jueves 18, abril 2024
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La peor peste: La pobreza

El principal y gran desafío que enfrentamos como país es aplanar las curvas en ascenso de la desigualdad y el desempleo, generadoras de la peor peste: la pobreza.

Según el economista Leiner Vargas, la tasa de desempleo del 12.4% podría duplicarse después de la pandemia, alcanzando a más de 650. 0000 desempleados, y si a eso se le suma el subempleo del creciente sector informal la pobreza aumentará dramáticamente. En desigualdad estamos entre los mejores: ocupamos el octavo lugar a nivel mundial y el sexto lugar entre los países de América Latina.

El país logró avances significativos en contener la desigualdad y el empobrecimiento con el pacto social y político de los años 1940, que nos heredó la Costa Rica de los niños calzados y una robusta institucionalidad social, con la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) a la cabeza.

Gracias a esa institución y sus visionarios fundadores, estamos logrando aplanar la curva del COVID-19. Seguimos viviendo de las glorias pasadas, porque para contener la peste de la pobreza, aplanando las curvas de la desigualdad y el desempleo, no tenemos una clase política visionaria y a la altura de los tiempos que vive el país.

Fue en la década de 1980 cuando se inició el camino escabroso hacia la ruptura de este pacto, con la aplicación de los Programas de Ajuste Estructural (PAES), por parte del bipartidismo: Partido Liberación Nacional y Partido Unidad Social Cristiana (PLUSC), atendiendo a las recetas neoliberales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM). Estas políticas empobrecieron al país, incrementaron la desigualdad y bajaron su perfil de clase media. Hoy, el FMI vuelve a sus recetas con su añejo telele de recomendar al país vender activos.

Esa ruptura alcanza su punto culminante en el actual gobierno del Partido Acción Ciudadana (PAC), del señor Carlos Alvarado, que ha venido a profundizar los índices de desempleo y subempleo, protegiendo a los ricos y sus empresas y desprotegiendo a los trabajadores; precarizando a la clase media y profundizando la pobreza. Y en un contexto de pandemia, se castiga el ingreso de los trabajadores y pensionados del sector público, para ofrecer dádivas a los pobres que no alcanzan a satisfacer sus necesidades básicas.

Una vez más se evade la responsabilidad histórica, ética y política, de hacer que los ricos, de una vez por todas, paguen los impuestos como ricos. Es lamentable que se prefiera quebrar la Caja y hasta el país, con tal de no tocar las arcas llenas de los nuevos ricos.

Estamos ante una nueva clase política multipartidista que cogobierna para una oligarquía neoliberal frívola y egoísta, hoy representada en el país por la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (UCAEP) y defendida por la “dictadura mediática”.

Para ocultar esta complicidad, se inventan y promueven planes salvadores –“pan y circo”, para el pueblo–, tales como el Plan Escudo y el Plan Avancemos en el gobierno del señor Oscar Arias (2006-2010), cuya modalidad se vuelve a reciclar con el Plan Fiscal de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas y el Plan Proteger en el gobierno actual.

Este juego de aparentar gobernar a favor de los pobres cuando realmente se “Protege” a los ricos, es la estrategia propagandística utilizada para obtener dividendos político-electorales, por parte de una nueva clase política parasitaria que busca prebendas salariales o vínculos con el mundo de los grandes negocios: comerciantes de la política o “políticos empresarios”.

La realidad es que este cogobierno multipartidista, aliado incondicional de esta oligarquía empresarial, financiera y mediática, está contribuyendo a que cada día la peste de la pobreza cobre más víctimas.

Sin embargo, “no hay mal que dure cien años ni cuerpo (pueblo) que lo resista”. El cogobierno de unidad nacional, para salvar a los ricos y hundir a los pobres y a la clase media, tiene sus días contados, aunque las encuestas coyunturalmente lo favorezcan.

Estamos a las puertas del nuevo pacto social y político anti-oligárquico para la revitalización del Estado Social de Derecho. La única opción para aplanar la curva de la desigualdad y del desempleo y eliminar la peor peste: la pobreza.

(*) Alvaro Vega Sánchez, sociólogo.

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6 COMENTARIOS

  1. ojala siga como usted dice y que despues de que pase esto la universidad y el resto de isntituciones no sigan rascandose las bolas viendo como unos pocos viejos avaros despreciables se roban el pais…vamos a ver si a como dicen hacen …

  2. La unica manera de sacar al pueblo de la pobreza es creando empleos.Los empleos se crean incentivando la inversion nacional y extranjera,creando riqueza.
    Si no hay riqueza que se puede repartir ?
    Costa Rica invierte miles de millones de colones y tiene cantidad de entidades publicas dedicadas a combatir la pobreza, desgraciadamente con poco exito,pues las cifras aumentan.Necesitamos mas apertura ,mas flexilibilidad,menos regulaciones,menos impuestos,mas educacion, y si mucho mas trabajo que es lo unico que nos ayudara.

    • que raro: esta receta que usted describe como la UNICA MANERA, Costa Rica la aplica desde más de 30 años, atrae mucha inversión, en particular extranjera, y no logra reducir la pobreza. Parececiera que en la UCCAEP y demás entidades satelites tipo Academia de Centroamérica, no se quiere en lo más mínimo cambiar de guión. Al parecer no se leen los informes del Estado de la Nación. Qué visión tan cerrada.

      • La pobreza nos llega todos los dias por la frontera norte.Tener un pais de izquierda en el norte,si bien nos proporciona manos de obra necesaria,tambien nos tare otros problemas entre ellos la pobreza.

  3. Educación de calidad!!!, así se saca a la gente de la pobreza, con algo tan sencillo como que alguien aprenda un segundo idioma, o alguna habilidad técnica, ya con una herramienta casi que le garantiza un trabajo con un salario que le de por lo menos para lo básico, el gran problema es creer que con regalar plata se saca a la gente de pobre, «dale un pescado, comera un día, enséñale a pescar…».
    El INS debe modernizarse y dejar de ser una traba en vez de una herramienta para el progreso, los horarios y formatos de los cursos del INA deben ajustarse a la necesidad del alumno, y no a la conveniencia de los profesores y administrativos, como esperan que una persona de bajos recursos asista a clases a las horas que tiene que trabajar, la gran mayoría de clases del INA deberían ser nocturnas y fines de semana, así como virtuales en la medida de lo posible, proveer de una tablet y acceso a internet a los alumnos no es algo descabellado, y porque cada municipio no tiene una sucursal del INA, las instalaciones de escuelas y colegios se pueden prestar perfectamente para este fin en horas de la noche.

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