viernes 19, abril 2024
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Siempre habrá un mañana…

Cuando se presentan crisis de salud como esta del Covid 19, se acompañan necesariamente de defunciones y enfermos en mal estado que quedarán con una patología respiratoria de fondo.
Por suerte no es mayoría la que tendrá síntomas respiratorios (aunque paradójicamente sean más difusores del virus estos), muchos contagiados no se enterarán, lo que es un espada de dos filos. Todavía es muy pronto para saber si existen “periodos ventana”, tal como sucede con el SIDA, es decir periodos en que el virus es indetectable. Es muy probable que la curación vendrá por los medios convencionales, inyección de “plasma convaleciente” y o la vacuna temprana.
Hace cien años, el mundo fue sacudido por una crisis similar, la llamada “gripe española” que mató más de treinta millones de personas en todo el mundo. Costa Rica aportó 2298 víctimas mortales de 500.000 habitantes que había. ¿Cómo llegó? Al parecer por barco a Limón.
Esta vez “el vector mecánico fue el avión”, los miles de vuelos desde y hacia cientos de ciudades, hizo el trabajo y en un momento nos inundamos de este contagioso enemigo. Luego, aunque las autoridades de salud actuaron, las medidas de cuarentena al principio fracasaron por la terquedad de las personas, ha costado mucho echar a andar los mecanismos de control, pero al fin parece que la mayoría de los ciudadanos empieza a darse cuenta de que esto no es jugando. ¿Tratamiento? Ninguno, en realidad nada que de certidumbre, porque ante virus nuevos y muy virulentos, no hay nada, solo medidas de soporte para los pacientes más enfermos. El gran problema de este coronavirus es que produce neumonías muy destructivas. Este es el gravísimo problema: no es una gripe cualquiera, como trató hasta el final de decir Trump y Bolsonaro.
El único país del área asombrosamente indemne es Nicaragua y por una de tres razones: 1- Los Ortega mienten, 2- Los nicaragüenses son más resistentes biológicamente que el resto del mundo y 3-En Nicaragua el Sistema Sanitario no existe y los medios de comunicación no oficiales, están censurados.
Lástima, porque la vida humana es más valiosa que el poder, pero parece que muchos no lo ven así.
A primera vista, esta pandemia parecería obra macabra de una mente perversa, de hecho muchos piensan eso, no es para menos, su aparición súbita (aunque todas las grandes pandemias aparecen de esa manera), su enorme contagiosidad (quizá la mayoría de los Coronavirus sean así, no obstante hay inmunidad adquirida en los demos tipos, éste es nuevo, su poder selectivo de destrucción del parénquima pulmonar en algunos casos, que es la verdadera causa de muerte en los casos letales. De ahí el enorme riesgo en los adultos mayores y pacientes con patología crónica, que sean más fácilmente atacados gravemente, sus aparatos respiratorios y especialmente sus pulmones no están en la mejor condición biológica de sus vidas.
Diario leemos muchos detalles médicos en las revistas médicas especializadas online, cada vez de hecho se sabe mucho más, no obstante no basta para enfrentar la pandemia. Lo único que funciona para detenerla son las medidas impuestas por las autoridades sanitarias: distanciamiento social, lavado de manos con agua y jabón, uso de gel alcoholado, guardar la cuarentena. Por desgracia mucha gente cree que eso no es así de importante e irrumpen en todo lado causándose daño y causando daño a los demás, llevando el virus hacia donde están sus seres queridos.
Se que vendrán días aciagos en la economía mundial y que no saldremos adelante sin una verdadera solidaridad, donde todos seremos responsables: unos en lo poco y otros en lo mucho, pero todos tenemos que pensar en ese “día cero”.
En el mundo no sobra nadie, así es la realidad humana, por esa razón tenemos la obligación de protegernos unos a otros, de ser solidarios en todos los aspectos, de compartir con los que menos tienen, de saber que siempre habrá un mañana: (there’s got to be a morning after…, canción de 1972), siempre habrá un mañana, lo importante es saber que el mundo continuará, creo que será un mundo mejor, más solidario, más humano.
Si algo nos ha enseñado esta crisis hasta hoy, es que no elige acorde al estado económico, social o cultural: todos estamos dentro del mismo saco.
De usted y de mi, depende la transmisión del virus, lavarse las manos con agua y jabón, utilizar alcohol si no se puede lavar después de tocar dinero o superficies, practique el aislamiento social de un metro ochentatápese para toser o estornudar con un paño desechable: de nosotros depende como será ese mañana.
(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico.

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