martes 16, abril 2024
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El paradojal destino de la sociología contemporánea (VII)

Eugenio Rodríguez Vega, in memoriam. (Séptima parte)

«B. EL DOMINIO DEL OBRAR HUMANO ES LIMITADO. LOS HOMBRES PRODUCEN LA SOCIEDAD, PERO LO HACEN COMO ACTORES HISTORICAMENTE SITUADOS, NO BAJO CONDICIONES DE SU PROPIA ELECCIÓN.

Existe un margen inestable, empero, entre una conducta que pueda ser analizada como acción intencional y una conducta que pueda que deba ser analizada nomológícamente (en término de leyes, principios o postulados de la ciencia) como un conjunto de “sucesos”. En lo que respecta a la sociología, la tarea crucial del análisis nomológico se encontrará en la explicación de las propiedades estructurales de sistemas sociales.” Anthony Giddens LAS NUEVAS REGLAS DEL MÉTODO SOCIOLÓGICO Crítica positiva de las sociologías comprensivas. Amorrortu Editores  Primera reimpresión Buenos Aires 2001 p.193.

El destino de la sociología parece estar estrechamente ligado al de sus cultivadores, a la imagen que estos puedan tener dentro del conjunto de la sociedad, ya sea esta positiva o negativa en sumo grado, aunque estas circunstancias no sean un atributo exclusivo de esta, o de alguna otra de las ciencias sociales o ciencias de la cultura, como tampoco de las ciencias naturales, de ahí la importancia del reconocimiento de que pueda gozar eso que llamamos la “comunidad científica”; valga considerar con detenimiento, a partir de lo anterior, que al estar inmerso en la sociedad misma, el sociólogo tiene como punto de partida el hecho esencial de que si bien “Los seres humanos transforman la naturaleza socialmente, y al “humanizarla” se transforman a sí mismos; pero, por supuesto, no producen el mundo natural, que está constituido como un mundo-objeto independiente de su existencia. Si al transformar ese mundo crean la historia, y por consiguiente viven EN la historia, lo hacen porque la producción y reproducción de la sociedad no está “biológicamente programada”, como ocurre con los animales inferiores (Las teorías que los hombres elaboran pueden afectar, a través de sus aplicaciones tecnológicas, a la naturaleza, pero no pueden llegar a constituir características DEL mundo natural, como lo hacen en el caso del mundo social.)…(ibidem, p. 192).

La compleja y múltiple pandemia (un término que hasta hace poco sólo un reducido número de científicos y especialistas médicos empleaba), como un hecho complejo que tiene en vilo a los habitantes del planeta entero, a la que resulta imposible desagregar para considerarla, sólo desde la perspectiva clínica o epidemiológica, propia de las ciencias naturales, dejando por fuera las dimensiones macro y microeconómicas, además de sociales en toda su amplitud y generalidad, que también la conforman, algo que no logra ser entendido  por muchos sectores de la población, esa gran mayoría de las gentes que sólo logran enfocar sólo una parte del fenómeno,  cuando no permanecen indiferentes hacia los intentos de explicar sus orígenes y consecuencias, en resumen un enorme grupo social al que le resultan “incómodos” o “descabellados” los  enfoques holísticos, tanto de los sociólogos como de aquellos economistas (desde luego, me refiero a los que entre estos últimos no son repetidores de los dogmas de la teoría neoclásica, ni cantan en el coro neoliberal de la Academia de Centro América) o incluso de otros cultivadores de las ciencias sociales, que desde sus disciplinas parten de que la distinción entre lo natural y lo social, al no estar lo primero determinado sólo por la voluntad humana, sino que responde a las leyes y principios que le son inherentes, nos obliga ser muy cuidadosos cuando al constatar que buena parte de la acción humana sobre el medio natural termina por provocar consecuencias temibles para la especie humana misma, de ahí la presente crisis de la pandemia que tiene su origen también en los desastres ambientales hacia los que se encamina la sociedad humana contemporánea con su encarnizada deriva aniquiladora del hábitat de todas las especies planetarias, tanto vegetales como animales, que se expresa en la destrucción sistemática de grandes áreas boscosas, en varios continentes. (D’ où viennent     les coronavirus? CONTRE LES PANDÉMIES, L’ ÉCOLOGIE par Sonia Shad Le Monde diplomatique Paris nº792 67 année mars 2020 page l’une) Lo anterior ha traído una peligrosa proximidad entre el ser humano, y una gran cantidad de especies, digamos que “salvajes”, o en estado primigenio, las que están acostumbradas a convivir de manera benigna con una serie de virus que, al entrar en contacto con el ser humano, y algunos animales domésticos, se han tornado letales para éste. Como los seres humanos no dan origen a ese orden natural que se produce a sí mismo, nos encontramos con que más allá de las aplicaciones tecnológicas de las teorías de los seres humanos, sobre la naturaleza en sí misma, sucede que esta se comporta de acuerdo con sus propias leyes, con lo que puede decirse que “reacciona” dejando en el mayor desconcierto a la especie humana, tal y como ha sucedido, como consecuencia de la presente pandemia a medida que ha venido desplegando su rostro más temible, al ir en aumento el número de contagiados en cualquier lugar de la tierra crece, como también el número de fallecidos, por lo que es aquí donde la gravedad del problema clínico a resolver afecta hasta lo más profundo toda la estructura social, con serias repercusiones incluso políticas, conforme transcurre el tiempo. A medida que todo esto se intensifica, se pone de manifiesto la profundidad de una crisis múltiple, cuyos elementos sociales y naturales están inextricablemente unidos, además de que sólo así pueden ser entendidos y confrontados, en la medida en que se profundiza la naturaleza misma los problemas clínicos a resolver, también lo hacen los de la dimensión sociológica en términos del manejo social (y epidemiológico) del evento patológico, lo que como ya hemos venido diciendo, se expresa teniendo como punto de partida la existencia de distintas culturas organizacionales; dicho de otro modo, de naciones o regiones cuyas especificidades culturales tienen que ser tenidas en cuenta para darle una solución integral a la compleja crisis planteada. Literalmente puede afirmarse que toda la organización  social ha sido puesta de cabeza: la economía y la vida social (y política) han dejado de funcionar con normalidad, un término que incluso se ha vuelto incomprensible al quedar vacío en sus alcances semánticos, conforme el fenómeno alcanza unas dimensiones que la gran mayoría de la población, ni siquiera por un momento imaginó o sospechó siquiera, dependiendo de las especificidades de cada caso donde, de manera simultánea, a la intensificación de la patología, se pone de manifiesto todo un descalabro del aparato productivo que ya se tradujo en miles de despidos (se perderán muchos millones de puestos de trabajo con esta pandemia, de cuya recuperación en el futuro inmediato no hay ninguna garantía), una caída dramática de la producción y del consumo, además de un debilitamiento de las finanzas de las instituciones de salud, encargadas de manejar tanto el aspecto clínico, como de mitigar otros aspectos incluso sociales de la pandemia, en tanto son unos factores que terminaron de agravar, e intensificar incluso el despliegue de una recesión económica que ya venía en curso, en parte como resultado de las políticas económicas y hacendarias que se han venido poniendo en práctica, durante más de una década, en muchos casos, e incluso a lo largo de períodos más cortos y recientes. De esta manera, al plantearse la cuarentena de la población como una estrategia clave para manejar la pandemia, exteriorizada en términos de aislar a los contagiados y a aquellas personas que tuvieron contacto directo de ellos, como una medida preventiva para evitar una pérdida del control del  despliegue más o menos lento del fenómeno patológico dentro de la pandemia, llevando una vigilancia estricta sobre ellos, con el propósito de que los hospitales y otras instituciones de salud no sufran un colapso en sus instalaciones, sobre todo aquellas que están destinadas a los pacientes en estado más delicado, no siempre como resultado de la pandemia que no es el único agente patógeno en el ambiente, provocando un caos que daría lugar a un gran número de fallecimientos entre los pacientes, e incluso entre el personal médico y de salud en general, que es lo que ha venido ocurriendo en Italia durante las semanas más recientes (entre los últimos días de marzo y los primeros de abril de 2020). La caída de la economía y la intensificación del caos social, aparecido entre aquellos sectores de la población que no pueden acogerse al modelo preventivo de la estricta cuarentena, por carecer de recursos para sobrevivir sin acudir a un trabajo remunerado, incluso en el sector informal, lanza grandes interrogantes a cualquiera que quiera estudiar, comprender y actuar sobre un fenómeno de suyo tan complejo, el que no deja de ser inédito en muchos sentidos. No sólo hemos visto, a lo largo de las semanas recientes, los sucesivos intentos de esbozar el lanzamiento de una  específica “sociología del coronavirus” sino también a la sociología en general, al lado de las más diversas disciplinas científicas, intentando actuar o explicar la dinámica del coronavirus como un cuadro epidémico bastante singular, alarmante e inédito: la sociología inmersa en el coronavirus, en la búsqueda de presentar respuestas complejas a un evento estructural de naturaleza biológica y social que nos lanza numerosas preguntas, que también lo son. De lo que si estamos seguros de que toda la organización social, política, económica y cultural de la especie humana saldrá profundamente afectada, tornándose con el paso del tiempo hasta irreconocible para muchos de nosotros.

(*) Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor.

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5 COMENTARIOS

  1. De BBC NEWS Londres: Richard Baldwin dice que las cuarentenas y otras medidas de contención son un imperativo moral frente a la pandemia «porque están muriendo personas que no deberían estar muriendo», en países donde se pueden asumir los costos del confinamiento y los rescates financieros para proteger la economía…»Si no implementas una cuarentena para ahorrar dinero, estás frente aun asunto moral y no económico», dice en entrevista con BBC Mundo el profesor de Economía Internacional en el Instituto de Posgrado de Estudios Internacionales y de Desarrollo en Ginebra, donde ha investigado por más de tres décadas temas relacionados con la globalización y el comercio.»

    • Pareciera injusto que en países pobres de Europa; donde latente mayor sostuvo sus trabajos y crearon las pensiones que nunca disfrutaran como el norte de Italia y en Madrid.Amen del mal manejo de la pandemia por la separata de la Unión Europea en este tema entre otros.

  2. Rogelio Cedeño, lo dice muy acertado. Los diferentes estados se preocupan para recuperar las pérdidas económicas de los bancos y aplican los rescate financieros, y lo que ahora están haciendo los Estados, es el vuelto, para decir el Estado asume los costos para controlar el virus,

  3. Sobre el tema ambiental, conviene revisar el siguiente texto de Michael T Klaire: A medida que el coronavirus se extiende por todo el planeta dejando muerte y caos a su paso, van apareciendo muchas teorías para explicar su ferocidad. Una de ellas, ampliamente difundida dentro de los círculos conspirativos de la derecha, es que se originó como arma biológica en un laboratorio militar chino secreto en la ciudad de Wuhan que, de alguna manera (¿quizás intencionalmente?), escapó hacia la población civil. Aunque esa “teoría” ha quedado completamente desacreditada, el presidente Trump y sus acólitos continúan llamando al Covid-19 el virus de China, el virus de Wuhan o incluso la “gripe Kung”, alegando que su propagación global fue el resultado de una respuesta inepta y solapada del Gobierno chino. Los científicos, en general, creen que el virus se originó en los murciélagos y se trasmitió a los humanos a través de los animales salvajes vendidos en un mercado de mariscos de Wuhan. Pero tal vez haya otra posibilidad mucho más ominosa a considerar: que esta es una de las formas en que la Madre Naturaleza resiste el ataque de la humanidad contra sus sistemas de vida fundamentales.

  4. Del doctor Óscar Morera Madrigal, en respuesta a una pregunta nuestra sobre su valoración profesional de esta pandemia, desde la perspectiva de las ciencias médicas: Rogelio, vos como buen científico social, podés encuadrar la pandemia en universo holístico, qué bueno eso es lo correcto. En cuanto a la biología, esta pandemia nos recuerda que la vida es un todo, compuesto de partes, que va de lo macro a lo micro. Es un universo orgánico que discurre entre equilibrios-desequilibrios- reequilibrios, así se explica la salud. la enfermedad y la convalecencia, tanto individual como colectiva, esto último ese aplica al caso de las pandemias. Pero, no olvidemos, hay factores, entre otros, de orden económico, político y social , que son gatillos disparadores de enfermedades y pandemias. Un fuerte abrazo

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