viernes 29, marzo 2024
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Nuestros antepasados ya nos enseñaron a que se deben regular los periodos en el ejercicio del poder

En la Costa Rica de 1870 se convocaron a elecciones para elegir diputados que tendrían la difícil tarea de elaborar una nueva constitución política. Ese documento, que fue emitido hace 149 años, en enero de 1871, es magistral en muchos aspectos.

Por ejemplo, por fin se habló de darle independencia a los tres poderes de la República, Costa Rica por fin conoció lo que era darle rango constitucional a la libertad de culto, también fue en ese significativo texto en donde se abolió la pena de muerte en el país.

Pero un dato revolucionaría la forma en que concebimos la política actualmente: se estableció que el periodo presidencial aumentara de 3 a 4 años. Esta condición particular se mantuvo por parte de los constituyentes de 1949, que es la carta magna que nos rige en la actualidad.

La constitución de 1871, que dicho sea de paso, es la que ha estado vigente por más tiempo en la historia del país, marcó un hito importantísimo. Los constituyentes en un acto de mucha madurez política, decidieron pasar de tres a cuatro años para dar tiempo a la administración de que desarrollara sus proyectos.

Esto hay que analizarlo con lupa en función de una idea importante. Quienes elaboraron el texto bien pudieron ellos haber aprovechado la coyuntura e imponer una cantidad exagerada de tiempo para el periodo presidencial. ¿Podría usted pensar en tener un presidente por unos 15 o tal vez 30 años? ¿No verdad? Suena abusivo para un costarricense del siglo XXI una cantidad de tiempo de esa magnitud. Loables visionarios quienes, pudiendo hacerlo, no aumentaron de forma exagerada el tiempo.

Ese aumento del periodo a 4 años, que fue el tiempo que les pareció adecuado para desarrollar los planes que podría traer consigo una administración nueva, lo estimaron ni mucho ni poco: lo justo. Hoy todavía me parece razonable pensar en 4 años para una administración. En Costa Rica tenemos la dicha de que no hubo un afán desesperado por el poder en aquellos hombres y, con gran tino, apuntaron a establecer 4 años para desarrollar un proyecto a nivel nacional.

Ahora bien, lo que sí queda claro acá es que nadie en la Costa Rica de hace dos siglos, ni en la actual (excepto aquellos con intereses muy arraigados), piensa que es sano el ejercicio del poder por tantos años. De hecho, para reforzar, científicamente hablando hay estudios que demuestran que una persona pierde la perspectiva cuando ha detentado el poder por muchos años.

Si usted al igual que yo, por un ejercicio consciente que abraza los más elementales y básicos principios democráticos, cree que esa misma sana práctica de limitar el poder debe alcanzar también a las municipalidades le propongo salir a votar este 2 de febrero y así de una vez por todas le decimos a ciertos alcaldes sempiternos que se hagan a un lado y entreguen el poder. No dudo que los relevos serán gente muy preparada, con energía, con visión y con honradez.

Ciudadanos, mientras quienes tienen el poder de hacerlo no trabajen en cambios a esta anomalía democrática de reelegirse indefinidamente, el cambio queda en el poder del voto. Salga a votar y honre el pensamiento de quienes en 1871 creyeron firmemente que lo mejor era la no perpetuación en el poder.

(*) Jorge Umaña Vargas, Candidato a vicealcalde por cantón central de San José por el Partido Alianza Demócrata Cristiana

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4 COMENTARIOS

  1. El excesivo poder brindado por la tradicional mafia política prevaleciente en Costa Rica en ciertos puestos públicos, trae consigo una serie de vicios, los cuales esa mafia legitima ya hace tiempos. Un garrafal defecto de nuestra democracia, las cuales han ido creando perniciosos encadenamientos familiares y amiguismos que todo se consiente, en cualquier nivel que se sitúen, donde la corrupción ha logrado su espacio dizque “constitucional”, no declarado por el sistema y se sienten muy cómodos con la seguridad jurídica que ellos disfruta. ¿Hasta cuándo entenderán nuestros conciudadanos este plato de babas que en todas las elecciones la TV y el poder mediático en general, nos adoba? No seamos siervos menguados o ganado al matadero, donde hasta las altas autoridades electorales se prestan para permitir esos nefastos personajes. El poder político está podrido, luego entonces, ¿qué podríamos esperar?

  2. 4 años me parece muy poco para un buen presidente (para los malos hasta los minutos sobran), al aparato estatal le encanta la burocracia, en 4 años no da tiempo de hacer mucho, veamos la cantidad de proyectos, especialmente de infraestructura, que quedan olvidados después de un cambio de gobierno, ya que el proceso de planificación y contratación puede llegar a tomar hasta décadas.

  3. Estoy muy de acuerdo con el que escribe la nota, y por favor, hagamos un cambio ya en San José.
    Si vale la pena un esfuerzo es este.

  4. Excelente comentario. Es cierto vamos a votar para que no sigan los mismos de siempre. Mirá este mae es de Alianza Demócrata, muy bien.

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