lunes 15, abril 2024
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Municipales: las elecciones que a nadie le importan… supuestamente

Faltan dos semanas para las elecciones municipales 2020 y, probablemente, usted se haya enterado por medio de algunas de las siguientes formas: 1. El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) ha difundido un spot publicitario llamado Estas elecciones se viven de cerca. 2. En su distrito se están dando algunos arreglos de vías, de aceras, o de repente ha habido una mejora en la limpieza de caños. 3. Usted llegó del trabajo y encontró uno o más volantes de política en el portón de su casa. Sí, se acercan las elecciones y quieren su voto. ¿Le interesa indagar quiénes son los candidatos y, qué tan factibles son los compromisos asumidos? ¿Es usted uno más de los que irá o no a votar?

Según datos del TSE, el abstencionismo en las elecciones municipales 2016 rondó el 65 %. En el 2010, fue de un 72 % aproximadamente. Si se comparan los porcentajes, hay una disminución, un tanto simbólica, pero insuficiente, especialmente en una democracia que suele considerarse robusta, envidiable y excepcional.

El llamado al voto por parte del TSE es bien intencionado, pero, desde mi perspectiva, queda debiendo. ¿El rol del tribunal es organizar elecciones, invitar a votar, y contar votos? ¿Promueve el tribunal, por ejemplo, que los candidatos -en conjunto- participen en el mayor número de espacios donde sean los ciudadanos quienes pregunten, confronten y conduzcan la discusión? ¿Y si lo hace, en qué grado? ¿Qué comunica el TSE en su spot de llamado al voto? ¿Por qué importa tanto llamar a votar? En búsqueda de respuestas, propongo adentrarnos en el spot Estas elecciones se viven de cerca. Seguidamente, haremos un repaso simbólico de cuatro candidatos escogidos, de manera que nos demos una idea de quiénes son, sus orígenes, sus lemas (también llamados eslóganes), algunos aspectos de su estilo de comunicación,  lo que ofrecen y/o han quedado debiendo. Finalmente, me propongo compartir un perfil -aún en construcción- del votante informado que aspiro ser.

Mi voto mi cantón

De lejos, se avista el valle central, luego un barrio. Una mujer sonríe. Una voz dice: Estas elecciones impactan todo lo que usted tiene cerca… la limpieza del parque que usted tiene cerca. Un french poodle corre al aire libre. Los rayos del sol caen sobre un tractor que remueve una montaña de asfalto. Un joven sonríe, mientras maneja. No hay tráfico. La calle se aprecia como nueva. Los caños y los espaldones también están limpios. Unos niños juegan en un play de madera. Todos ríen. A lo largo de una amplia y reluciente acera, un grupo de personas siembra hileras de árboles. El planeamiento urbanístico revela estética. La palabra “cerca” se repite una, y otra, y otra vez.

Adentrémonos en la realidad…

Johnny Araya: cuando el poder intoxica

Su embriaguez de ‘servicio’ lo ha tenido 22 años como alcalde de San José. En el 2013, renunciaría para competir por el ‘empleo’ de la presidencia de la República. ‘Contráteme’ fue su eslogan en el 2014. Poco después de ingresar a segunda ronda, suspende campaña, generando un sismo político como pocos hemos vistos en la historia de las elecciones costarricenses. Finalmente, su contrincante, Luis Guillermo Solís, obtendría el 77.76 %, mientras que Johnny Araya el 22.24 % (TSE, 2014). Su estrategia inicial era similar a la de Boris Johnson -ascender de alcalde de Londres hasta convertirse en Primer Ministro británico-, pero no funcionó. Viéndose entonces desempleado, emprende como productor de naranjas en Upala. Pero la fiebre por el cítrico terminó siendo corta, pues, al año siguiente, se propone regresar a su antiguo puesto. Ya en el 2016, bajo el esquema de una Alianza, perseguiría un particular segmento del electorado: el voto religioso. Oró y oró. Y parece que tanto oró, que el trabajito se le cumplió.

Jhonny Francisco Araya Monge (centro) en cadena de oración. Ramírez, A. Jhonny Araya busca apoyo de pastores evangélicos. Crhoy.com. 20 de enero de 2016.

Durante un momento de oración, cerrar los ojos, inclinar la cabeza y abrir las palmas, está asociado con ‘disposición’. Es un gesto que, entre sus diversos significados, comunica fe, humildad y que se recibe la palabra de Dios. Araya, sin embargo, opta solamente por cerrar los ojos. Nótese que sus pies están colocados ligeramente adelante del resto de los compañeros de la fila, y sus manos, juntas, van hacia su cuerpo. Se percibe en él una intención de diferenciarse. Jhonny nos dice que cuando se ora, se vale hacer política también. ¿Qué observa usted en la imagen?

Después de haber recuperado su antiguo empleo, Araya vuelve en el 2020 como un ser rodeado de luz, naturaleza y blancura. En él, destaca un efecto de ‘nitidez’. Su campaña trae, una vez más, un espíritu de mesianismo político. Araya invita a que: “sigamos trabajando.” Dentro de sus múltiples promesas está seguridad ciudadana. Su imagen propagandística también dista del San José cotidiano: sucio, caótico y plagado de indigencia (de ese San José y de sus barrios, que, si se recorren -a pie-, se corrobora que los grandes temas ‘ciudad’ siguen pendientes). Volvamos a la imagen. El espacio lo ocupa -él- sin aparente necesidad de apoyarse en otras figuras políticas. ¿O tal vez sí…? Un tono celeste, similar al de  su antiguo partido, Alianza por San José, se le ha infiltrado en el diseño. ¿Cuál será entonces la ideología de este partido?

Lenguaje silencioso en el PAC

Otro candidato que ha tenido un historial de servicio, pero más que todo de servicio a su partido, es Marcel Soler, vecino de Montes de Oca. La campaña del 2014 le permitió involucrarse repartiendo banderas a domicilio, pelotear -dicho popularmente- en las millonarias ‘rutas de la alegría’, así como un fogueo en logística del voto cantonal, entre otros. La escuela PAC le aportaría insumos para más tarde y, tras buscar el apoyo del Partido Frente Amplio (junto con algunos partidos locales), alcanzar los votos para alzarse con la alcaldía de Montes de Oca en el 2016. ¿Qué los motivó a unirse? ¿Y por qué después tomó cada bando por su lado? Para las elecciones municipales 2020, decide nuevamente amueblar la casa y, como las coaliciones pueden ser funcionales -tanto para camuflar a un partido como para ir tras los votos mínimos en la era del abstencionismo-, los partidos Gente, Humanista y Vamos (agrupaciones poco conocidas en Montes de Oca) intentan darle el oxígeno local que ofrecía el FA.

El candidato es de fácil sonreír, de apariencia intelectual y es buen cletero (dicho en lenguaje juvenil). Estas características se han explotado para enganchar con algunos votantes. Sin embargo, cuando se recorren los cuatro distritos y, si se observa con detenimiento los modestos y también ausentes ‘esfuerzos’ de movilidad urbana, la alcaldía de Montes de Oca parece haber sido mucho para él. Soler prometió cambios y transformaciones. Fue un severo crítico de la administración anterior. Su proyecto estrella era la movilidad urbana. Ahora, en el 2020, se abriga en excusas y en todo tipo de justificaciones del porqué muchos proyectos no avanzan y/o no se han logrado del todo. Un ejemplo es el histórico edificio escolar conocido como La Mazorca, ubicado en San Pedro centro. Luego de haber sido expropiado y adquirido por la municipalidad, el alcalde anunció que pronto se convertiría en la Casa de la Cultura de Montes de Oca (publicación del 8 de septiembre de 2017 en su página de Facebook). Han pasado aproximadamente 860 días desde su compra, y el inmueble, internamente, continúa en franco deterioro.

El símbolo propagandístico de esta coalición ha girado en torno a la bicicleta. Atribuida a un francés durante la revolución del siglo XVIII, y utilizada inicialmente como juguete de la burguesía, la bicicleta, en especial en Montes de Oca, vendría a alimentar, en un reducido segmento de votantes, la idea de que este cantón, bajo la administración de Soler, revolucionaría su infraestructura vial. En la práctica, en algunos tramos de las vías de San Pedro se utilizó -pintura- para separar vehículos de bicicletas. Las pocas “ciclovías pintadas” se convirtieron en un modesto y poco revolucionario esfuerzo municipal. De acuerdo con una publicación del 15 de diciembre de 2018 realizada por la periodista Yamileth Angulo para el Mundo.cr, La primera parte del proyecto terminó con atrasos a finales de 2017 y con problemas de calidad en la pintura utilizada, que no duró ni 4 meses y tuvieron que repintar”. Mientras tanto, un número significativo de aceras cantonales mantuvo y empeoró su estado. Pasaron entonces cuatro años de buenas intenciones, la bicicleta cogió por un lado, los sueños por otro, y el alcalde, comunica que lo reelijan para “consolidar”’ lo logrado (publicación del día lunes 6 de enero de 2018. Facebook Gente Montes de Oca).

Para estas elecciones, su eslogan es: “sigamos haciendo que las cosas pasen.” ¿Cuáles cosas? Entiéndase por cosala definición según la Real Academia Española. Cosa: Lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, concreta, abstracta o virtual.

Su bicicleta parece mientras tanto ir por los aires, pues los grandes temas cantón no aterrizan y son superficialmente expuestos. El TSE invita a un voto -informado- pero en la ausencia de suficientes espacios para discutir con los candidatos, los votantes tendrán que digerir lo que los aspirantes exponen principalmente en sus plataformas o en sus volantes. Vendrán próximamente algunos debates. ¿Y cuál panadero va a decir que su pan es malo?

Captura de pantalla de la página de Facebook del alcalde Marcel Soler Rubio, 21 de enero de 2018. Soler (izquierda) con su sello característico entre manos: la bicicleta. Nótese que Soler (alcalde) y Alvarado (candidato) no utilizan vestimenta o signos externos alusivos al partido que pertenecen.

 

Quo vadis Unidad

El Partido Unidad Social Cristiana habla de unidad (eso está bien), de que los votantes eviten enfrentamientos en redes sociales (eso está difícil) y de “poner los pies en la tierra”. Esto último no queda claro. Es como aquel poco efectivo, indeterminado e impreciso eslogan del 2018 Vote Por Algo. ¿Cuál algo?

En su propaganda televisiva 2020, la Unidad nos dice corra. El eslogan tiene un espíritu de urgencia, de no pensar mucho el voto, de poner los pies en las urnas cuanto antes…

Entre los muchos candidatos de esta agrupación está Henry Salazar, de Alajuelita. El joven de 34 años ha sido asesor en la Asamblea Legislativa, se postuló como diputado en el 2017, pero no contó a lo interno del PUSC con la mayoría de votos para competir por una silla en Cuesta de Moras. Luego, enfocaría su objetivo político en su pueblo natal. A diferencia de otros candidatos PUSC, acostumbrados a hablarle al votante de tradición, Salazar da señales de conectar con la gente. Su mirada de ‘niño bueno’ ayuda. Por su olfato político, sabe que ahora ‘mensaje y candidato’ ganan al nombre de un partido. Pero Salazar podría tener una desventaja. El gobierno de Carlos Alvarado dice llamarse ‘Gobierno de Unidad’. Eso quiere decir que algunas figuras de su partido co-gobiernan con el PAC. Y entre las medidas que ellos y ellas han promovido está el controversial plan fiscal. ¿Acaso no están las municipalidades operando bajo la nueva norma fiscal? ¿Cómo ha sido el impacto en una comunidad como Alajuelita?

Imagen tomada del Facebook del candidato Henry Salazar y publicada el 7 de septiembre de 2019. El rojiazul, en el centro, opta por una vestimenta sencilla. Uno de sus compañeros de fórmula, Johanna Román, en blusa celeste, está a su izquierda. Los vecinos miran al candidato. Predomina en ellos un gesto de brazos cruzados. Observe detenidamente. ¿Qué lectura hace usted de la imagen?

Dentro de las estrategias de Salazar para conquistar el voto, ha estado el recorrer los cinco distritos del cantón. Ciertamente, la cercanía con los votantes es importante. Él parece entender que el mensaje está en la calle. Algunas de sus ofertas son: digitalización de trámites, ampliar horario a fines de semana, casa de la juventud cantonal, red de mujeres emprendedoras, estudios de zona franca municipal, corredor biológico, etc. Pero ¿qué tan factible es la lluvia de esperanzas, opciones de inversión y compromisos que lanza a su humilde y aún estigmatizada comunidad alajueliteña? Ese es el misterio.

Partidos cantonales: San Carlos

Hay variedad de partidos cantonales para estas elecciones. Dentro de las muchas opciones existentes, está Nelson Ugalde, del Partido Progreser

En el pasado, Ugalde trabajó con el ex candidato a la presidencia Sergio Mena, del Partido Nueva Generación, quien obtuvo el 0.76 % de los votos nacionales en el 2018. Fruto de esa relación Ugalde alcanzaría el puesto de regidor sancarleño. Pero el vínculo no duraría mucho, pues en el 2018 formaría casa aparte. De hecho, él no ha sido el único, pues el conocido Domingo Argüello (actual candidato a alcalde por Montes de Oca) también desertó de la sombra de Mena, probablemente para buscar un terreno más fértil.

Progreser nos dice: “Logremos el mejor cantón para vivir”. El lema tiene un aire de competencia, apela al orgullo local y parece contener un llamado a no desertar de ninguno de los 13 distritos. Una de las propuestas es la creación de una ‘red de centros de desarrollo empresarial por distrito’ (¡mucho nombre!). En sus diversas publicaciones, el candidato da señales de querer atender uno de los temas que los costarricenses, especialmente en zonas rurales, mencionan como prioritarios: empleo. ¿Podría su grupo de trabajo lograrlo? Entre las críticas que se le hacen al candidato está la convocatoria de un equipo sumamente joven, el cual tendría una curva de aprendizaje. Su gente es también un picadillo político. Aun así, Ugalde ha acumulado experiencia como regidor y se muestra dispuesto a destronar a su principal rival, Alfredo Córdoba, del PLN, quien ha resultado electo por 4 veces consecutivas y pide lo elijan por 4 años más. El estilo de operar de Córdoba es conocido entre los habitantes, por lo que lograr que los sancarleños -mayoritariamente- voten por Progreser u otro partido representa un desafío.

Captura de pantalla de la página Progreser. 17 de noviembre de 2019. El candidato habla en plural: logremos. Con su eslogan se propone una meta ambiciosa. ¿Y por qué no? La palabra ‘el mejor’ está enmarcada en rojo y se relaciona con el rojo de la camisa del candidato. Entre líneas se puede leer: el mejor es Nelson. Por alguna razón esta publicidad tiene algo del excandidato del Movimiento Libertario…

Mi voto mi cantón

Un joven mira una página del TSE. Se ha “informado.” A través de la ventana de un carro, una joven sostiene una bandera. El color no se muestra. Vemos la sombra. Ella muestra el dedo pulgar. Ríe. La velocidad de la imagen se desacelera, generando el efecto de un momento inolvidable. En estas votaciones, ríen los hombres, los niños, las abuelas. Motivar por televisión puede ser caro, pero para el gran anfitrión tal vez eso no importa. Lo importante es que estamos en el cantón de la felicidad y que la gente vota.

¿Y para qué tantas sonrisas? Reír tiene una carga emocional asociada con lo positivo, nace, en buena teoría, desde lo más adentro de la persona, del corazón. “Informarse” y votar, por tanto, y desde la concepción del organizador, es un acto de alegría.

Hacia un perfil de elector más sofisticado

Las elecciones municipales, deberían, en sana teoría, ser mucho más racionales que las votaciones nacionales. ¿Por qué? Porque, al ser locales, se supone que manejamos, con cierto grado de conocimiento, cuáles son los problemas que aquejan al cantón. El votante comprometido busca por diversas fuentes la trayectoria los candidatos, sus puntos fuertes y débiles. Sopesa detenidamente la factibilidad de las propuestas. Lee y reflexiona sobre lo leído. Es capaz de poner en duda lo que le dicen que tiene que pensar. Entiende por ejemplo que un artículo de opinión es un punto de vista.

El ciudadano crítico toma distancia emocional de los aspirantes. Observa cómo los candidatos se comportan. Confía en su intuición para valorar si lo que el candidato dice y sus gestos están en sincronía. No espera que lo saquen a votar. Lo hace por los medios que estén primeramente a su alcance. No es requisito que un evangelio le ilumine. Es capaz de pensar y decidir por sí mismo/a. Tiene también el derecho de no votar, de no sentirse culpable si considera que ninguna de las opciones analizadas le satisface. Es consciente que cuantos menos voten, otros se benefician. No necesita comprar la frase “si no vota, no se queje, pues independientemente de que vote o no, está en su derecho de señalar lo que considere injusto.

Entiende que el poder es riesgoso, que puede usarse para bien y para mal. Sabe que corre el riesgo de equivocarse en su elección, pues podría estar votando por un líder genuino, o puede que esté eligiendo a su opresor.

Sobre el autor del artículo

Marlon Segura trabaja para el equipo de investigación del Bachillerato Internacional (IBO). Es asesor en comunicación verbal, no verbal y para-verbal en áreas como la política, educación y negocios. Se formó en Teatro y Cine con énfasis en Ciencias Políticas en la Universidad de Kansas – Universidad de Costa Rica. Máster en Educación Internacional, Universidad de Massachusetts. Fue becado en Teatro, Cultura y Lengua Griega en la Universidad de Atenas, Grecia. Realizó sus estudios de Análisis de Movimiento en Ecole Jacques Lecoq, París.

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2 COMENTARIOS

  1. Mis felicitaciones y admiración para el señor Segura por este análisis político tan lúcido, este artículo es como un oasis en medio de este desierto de tantos opinadores de segunda categoría con ínfulas de politólogos que pululan en nuestro árido mundillo político. Ojalá siga haciendo este tipo de análisis; me parece que estos artículos son los que realmente educan a nuestras gentes, contrario a lo que pasa en lo que se publica en la prensa oficial, que confunde e induce al error a la ciudadanía. Espero que el autor siga publicando en este portal.

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