¿Hasta cuándo seguiremos en decadencia?

Columna Poliédrica

¿Cuándo y en qué momento comenzó la decadencia de la sociedad costarricense? La respuesta a esta pregunta es complicada, habría que sopesar una serie de factores y criterios para intentar hacerlo. Cuando hablamos de decadencia nos referimos a una sociedad que va de algo mejor a una situación que es peor a la existente. Ya hemos mencionado datos puros y duros en relación con la decadencia económica, cada vez hay menos personas que pueden satisfacer sus necesidades básicas, la solidaridad ha quedado de lado y el hedonismo campea por todos lados.

Los procesos que determinan los resultados concretos de las sociedades, han sido codificados para el común denominador de las personas. La complejidad y los velos que ocultan los intereses económicos, políticos y los vínculos sociales se ocultan por medio de una retórica de términos técnicos y de leyes que hacen incomprensible la forma en que los grupos económicamente poderosos se enriquecen.

¿Se han preguntado por qué siempre presentan a los mismos “expertos” dando explicaciones en los medios de comunicación? La respuesta es sencilla, ellos explican la versión que le interesa a los grupos económicamente dominantes, se trata de reproductores de un discurso total y completamente sesgado a los intereses de esos sectores. Lamentablemente, una gran cantidad de personas están prestos a escucharlos y a asumir lo que dicen como si fuera la verdad absoluta. El adoctrinamiento mediático es permanente y eficaz, se trata de una forma más refinada de propaganda de las que existieron en otros tiempos.

Lo que procuran estos grupos es lograr un pensamiento único. La doctrina de Frederic Hayek y de los Chicago Boys ha sido asumida por personajes casi todos los partidos políticos, sin embargo, siguen utilizando los nombres del pasado para hacer creer a las personas que sus ideas son las que dieron origen a sus agrupaciones políticas. Da pena observar a jóvenes que no tienen la menor idea de quiénes fueron sus fundadores y el pensamiento que tuvieron para hacer de Costa Rica la economía latinoamericana más equitativa y solidaria de la región.

Los hechos son los que importan y no las palabras. El hecho más relevante de los últimos treinta años es que nos hemos convertido en el país más desigual de latinoamérica, que la pobreza sigue aumentando y bueno, el desempleo ha venido incrementando año con año. Esa es la realidad de Costa Rica, una realidad en que pocos tienen mucho y muchos tienen poco o nada; se trata de datos duros y fácticos, no estamos frente a valoraciones o percepciones de nadie.

Costa Rica, también, es uno de los países con la estructura tributaria más regresiva de los que existen en la región. Entendamos, lo que se trata es que se aplique un criterio de justicia distributiva, es decir, impuestos directos; sin embargo, se siguen aprobado impuestos indirectos y los que más ganan, no referimos a los grandes capitales de este país, siguen evadiendo y eludiendo el pago de las obligaciones tributarias que les corresponde.

Cuando planteamos que los grandes capitales paguen, no nos referimos a las Pymes, ni al trabajador promedio del sector público o privado, estamos hablando de los nombres que pocos conocen y que son los sectores más beneficiados de los últimos treinta años. Lo peor es que existe gente, que son los principales afectados con las políticas económicas de los últimos treinta años, que siguen apoyando a los que les han llevado a ese estado de cosas.

¿Hasta cuándo los costarricenses permitirán la manipulación de los grandes capitales de este país? ¿Hasta cuándo?

(*) Andi Mirom es Filósofo

andimirom@gmail.com

columnapoliedrica.blogspot.com