viernes 19, abril 2024
spot_img

Esta realidad es una broma de mal gusto

El gran descubrimiento de que vivimos en una realidad simulada (Matrix), así lo sostiene Nick Bostrom, un científico y su grupo de la NASA: el cerebro es culpable de todo por inventar alucinaciones: ¡este mundo no es real, qué alivio, y yo que estaba tan asustado por no poder llegar a fin de mes!
Pero tampoco debemos preocuparnos por nuestro deterioro físico, menos por un primitivo y salvaje dolor de muelas del carajo, que sería sólo una ilusión sensorial para amarrarnos a esta perversa realidad…
Así, espero el IVA, las deudas y la crisis económica sean también una ilusión óptica de esta realidad tan fea, peligrosa y costosa que nos toca vivir en la Costa Rica de tiempo presente o multitemporal, ya ni sé, por lo que desde ya invito a mis amigos y amigas a no seguir esclavizados por este engañoso sistema económico de consumo salvaje.
No cancelen impuestos al Estado tico porque para nada sirven los gobiernos corruptos e ineficientes (no existen), menos el Poder Judicial ni Legislativo (no existen); no paguen intereses ni deuda a los bancos u otras entidades financieras por sus usureros préstamos y tarjetas de crédito (nada de esto existe ni el dinero plástico porque el plástico no vale nada, sólo en sus débiles mentes psicodélicas): «los bejucos», los «perros amarrados» son sólo una simulación; no paguen a las molestas y mentirosas compañías de telecomunicaciones, televisión por cable ni Internet; ni los elevadísimos costos por agua y luz al AyA, a Fuerza y Luz e ICE, respectivamente; ni sigan jugando lotería de la Junta de Protección Social de San José ni de las clandestinas (ninguna de esas modalidades, oficial y extra oficiales son físicas, no existen y por tanto son ilegales), de ahí que uno ve tipos que pegan ₡1000 millones y esa cantidad holográfica de bits se evaporan en un santiamén porque simplemente ese dinero devaluado es parte de este simulacro de realidad que es movida por unos bichitos más inteligentes que nosotros desde Las Pléyades.
No sean puntuales con los tributos de su ineficiente y corrupto municipio, menos gasten en las carísimas medicinas por fuera de la Caja del Seguro, tampoco paguen a ésta que sólo ofrece largas listas de espera para que usted, ya reventado de dolor y al borde de la muerte (si sobrevive), vaya y pague a una clínica privada del mismo doctor o consorcio de doctores especialistas de la Cajita Negra…
Ni se les ocurra a ustedes, jóvenes y señoras, seguir malgastando en costosas cremas de belleza y cirugías estéticas porque, la verdad, al fin con sesenta o más años no bastará ni $1 millón para disimular la carrocería toda cacharpeada y el chasis más destramado que el carro de Juan Vainas, ni esconder el grueso pixelaje de su rostro disecado porque al fin y al cabo el tiempo todo lo aclara y todo lo deja caer por gravedad…
Además, por si ustedes no se han dado cuenta, ya disfrutan de la eterna juventud al ser unos femeninos y bellos entes formados por bits holográficos todos luminosos. Igual, compas: si van al gimnasio y toman toda esa cochinada de polvos, corren el riesgo de que en cualquier momento un bits afilado de allá o algo raro lo haga desinflarse como un globo de cumpleaños correteando y haciendo feo por toda la habitación del motel mientras intenta enamorar con engaños a la güila y su despistada señora lo cree en Palí… (Pero tampoco existe la güila, la señora, la suegra o Palí, menos Mama Lucha: ¡pero viva la vida ahora y no se preocupeeee!).
…¡Ah sí, Palí!, dejen de gastar plata comprando la ya casi prohibitiva comida y productos del supermercado. Como un monstruo morado y pelotudo, el tico sólo debe alimentarse de paté y centeno antes de que el león rojinegro se harte todo con guaro y liga: nada de eso existe, los hologramas somos muy baratos de mantener y no necesitamos esa basura de productos caros para alimentarnos y asearnos.
Y ya, para situarnos en contexto temporal, si usted es una entidad de aire y puntitos, deje de antojarse de las cositas ricas de esta próxima Navidad, igual no existe, porque se le va hacer un chispero de bits en su ciberpanza, y vea la siguiente Navidad de 2020 como la gran farsa conspirativa para escurrir sus finanzas y dejarlo renqueando medio año pagando las consecuencias: ya decía yo desde niño que Santa Klaus era un viejo farsante todo mal pixelado, y lo único verdadero en toda esta realidad simulada son las bubis, pompis, labios y nariz de la buena de Monserrat del Castillo, ¡alabada sea esta muchachita!…
(*) Frank Ruffino, es escritor, poeta y periodista independiente.
Artículo anterior
Artículo siguiente

Noticias de Interés

5 COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias