El 7 de noviembre pasado se celebraron 130 años del momento en que el pueblo salió a exponer su vida para defender la voluntad popular. En el año de 1889 regía los destinos del país don Bernardo Soto Alfaro, era una época muy crispada socialmente por la cercanía de la elección de quién debía ser el próximo presidente. Fue una campaña muy tensa ya que se oían nombres como el padre del presidente del momento don Apolinar Soto; del tercer designado a la presidencia Dr. Carlos Durán; pero, al final el presidente don Bernardo optó por apoyar la candidatura de su segundo designado, don Ascensión Esquivel y separándose el señor Soto temporalmente de la presidencia, le dejó a cargo el país para que éste utilizara esa plataforma para su campaña política.
La oposición sospechando que querían imponer a don Ascensión como candidato se apresuró a hacer campaña en favor del licenciado don José Joaquín Rodríguez Zeledón. Las sospechas de la oposición serían evacuadas, cuando menos de un mes después de haber iniciado el ejercicio del poder, don Ascensión lanzó su candidatura, de hecho, él mismo firmó la ley de elecciones que convocaba al pueblo a votar.
Esa jugada no le estaba resultando al oficialismo ya que, para sorpresa de esos círculos oficiales, empezó a surgir con fuerza un movimiento que adversaba a la candidatura de Esquivel. Un fenómeno insólito para la Costa Rica de entonces. ¡Los costarricenses rechazaban la imposición de un candidato único!
Esquivelistas (reforzadas por la policía que controlaba el ejecutivo) y rodriguistas se levantaron y pusieron al país al borde de un choque armado. Ya había tiroteos en toda la ciudad y ya se informaban muertes y otras desventuras, cuando don Bernardo quien había reasumido el poder le cedió su poder a don Carlos Durán, diciendo: “le entrego la presidencia, quitándome yo se acaba esto y vuelve la tranquilidad”. Transcurrieron las elecciones y se confirmó el gane arrollador de don José Rodríguez. Por primera vez hubo partidos políticos organizados para unas elecciones en Costa Rica.
Este hecho de ir a las urnas a nosotros nos parece ya muy natural, y se entiende porque ha transcurrido más de un siglo desde ese episodio, pero su enseñanza no debiera pasar desapercibida para los ciudadanos del siglo XXI porque ese día se inició una nueva época democrática en la sociedad costarricense.
Hoy, 130 años después, es importante que el sacrificio de personas valientes valga la pena. ¿Cómo? Saliendo a votar.
El 2 de febrero del año 2020 se celebrarán en el país las elecciones municipales y allí será su oportunidad de hacer valer su voz que costó la sangre de ciudadanos en aquel día. El próximo 2 de febrero del 2020, yo le animo a que salga a votar ya que estas elecciones son las indicadas para hacer respetar la voluntad del pueblo, para que aquella lucha no haya quedado en vano y para construir el país y el cantón que usted quiere a través del candidato que refleje mejor el futuro que usted visualiza para su país y su cantón. Yo en lo personal visualizo una ciudad tranquila para vivir y trabajar. Que gane el que tenga que ganar, pero que sea porque la mayoría se levantó a votar y a decidir el futuro que quiere, honrando el sacrificio de muchos ciudadanos que nos antecedieron.
(*) Jorge Umaña Vargas, Candidato a vicealcalde por San José, Partido Alianza Demócrata Cristiana.