viernes 29, marzo 2024
spot_img

Revisemos los números sobre la situación de la epidemia de SARS-CoV-2 en Costa Rica (Opinión)

Para que se controle la epidemia, nos tendremos que «vacunar naturalmente» (contagiar) con el virus aproximadamente el 70 % de la población (unas 3,500,000 personas) para generar inmunidad de rebaño (herd immunity), es ahí cuando baja la curva. Ese proceso es inevitable. Se espera que la tendencia incremente fuertemente desde ahora hasta por 2 o 3 meses más (8-12 semanas) y tal vez luego empiece la tendencia hacia abajo; en efecto, el Ministro de Salud afirmó que las actividades masivas se van a poder programar a partir del mes de setiembre 2020 (aunque a un 50% de la capacidad de las instalaciones).

Un 80% o más de los contagios no van a tener síntomas (infecciones subclínicas) o tendrán infecciones leves que se pueden manejar desde la casa sin ir a los servicios de salud. Un 15% de los contagios van a necesitar eventualmente asistir a los servicios de salud, principalmente por neumonía y otras complicaciones, y un 5% (personas con factores de riesgo) van a necesitar atención médica especializada, incluyendo un respirador.

Los siguientes datos son importantes: la CCSS tiene en estos momentos disponibles un total de 5 400 camas, de las cuales hasta un 30 % (máximo 1,600) se podrían utilizar para atender a ese 15 %, pero solo 420 respiradores (de los cuales no todos están disponibles, aunque se están comprando más) para atender a ese 5 % más grave. El peor escenario sería que ese 70 % (3,500,000 personas que se necesitan para generar inmunidad de rebaño) nos contagiamos todos al mismo tiempo: desde el punto de vista clínico 2,800,000 tendrían infecciones asintomáticas o con síntomas leves, 525,000 personas necesitarían atención de los servicios de salud con un máximo de 1 600 camas, y 175 000 personas necesitarían uno de los 420 respiradores disponibles.

Obviamente nuestros servicios de salud no pueden manejar esa demanda y la mortalidad sería muy elevada. Algo así, pero no tan extremo aunque sí dramático, está sucediendo en España (en un hospital en Barcelona no le colocan respiradores a pacientes de más de 80 años) o Italia (hay un respirador para cada 6 pacientes que necesitan uno, se lo ponen a uno y a los cinco restantes los dejan morir).

Por eso la necesidad de bajar la curva, es decir, disminuir la transmisión del virus para extender la epidemia todo lo que se pueda (en Alemania calcularon al menos 18 meses), para que ese 5% que requieren respiradores sea lo más bajo posible, en un mismo tiempo, de manera que los servicios de salud no se saturen.

Otras implicaciones en salud, especialmente el perfil patológico normal (demanda de servicios de salud de pacientes con otras enfermedades, como las infecciones respiratorias y diarreicas que surgen con el inicio de las lluvias), la salud mental de la población en cuarentena y del personal de salud, y las consecuencias sociales, económicas e incluso políticas contribuirán a la dinámica epidemiológica. La bioética debe jugar un papel esencial en ese balance de fuerzas.

(*) Dr. Fernando García Santamaría es investigador en microbiología, vicerrector de Investgación UCR.

Noticias de Interés

1 COMENTARIO

  1. «La CCSS tiene 5400 camas disponibles y 420 respiradores». ¿Existe algún dato sobre de cuánto disponen las clínicas y hospitales privados? ¿Podría el MinSalud ordenar a entidades hospitalarias privadas poner a diposición de la CCSS todo su material, espacio en camas y personal médico para atender la epidemia? Gracias.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias