viernes 19, abril 2024
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La igualdad hacia abajo

Columna Poliédrica

A diferencia de los planteamientos de la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del XX, en la actualidad se predica la igualdad hacia abajo. En lugar de existir una propuesta ideológica que abogue por igualar hacia arriba, es decir, que los de peores condiciones se les lleve al nivel de los que tienen mejores condiciones; lo que está ocurriendo es que se promueve el descenso de los que están mejor, a los niveles de los que están peor; en otras palabras, la mayoría se está haciendo cada día más pobre, en contraste con unos pocos que se hacen más ricos.

Veamos los datos. Según la información recogida por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), la población total de Costa Rica es de aproximadamente 5,034.571. De ese total, la fuerza de trabajo o personas que pueden trabajar asciende a la cifra de 2,448.045, sin embargo, de ese total, 2,171.766 (88,8%) tiene empleo y 276.279 (11,2%) no lo tiene. El desempleo en los últimos años, lejos de disminuir  se ha incrementado, a pesar de lo que dijeron los políticos, economistas y medios de comunicación con los TLC´s y otras iniciativas de ese tipo.

Ahora bien, se establece que del total de personas empleadas la mayoría trabaja en el sector privado y la minoría en el sector público. Casi un millón novecientos mil de personas trabajan en la empresa privada y poco más de trescientas mil, se desarrollan en el sector público; en números gruesos, solo una sexta parte de las personas es empleado público y las demás se mueven en el ámbito privado, con todo lo que ello significa.

¿Dónde está el problema de la equidad? Que la mayoría de personas que trabaja en el sector privado, son trabajadores no calificados que no tienen ni la secundaria completa, es decir, más de un 55% de trabajadores privados está en esa condición; otro grupo son trabajadores calificados con secundaria completa pero no tienen título universitario, es decir, poco más de un 20% de personas tienen ese perfil. El resto de empleados sí tienen un perfil alto y probablemente ganan de conformidad con su nivel de conocimiento.

La situación es la contraria en el sector público. Entre los funcionarios públicos, menos del 20% son personas no calificadas sin secundaria completa y otro tanto similar son funcionarios calificados pero sin título universitario, el resto, son funcionarios calificados con título universitario. Dicho en palabras sencillas, la mayoría del recurso humano del sector público son personas que, formalmente, tienen la condición de recurso humano calificado y con estudios superiores.

En la sociedad actual, en teoría, se le paga más al que sabe más. Si se compara los salarios de las personas más capacitadas del sector privado y las del sector público se verá, sin lugar a dudas, que la remuneración en el sector privado es mejor que en el sector público; a eso hay que sumar la menor exposición ante los medios de comunicación y respecto al escrutinio público, cosa que una persona sensata pondera mucho en estos tiempos.

El punto medular es que en el sector privado el porcentaje de empleados de alto perfil académico es menor que en el sector público, ese hecho genera que en términos relativos se hable, cada vez que se puede, de los altos salarios del sector público en relación con los del sector privado. El argumento es falaz, por supuesto.

El empresario privado le paga muy bien al empleado de alto perfil académico, pero ello no ocurre con aquellos que no son calificados o no tienen estudios universitarios. A estos trabajadores que llevan el peso de la producción, los dueños de empresas le pagan el mínimo posible; esta situación se ha perpetuado porque no existe en las empresas privadas costarricenses, organizaciones de trabajadores que reivindiquen su derecho a un mejor salario; lo contrario ha pasado en el sector público, donde sí existen organizaciones laborales y donde el funcionariado tiene mayor capacitación para reivindicar sus derechos y organizarse.

Ante esta realidad, el sector privado, ha optado por profundizar la falacia de la inequidad salarial sustentada en el discurso de que los funcionarios públicos tienen privilegios. Con ello, a la masa de trabajadores no calificados y sin título universitario se les ha hecho creer que los empleados públicos ganan más por privilegios y no por mérito personal. El resultado de ese discurso falaz ha sido la propuesta de bajar la remuneración de los empleados públicos al nivel de los empleados privados, cuando lo que corresponde es que los empresarios le paguen más y mejor a sus empleados, es decir, en lugar de nivelar hacia abajo, lo que corresponde es nivelar hacia arriba.

El problema es que lo anterior no es sencillo de observar y de entender. Los medios de comunicación que, finalmente, son empresas privadas, se han matriculado con la tesis de sus dueños y sus trabajadores, entiéndase los que hacen uso de cámaras y micrófonos, no les interesa develar esta realidad. Ante esta circunstancia, los trabajadores conscientes debemos redoblar esfuerzos para intentar explicar esta realidad y evidenciar la trampa que hay detrás de ese discurso retórico.

El aumento de las utilidades de una empresa siempre ha estado relacionada con la remuneración que se le paga a los trabajadores. Hay gente que nunca en su vida a leído una sola línea de El Capital de Carlos Marx y es allí donde se encuentra, brillantemente explicada, la ecuación para entender esa realidad; el menor pago de salario a los trabajadores repercute directamente en las utilidades de la empresa, cosa que no siempre sucede con otros factores del proceso productivo. El problema de fondo es que el menor poder adquisitivo de las personas implica que haya un menor consumo y eso genera que la empresa venda menos y al final, eso se convierte en una contradicción que atenta contra la existencia misma de las empresas.

Por todo lo anterior, lo lógico sería que las empresas apoyaran que sus empleados tuvieran una mejor remuneración y una mejor calidad de vida. Sin embargo, el desconocimiento los lleva a querer acumular más y más a costa de un empleado cada vez es más pobre y, por tanto, con menos capacidad de consumo. En lugar de nivelar hacia abajo se debería nivelar hacia arriba, en lugar de empobrecer a los que están mejor se debería enriquecer a los que están peor.

Comprender lo anterior es entender el punto medular de cómo lograr una sociedad más próspera, no para unos pocos sino para la mayoría de sus miembros. El discurso de la igualdad debe ser utilizado para igualar hacia arriba y no hacia abajo, pero se hace todo lo contrario.

(*) Andi Mirom es Filósofo

andimirom@gmail.com

columnapoliedrica.blogspot.com

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3 COMENTARIOS

  1. Por donde empezar ? El problema fundamental don Andi,es que en nuestra Costa Rica tener empleados es sumamente caro.Piense en un empleado, no es solo el costo base, sino aguinaldo, bono escolar ,la Caja,Bco Popular,preaviso,cesantia y agregue para convertirse en 48% adicional al sueldo base.Adicionalmente hay que pagar impuesto a la sociedades, impuesto de renta 30 %,a los dividendos 15 %,territoriales y municipales,Impuesto de ventas y del IVA del 13 % entre otros.Tener un negocio productivo con esas cargas ,amen de un colon apreciado y de tasas de interés altas han hecho que lo poco,poquisimo del capital costarricense huya de inversiones y mas si esta conlleva muchos empleados.Por favor ,vea en su análisis, de que empresas habla : de empresas en zonas francas con exenciones de impuestos.De transanacionales.Por favor mencione cuales son las empresas ticas que pagan sueldos por encima de las que paga el aparato estatal y sus autonomas.No las va ha encontrar.Mercado accionario inexistente, por que,porque ya no hay empresas ticas.Son cooperativas ,autónomas etc ,con algún tipo de beneficio. Todo el que pueda recién egresado de una universidad cual es su primera aspiración ? el empresariado ? No señor, acomodarse. sabroso en una poltrona de un ente del estado. Es lo mas rentable y sin dolores de cabeza ,para dormir rico y solo pensar en Saprissa y La Liga y cuando son los próximos días feriados,ojala encajonados.

  2. Totalmente de acuerdo con don Jorge, en este país es pecado ser empresario, se sanciona económicamente de forma muy fuerte (CCSS, impuestos), solo las grandes transnacionales tienen suficientes recursos para soportar estas «sanciones» al empresariado y seguir siendo rentable por la economía de escala.

  3. El problema no es la generación de riqueza excesiva, el gran problema es la acumulación de capital excesiva, ni al país ni al dueño de ese capital le sirve la acumulación compulsiva de riqueza, el dinero «estancado» a nadie le sirve, el sistema económico mundial funciona correctamente con la constante circulación de capital, que el dinero se mueva de forma fluida entre manos, el dinero que alguien acumula sale de este sistema y lo afecta negativamente, lo que se acumula se le resta al sistema y por tanto a todos los que participan en este.
    Se debería ccastigar la acumulación de capital (si, castigar, ya que esto nos perjudica a todos), con fuertes impuestos.

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