jueves 28, marzo 2024
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No es abstencionismo electoral

No hay abstencionismo electoral (es el nombre que se le ha puesto al fenómeno, pero en el fondo es un error) y a quien me argumente lo contrario de lo que voy a exponer que me lo demuestre.  Pero con números, en plata.

¿Y si no concuerda mi ideología política con la de ninguno de los partidos registrados?  El TSE no puede obligarme a votar por ninguno de los registrados.  El TSE no garantiza la representatividad de quienes no concordamos con ninguna de las ideologías partidistas registradas.  ¿Entonces qué? ¡Que no me fastidien con filosofías baratas y la responsabilidad de votar!

El pueblo no se abstiene;  aplica la lógica, su sabiduría natural, hace números y hace entonces lo que le resulta lo menos perjudicial para su condición personal y familiar;  se le presenta un menú con el que nada tiene que ver, igual que con el menú de un restaurante que ha sido hecho por alguien a quien ni conoce, y se decide por lo que menos gasto personal le implica y por lo que menos extraño le suena;  se ahorra el esfuerzo y el gasto de ir a dar un voto;  es lo lógico que haga el ciudadano ¿no?

Si se le ofrece sarson ki gilawat, cordero con reducción balsámica, bogavante termidor, borscht, steak tartar, ratatouille, gallo pinto con huevos a la sancarleña y de beber una variedad de riojas y chateaus añejos reserva y fresco de tamarindo, ¿por qué se decidiría el ciudadano normal, medio?  Ese es un aspecto del fenómeno.

Le toca al aspirante a alcalde, a diputado y a presidente mostrarse, ir a todos los rincones, explicarle a todos los electores quién es, qué va a hacer y cómo va a hacerlo.  No le toca al ciudadano ir a buscar a todos los candidatos y averiguar quiénes son, qué hacen, si le merecen confianza, si le caen bien, etc.  Si no van ellos al ciudadano, puerta por puerta, barrio por barrio, ellos no van al candidato.

El costo del acicalamiento, del transporte y cualquier otro asociado con ir a votar es considerable y fuera del alcance de la economía personal en el caso de miles de ciudadanos.  Para mucha gente 500 colones ya “es plata” cotidianamente.  Lo ha sido para mí en algunos momentos de mi vida en que me he encontrado en condición crítica de subsistencia.  Yo lo entiendo y por cierto han sido momentos en los que he descubierto que mi magnífica ideología política no me solucionaba absolutamente ningún problema ni me daba de comer.

Otro aspecto del fenómeno son los defectos y problemas que vienen afectando al cantón por décadas y el incumplimiento de promesas de todos esos desconocidos que han venido ocupando el cargo y que no han dado a los infortunados pobladores ni siquiera una oportunidad directa y personal como para que sientan que la persona aspirante les ha “caído bien”;  que los ha inspirado con su mirada directa, con el tono de su voz, con lo que sea, hasta con su mascotita o su sonrisa.

El ciudadano es más astuto que los partidos políticos y que sus candidatos;  los candidatos no son aportados por los pobladores.  Entonces se ahorran el esfuerzo de madrugar, vestirse y acicalarse, pagar por el transporte y por los gastos afines, para ir a votar por desconocidos y sus promesas.

Jamás en 100 años ha pasado por la casa ningún alcalde o jefe político de San José para ver cómo andan las cosas o para saludar a pesar de que somos de San José desde finales del siglo 19 e inicios del siglo 20.  No de rincones remotos del Cantón Central sino del centro del Cantón Central;  mi casa, la de mi familia, está nada menos que en la Calle Central de San José.  E incluso a pesar de que algunos de la familia han sido personajes prominentes en sus profesiones, en el servicio público, hasta en la política, nadie ha conocido personalmente a ningún alcalde de San José y hasta donde lo sé, ninguno ha sido residente de ninguno de nuestros barrios.

Tiene la razón el inconforme de no hacerse un viaje en vano.  Nadie es tan ingenuo como para confiar ciegamente a base de buena fe en la propaganda electoral, porque además es la misma con distintas palabras para todos los partidos.  Da lo mismo uno u otro:  todos por el bien absoluto, ninguno por el mal.

En países altamente desarrollados y poderosos los alcaldes van por todos los rincones de sus distritos y conocen personalmente a muchos de sus habitantes y les dan la oportunidad de conocerlos a ellos personalmente.  Lo he visto;  pero además son escogidos por los de los barrios directamente;  los escogen los pobladores de entre ellos mismos;  no se los escoge nadie más y menos partidos políticos a cuyos fundadores económicamente poderosos menos van a conocer jamás.

Se cacarea que es todo democrático.  Pero mientras no sea la ciudadanía, no los partidos políticos, quien escoge de entre su gente directamente a los candidatos a alcalde a presidente, a diputado, no hay tal democracia.  Sólo los pobladores de cada sitio saben bien quiénes son los activistas y los puntuales, los eficaces y tesoneros pero sobre todo los honestos y suficientemente instruidos e inteligentes para ejercer el mando pero no pueden ni proponerlos.  Si quisiera hacerlo tendría que comenzar por formar un partido político.  “…solo es procedente la postulación e inscripción de candidaturas que se planteen por medio de estructuras político-partidarias.” (página 5 de la publicación “¿Cómo se inscriben las candidaturas a los cargos de elección popular en Costa Rica?” – Editorial IFED-TSE, Número 4).  Entonces ¡formemos un partido! ¡Ajá! ¿Y con qué plata?

Y aquí es donde entra la plata en la ecuación.  Mucha plata.  Y ahí es donde entran los poderosos económicamente, los grupos de interés, las empresas publicitarias, la propaganda carísima, el capital, las cámaras, etc.  Los que forman los partidos y nos escogen los candidatos a todo porque son los que convienen a esos estratos de poder metálico real.  Ah y sólo se habla en lenguaje macroeconómico: “la economía”, “el tipo de cambio”, “el mercado de valores”, “la tasa LIBOR, la industria turística, “el precio del petróleo”, el sector importador-exportador…

¿Y el barrio, la pulpería, el bus, las facturas de luz, agua y teléfono del ciudadano?

(*) Orlando García Valverde, Traductor-Intérprete Oficial

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14 COMENTARIOS

  1. Creo que está equivocado don Orlando, sí es responsabilidad del ciudadano saber por quién vota, máxime en nuestra época, que se tiene el acceso a la información en la mano.
    Entiendo el sentimiento que nos embarga al ver que de todos no se hace uno, que como dice usted, fueron escogidos por grupos de personas de ideologías definidas y ajenas a uno, pero tenemos que hacer lo único que nuestro nivel de organización nos permite y es seguir con el juego, si cuesta un mundo hacer que la gente se interese por sacar un ratito e ir a sacar un corrupto del poder, imagínese pedir que se informe lo suficiente para promover entre todos como país una reforma política, sinceramente hasta a mí me da pereza pensar en todo lo que hay que leer para tan siquiera darse una idea de qué es lo mejor para todos.
    Por eso lo mínimo que tenemos que hacer es sacar esas lacras de su trono ¿cómo es posible que hayan ladrones descarados cobrando más que el presidente para hacer un trabajo mediocre al mismo tiempo que se roban los impuestos? Eso es un vergüenza para nosotros como pueblo y no es justificable por ningún otro motivo más que la estupidez colectiva que nos domina. Lo mínimo que podemos y tenemos que hacer es poner otro mediocre (ojalá no fuera así pero seamos realistas) que desbalancee sus estructuras de corrupción, «utiliza a tu enemigo en contra de tu enemigo» decía un viejo chino, y si ya sabemos que el 99% de personas que tienen carrera política sólo buscan benéfico propio, son nuestro enemigo. ¿O cree usted don Orlando, que es prudente esperar que la política del país cambie para beneficio de la población, si la población renuncia a su poder? Yo no. Y si quiere que le hablen de números, el alcalde de Limón, cantón de los más pobres y con mayor desempleo, gana más que el presidente y desapareció más de mil millones, tiene no sé cuántas causas abiertas en la Corte, en el cantón central de Limón todos los barrios tienen escuela y son barrios pequeños, caminando llega uno. No hay excusa.

  2. Puede ser que esté equivocado, señora, señorita o señor Nemo. Claro. Ni me imagino cuál puede ser la verdad absoluta, pero que en los últimos cien años no ha venido al barrio a ver cómo estamos por aquí o a conocer a sus pobladores ningún alcalde o jefe político del Cantón Central de San José es cierto. Y que hay millones de ciudadanos solos, a cargo de familias que no tienen el tiempo o los medios de leer, ver y escuchar todo lo que hay que leer, ver y escuchar para adquirir el conocimiento necesario que usted aduce debe tener todo ciudadano sobre todos los candidatos y partidos que se postulan también es cierto o por lo menos conozco muchos casos en esa situación. Y no se refiere usted a mi pregunta: ¿y si mi ideología no es la de ninguno de los partidos registrados por el TSE? Gracias por su opinión. El autor.

  3. Don Orlando, el que calla otorga!. Si usted no se hace escuchar con su voto, usted no tiene derecho a quejarse, usted está consintiendo que el mismo ladrón le siga sacando la plata de la bolsa, con impedirle a un cancer de esos volver al poder una vez más, ya es progreso, aunque el reemplazo no sea del todo de su agrado.

  4. La verdad solo ver y saber quienes eran los candidatos, da pereza, gente con una ignorancia total pero si opinólogos, hablan de derecho, medicina, historia religion y hasta de comidas,no seamos idiotas, la gente que se lanza sobre todo los alcaldes van por el sueldo millonario, solo leer las actas de una municipalidad, ejemplo OSA el señor Alcalde Cole como un señor Feudal se brinco y dio patentes para atracaderos turísticos sin tener ningun aval, paso por encima de 7 entes estatales ya esta la denuncia y voy a ver cual sera su defensa

  5. El problema de las municipalidades es que la gente no se involucra, los comentarios de descontento y exigencias sobran, pero nadie busca como organizar a la comunidad para mejorar la situación; los únicos que se organizan y se involucran son las mismas ratas de toda la vida, por eso es que quedan electos.

  6. Me identifico plenamente con Don Orlando García Valverde; su comentario es muy acertado. Esa es la razón por lo que no salgo a votar; los elementos que muestran los diferentes partidos políticos que gastan millones de colones en campañas publicitarias, no me representan en lo absoluto.

  7. Yo creo que hay que ir a votar, aunque dejemos las papeletas en blanco para hacerle saber al Tibunal Supremo de Elecciones que estamos descontento con todos los canditatos y el el sistema electorero que solo aceptas candidatos atraves de un partido.No al abstencionismo. Necesitamos participar en las votaciones aunque sea para demostrar que estamos descontentos

  8. La Constitución Política establece que el voto es un derecho y UN DEBER. El TSE no puede obligar a nadie a votar, pero la Constitución sí.
    Por otro lado, no creo en eso de «la sabiduría del pueblo», yo más bien diría «la ignorancia del pueblo»… Pero bueno, el asunto es opinable.

  9. Buenos días, yo siempre he pensado que la responsabilidad que tiene el candidato a Alcalde y Regidores de conocer a sus electores es fundamental y por lo tanto, el comentario de Don Orlando me parece muy acertado. Deben caminar y conocer personalmente a las personas de su cantón , hablarles, oír sus quejas y soluciones y así exponerles sus planes de gobierno directamente. Emocionarlos, entusiasmarlos e ilusionarlos para que su voto sea con conciencia y determinación. Ojalá que los próximos candidatos hayan leído este artículo y lo pongan en práctica. Saludos

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