameño, ex corresponsal de diversos medios de comunicación en países latinoamericanos.

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2 COMENTARIOS

  1. Desdichados sarahuríes, ni siquiera existen para el nuevo presidente salvadoreño, quien legitima así el despojo territorial hecho por la monarquía de Marruecos con la hipócrita complicidad del gobierno de España. Gastó demasiadas palabras para justificar su despropósito.

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