Columna Poliédrica
Uno de los aspectos vitales para la democracia es la alternancia. Cuando en un régimen político se propicia la reelección indefinida, la tendencia histórica ha sido la perpetuación en el poder de las personas que lo están ejerciendo. La razón de que ello ocurra es que se tiene a disposición todos los instrumentos administrativos y presupuestarios para construir una clientela política y así imponerse cada vez que haya elecciones.
La reelección, para no generar el enquistamiento político, debe ser limitada a un período. No se trata de un derecho humano como erróneamente sentenció la jurisdicción constitucional costarricense en su día, sino que esa posibilidad es conveniente para que los ciudadanos puedan permitir que una buena administración tenga una segunda oportunidad para concretar sus proyectos.
Esta perpetuación en el poder es lo que está ocurriendo en varias municipalidades costarricenses. La más representativa de este tipo de situaciones, sin lugar a dudas, es lo que ha venido ocurriendo en la Municipalidad de San José; la clientela política que ha desarrollado en ese cantón josefino Johnny Araya Monge, prácticamente, le asegura ser reelegido indefinidamente sin mayor problema.
Esta realidad le está haciendo mucho daño a la democracia local costarricense. Existen varios alcaldes que un período sí y otro también, se han venido reeligiendo con todo lo que ello representa, a saber: posibilidad real de manejos irregulares, favorecimiento continuado a personas y empresas en perjuicio de otras, ocultamiento de malos manejos y otro tipo de conductas propias de la corrupción que genera la permanencia en el poder.
Las alcaldías en Costa Rica deberían tener un máximo de una reelección y crear mecanismos para evitar clientelas políticas que impiden la postulación de otras personas que disputen, en términos reales, el puesto de alcalde. En el cantón central de San José la competencia por la alcaldía es una disputa formal y no real, salvo alguna situación especial, ya se sabe quién será el ganador de esa elección.
Esta realidad que estamos viviendo hace que el control de los cuadros políticos sea más fácil para los grupos que tienen el dominio efectivo de la política costarricense. El hecho que sean los mismos políticos que se mantienen en las alcaldías o en otros puestos, hace que sea más sencillo negociar con ellos y establecer vínculos de tipo permanente; caso contrario, la rotación de los políticos hace más difícil (no imposible) que se establezcan procesos de corrupción debido a la permanencia de estos en el poder.
El régimen político que no tiene alternancia está condenado a perpetuar también los vicios que el propio poder político genera. Se debe modificar la normativa jurídica para evitar que las alcaldías se conviertan en dictaduras locales, ya sea para bien o para mal.
(*) Andi Mirom es Filósofo
Ya está harto demostrado que la no reelección propicia la corruptela, ante la innecesaria “buena” imagen del político. Los que votan por alcalde, por ejemplo, pertenecen a un grupúsculo manipulado. La mejor y más inteligente actuación de los políticos criollos, fue cambiar la elección para alcalde a medio periodo, así los Johnnys podían efectuar la treta del doble play.
El gran problema de las elecciones municipales, es que la población del cantón no se involucra, el abstencionismo siempre gana las elecciones. Es deber de todos involucrarnos, por eso es que siempre quedan los mismos, solo votan los pegabanderas, nadie se involucra, nadie vota en las municipales, y esto lo saben esos indeseables, Johnny Araya por ejemplo, como se explican que siempre queda de alcalde?, porque sólo su círculo de allegados va a votar.
Hay otras municipallidafes con la misma situacion , alcakde con 20 años en el puesto. Entre ellas una muy importante, aunque todas lo son , la de San Carlos. Este canton representa mucho para el pais en muchos aspectos , y necesita una vision integral de desarrollo.Que la riqueza que genera permee a mas personas y genere mas oportunidades para estas. .Hoy por hoy el alcalde atual busca su reeleccion para un quinto periodo Eso no es sano ni conveniente . Se espera como opina el sr Carlo Magno , que la ciudadania salga a votar ,haga el cambio y que no deje la decision en manos de los mismos de siempre. Ya esos alcaldes con tantos años en el puesto dieron lo que tenian que dar. Nuevas visiones se necesitan . Adenas de que como se dice popularmente , la confianza rompe el saco.
No estoy de acuerdo. Un gobernante puede ser muy bueno o muy malo. Efectivamente, no es un derecho humano se reelegido indefinidamente, pero sí debe entenderse como un derecho constitucional irrenunciable de los ciudadanos el poder elegir a sus gobernantes y/o representantes libremente las veces que sea. En la historia ha habido líderes políticos sobresalientes. Desde luego, han sido la minoría, pero ha sido una pena cuando han tenido que abandonar el poder solo por «razones democráticas»!