martes 16, abril 2024
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¿Cómo será la tercera década del siglo XXI?

Columna Poliédrica

Está por finalizar el año 2019 y con ello la segunda década del siglo XXI. No estoy muy seguro si es un privilegio haber vivido entre dos siglos y entre dos milenios. Francamente no veo que la humanidad haya progresado mucho, seguimos matándonos, continuamos siendo egoístas y fomentando la inequidad entre los seres humanos. En fin, que el inicio de la tercera década de este nuevo siglo que nos ha tocado vivir no se presenta muy halagüeña que digamos.

En el plano global vamos como el cangrejo. Los problemas más importantes que tiene la humanidad no han sido resueltos, al contrario, se han agravado y pronto nos pondrán en situaciones críticas y de conflicto. El calentamiento global y la carencia cada vez más aguda de agua, sin lugar a dudas, propiciará nuevas guerras. En las diferentes reuniones internacionales no han habido acuerdos porque los países con más poder militar y económico, no han querido dar el brazo a torcer y han prevalecido los intereses de sus grupos de poder.

Si observamos la realidad desde una perspectiva continental, las cosas se presentan todavía más complicadas. El continente asiático podría parecer el que mejor está, sin embargo, la República Popular China sigue con sus intenciones expansionistas y ello ha generado protestas en Hong Kong y también en Taiwán; el conflicto entre las dos Coreas sigue sin resolverse y el empuje económico de los llamados tigres asiáticos ha venido a menos. En África se mantienen situaciones de inestabilidad política en muchos de sus países, así como una situación económica que hace a muchos africanos emigrar, principalmente, hacia los países europeos; la guerra a lo interno de los países permanece como un lastre para las generaciones más jóvenes y esconde el interés por las materias primas de las grandes compañías del mundo. En Oceanía las cosas parecen tranquilas, no obstante, países como Australia y Nueva Zelanda están sufriendo intensamente los cambios en el clima y ello se manifiesta en fenómenos naturales cada vez más destructivos. Finalmente, en América, la cosa sigue de mal en peor, ya que hay una fragmentación entre países con economías muy desiguales y con intereses también muy diferentes; todo ello con el agravante de tener un gobierno en los Estados Unidos conservador y de los más regresivos que se hayan tenido.

Y es que si agudizamos más el lente a nuestra Latinoamérica, la cosas no pueden estar peor. El modelo económico imperante ha agudizado las inequidades sociales y aunque hay manifestaciones que pretenden revertir esta realidad, la fuerza de estas acciones son muy limitadas en la mayoría de los países. Chile ha sido el caso más difundido, sin embargo, solo basta mirar lo que está pasando en Argentina y Brasil, por mencionar los países más al sur o lo que sigue aconteciendo en el triángulo norte de Centroamérica, para darnos una idea de un devenir complejo y lleno de situaciones apremiantes que deben resolverse para un desarrollo humano más esperanzador.

Y bueno, llegamos a Costa Rica. Lo hemos venido diciendo y ello constituye, realmente, el mayor retroceso histórico de nuestro país: el aumento constante de la inequidad. Después de los años cincuenta del siglo pasado se logró disminuir la brecha social entre las clases sociales con el crecimiento de una robusta clase media; no obstante, a partir de las últimas dos décadas del siglo XX, se comenzó a revertir el modelo de estado de bienestar hasta llegar a la situación que tenemos en la actualidad. No solo somos el país más desigual de América Latina, sino que somos uno de los países con la tasa de desempleo más alto. La pobreza seguirá aumentando sin lugar a dudas.

Esperemos que el año 2020 sea mejor para todos. No obstante, la esperanza es una virtud teologal y como laico lo que me corresponde es usar la razón que tiene como cometido no crear falsas expectativas a quienes la utilizan. Les deseo lo mejor para este nuevo año 2020.

(*) Andi Mirom es Filósofo

andimirom@gmail.com

columnapoliedrica.blogspot.com

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1 COMENTARIO

  1. La cuenta empezará en realidad en 2021, aunque los aires bélicos en el Medio Oriente y la confrontación social en América Latina, con la declinación de la influencia de las clases medias y el estado de bienestar social, son entre otros algunos de elementos que nos dan algunas pautas para un ejercicio tan difícil como el que nos propone al filósofo Andi Mirom.

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