jueves 28, marzo 2024
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Bolivia: Los entretelones de un Golpe de Estado

Lo que se ha producido en Bolivia, a lo largo de los últimos días es algo que puede calificarse, ni más menos, como la materialización de un golpe de estado (así con todas sus letras, a pesar de que  algunas gentes y medios trataron de hacernos pasar gato por liebre, vendiéndonos la idea de que no lo era, en un vano intento de lavarnos el cerebro, con métodos totalitarios) ejecutado por etapas, el que ha quedado evidenciado en la descarada, violenta e hipócrita usurpación de los poderes públicos y de los mandatos legítimos del pueblo boliviano, empezando por las acciones violentas para sembrar el terror en las ciudades y pueblos de Bolivia, las que fueron ejecutadas por bandas armadas asesoradas y armadas desde el exterior. Durante días quemaron y apedrearon casas de dirigentes del MAS en ciudades como Santa Cruz, Cochabamba, Sucre, Potosí y hasta en La Paz, además lincharon, secuestraron e incluso llegaron a vejar a las familias de funcionarios públicos, militantes del MAS y dirigentes de las organizaciones obreras y campesinas. En un determinado momento, la policía dejó de resguardar al orden público para permitirle al “fascismo civil” hacer de las suyas, con toda la impunidad del caso, desatando el caos…noches y días de terror en muchas regiones del territorio boliviano se vivieron, algo que recuerda el comportamiento de las bandas fascistas en la Alemania Nazi cuando sembraban el terror entre los judíos alemanes, allá en la segunda mitad de los años treinta del siglo anterior.

Después vino la “sugerencia” o “recomendación” de los altos jefes militares para obligar a renunciar a sus cargos al presidente legítimo y también al vicepresidente de la república que lo acompañaba, una vez hecho esto se empezó a construir el “nuevo orden” por parte de un “fascismo uniformado” -militares y policías, algunos de ellos armados de Biblias, como los conquistadores europeos de hace cinco siglos-, en ese momento empezó la represión más descarnada contra el pueblo boliviano, el de las mayorías indígenas, obreras y campesinas, ese que molesta y le causa terror-escozor a los señoritingos y señoritingas de la burguesía y algunos sectores medios paceños, alborozados por la renuncia forzada del presidente, como asimismo a los integristas religiosos y racistas de Santa Cruz de la Sierra, en las tierras cambas del oriente del país, de ahí acaba de surgir una presidenta usurpadora, quien Biblia en mano después de una sesión parlamentaria en la que no hubo quórum, pues los dos tercios de los integrantes del senado y la cámara de diputados son del Movimiento al Socialismo MAS, quienes están siendo perseguidos y no pudieron hacerse presentes, por lo que sin contar con el apoyo parlamentario en ambas cámaras(senado y cámara de diputados), la supradicha integrista dispuso, ayer martes 12 de noviembre de 2019, que quedará como una fecha sombría en la historia de Bolivia, consumar el golpe de Estado que en vano habían venido intentando disimular, presentándolo como una “rebelión cívica” de unos angelitos lectores de la Biblia(¿Talibanes acaso como entre los musulmanes integristas?), muy bien armados que se dedicaron a quemar, sólo por entretención la whipala o bandera de los pueblos originarios y  a ofender sus creencias más profundas (la pachamama, no volverá, dicen estos integristas), cuando en realidad son gentes que acaban de pisotear toda la institucionalidad democrática del país. Sus actos carecen de toda legitimidad, razón por la que Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera siguen siendo los gobernantes legítimos de la nación boliviana. Un capítulo aparte merece la digna actitud de México, que no reconoce al gobierno de facto y dio asilo al presidente de Bolivia, también la felonía rastrera y cobarde de gobernantes como los de Perú y Ecuador quienes negaron hasta el espacio aéreo al avión de la Fuerza Aérea de México que llevó a Evo y sus compañeros hasta la capital mexicana. Bolivia resiste, no al totalitarismo fascista, no al golpe militar, viva el heroico pueblo boliviano, la lucha sigue…

(*) Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor

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5 COMENTARIOS

  1. Es un golpe de estado. No hay discusión, y los que andan regando el cuento de que no lo fue, son los mismos de siempre que niegan lo evidente cuando se trata de golpes realizados por la ultra derecha empresarial. Lo interesante es ver en Costa Rica en este Gobierno a algunos creerse el cuento de que no fue un golpe de estado.

  2. GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA, ¿QUÉ SIGUE?
    Katu Arkonada
    Rebelión
    El golpe de Estado en Bolivia sigue su curso, y se hace necesario entender por qué se están produciendo los acontecimientos y cuales son los siguientes pasos que se van a producir, tanto por parte de los golpistas, como parte del campo popular en resistencia al golpe.
    Son varias las matrices de opinión que se han ido conformando en estos días por parte de los medios de comunicación, la derecha internacional, e incluso un sector del centro-izquierda, que, por acción, u omisión, acaba justificando el golpe.

    La renuncia de Evo que consumaría el golpe. Es necesario aclarar que, efectivamente, Evo Morales Ayma renunció por escrito al cargo de Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia que debía ejercer constitucionalmente hasta el 22 de enero de 2020. Cargo que además había sido revalidado en las elecciones que tuvieron lugar el 20 de octubre.

    Pero la renuncia de un presidente solo se hace efectiva cuando se lee y aprueba en la Asamblea Legislativa Plurinacional según el artículo 161 de la Constitución Política del Estado (CPE), que establece “Las Cámaras se reunirán en Asamblea Legislativa Plurinacional para ejercer las siguientes funciones, además de las señaladas en la Constitución: Admitir o negar la renuncia de la Presidenta o del Presidente del Estado, y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado.”

    La Asamblea no se ha reunido (el MAS es el único partido que puede permitir el quorum pues cuenta con 2/3 de la misma) y por lo tanto mucho menos se ha aceptado la carta de renuncia del presidente.

    La posible ausencia de Evo que justificaría la asunción. Como no hay renuncia efectiva de Evo Morales, se ha tenido que utilizar la figura de ausencia, pero la CPE en su artículo 169 establece lo siguiente: “En caso de impedimento o ausencia definitiva de la Presidenta o del Presidente del Estado, será reemplazada o reemplazado en el cargo por la Vicepresidenta o el Vicepresidente y, a falta de ésta o éste, por la Presidenta o el Presidente del Senado, y a falta de ésta o éste por la Presidente o el Presidente de la Cámara de Diputados. En este último caso, se convocarán nuevas elecciones en el plazo máximo de noventa días.”

    Sin embargo, el presidente puede ausentarse hasta 10 días sin pedir permiso a la Asamblea Legislativa Plurinacional según el artículo 173 de la CPE, por lo que no aplica tampoco la figura de ausencia definitiva que quiere utilizar la oposición golpista: “La Presidenta o el Presidente del Estado podrá ausentarse del territorio boliviano por misión oficial, sin autorización de la Asamblea Legislativa Plurinacional, hasta un máximo de diez días.”

    La Presidencia interina de Jeanine Áñez. Cuando el presidente no está en el país, asume el vicepresidente, y cuando los dos no se encuentran en el país, situación que ha sucedido varias veces en estos casi 14 años de proceso de cambio, asume de manera interina, sea por horas o días, la Presidenta del Senado. El detalle crucial es que la Presidenta del Senado es Adriana Salvatierra, del MAS-IPSP, que, aunque anunció su renuncia en redes sociales, debido a la violencia y amenazas sufridas por la oposición, nunca la presentó de manera formal, y por lo tanto no existe jurídicamente. Es a Salvatierra a quien le corresponde ejercer la Presidencia del Estado de forma interina en ausencia del Evo Morales y Álvaro García Linera, y de manera constitucional en caso de que la Asamblea Legislativa Plurinacional aceptase las renuncias del presidente y vicepresidente.

    Por lo tanto, es necesario subrayar que hasta el momento las renuncias de presidente y vicepresidente no se han aceptado o rechazado, que Evo Morales puede permanecer hasta 10 días fuera del país sin necesidad de pedir permiso, y la única persona facultada legal y constitucionalmente para asumir una presidencia interina es Adriana Salvatierra y no Jeanine Áñez.

    Áñez y su partido, Demócratas de Santa Cruz, el partido de Rubén Costas y Óscar Ortiz, junto con el resto de fuerzas opositoras, y la complicidad de la Policía y Fuerzas Armadas, están cometiendo dos ilegalidades. En primer lugar, por sesionar sin quorum, en segundo lugar, por autoproclamarse “Presidenta Constitucional de Bolivia” cuando Jeanine Áñez ni siquiera es Presidenta del Senado y la única presidenta interina posible mientras se acepta o se rechaza la renuncia de Evo Morales, es Adriana Salvatierra.

    No olvidemos que el MAS-IPSP tiene 2/3 de la Asamblea, y por Ley también le corresponde la Presidencia del Senado (se le concede siempre al partido mayoritario), por lo que no hay como dejar al MAS fuera de la ecuación para resolver la crisis constitucional en la que han sumido a Bolivia.

    Ahora mismo, sólo Evo Morales Ayma puede pacificar un país que no tenía ningún muerto por represión gubernamental antes de su partida a México, y ahora ya cuenta con varios muertos, decenas de detenidos y centenares de personas heridas por la Policía y Fuerzas Armas, con la complicidad de la derecha boliviana, y no lo olvidemos, de la OEA.

    Ahora mismo, sólo Evo Morales Ayma puede garantizar la paz en Bolivia ante un pueblo, un sujeto, el movimiento indígena originario campesino, dispuesto a ejercer su derecho legítimo a la rebelión ante un golpe de Estado.

    Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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