De cal y de arena
Tengo bien clara la primacía del interés en preservar la salud pública ante la presencia desafiante de esta pandemia. Por encima de los intereses económicos que sustentan la amplia estructura empresarial que da vida a la economía nacional, por lo demás legítimos y de pertinente presencia, está la necesidad de articular todo un conjunto de medidas precautorias, ya dispuestas por las autoridades del Ministerio de Salud y de la Caja Costarricense de Seguro Social en dirección a reducir el poder devastador del covid-19 y de decretar su aplicación.
Está claro que Los intereses en juego son de muy diversa naturaleza, de múltiples orígenes y de gran cuantía. Los más importantes, los de máxima prioridad, son los que atañen a la preservación de la salud pública. Y a este respecto, las decisiones tomadas por el arco institucional comprometido con la contención del covid-19 han sido indiscutiblemente acertadas.
Tan así ha sido, que se consiguió evitar una ola de defunciones de estremecedoras dimensiones y se logró ganar tiempo para apertrechar debidamente las instituciones de asistencia sanitaria y hospitalaria de manera que, de sobrevenir una nueva arremetida, no se sorprendería esa red institucional en situación de indefensión y agotamiento.
Claro, ha habido un fuerte impacto social y económico por el efecto en sí del coronavirus en la salud y la calidad de vida de los habitantes del país, y por derivación de las políticas públicas que de diversas formas han deprimido la gestión del aparato productivo.
Aún así, ha habido un estimulante resultado con la estrategia de abordaje preventivo del desafío. Principalmente porque ha tenido un indiscutible respaldo social. Una marcada mayoría de habitantes entendió el significado de la pandemia y la imperiosa necesidad de imponerse medidas de restricción social y prudencia en las conductas personales. La sociedad ha entendido que con la displicencia y el desafío conductual se reeditaría aquí en Costa Rica la tragedia que han vivido otros países. Incluso en algo tan espeso como las restricciones a la circulación, a la reunión social, a las actividades económicas, la comprensión ciudadana se puso de manifiesto con resultados satisfactorios.
La pandemia, sin embargo, no está derrotada. Los hechos de estos últimos días están demostrando cuán grave es su capacidad para quebrar la salud pública y dejar en exánime condición las finanzas gubernamentales y la economía nacional. Ello, por la gracia de un desafío social a las prevenciones hechas por el Ministerio de Salud y la Caja Costarricense de Seguro Social y por la pretensión de algunos grupos de presión de abrir rendijas al conjunto de reglas de juego fundamentales de la política preventiva de esas instituciones, a riesgo de un colapso.
No dudo de la legitimidad de las preocupaciones del grueso de empresarios dedicados a las actividades agropecuarias con puntual acatamiento de las leyes laborales y sanitarias, temerosos de que un cese de operaciones dictado por las autoridades –por lo demás, provocado porque ha habido una ruptura de la línea de contención precautoria del coronavirus- conduzca a una crisis económica de configuración ruinosa. Pero han de tener claro que lo que está impulsando al reforzamiento de los muros de contención sanitaria es consecuencia de hechos de presencia indiscutible en la zona norte del país, en parte reflejo de conductas y costumbres sociales y –también- fruto de la irresponsable forma de de algunos empresarios de acometer sus negocios.
Yo he visto portones de fincas bien encadenados y con accesos restringidos al 100% porque sus propietarios contratan “espaldas mojadas” y bloquean la llegada de inspectores de trabajo y de salud. Una excepción, claro, pero también una realidad suficiente para causar daños.
Si los alcaldes de los cantones atorados en la deriva de la nueva acometida del covis-19, si los empresarios entrampados en esta irrupción de la pandemia en la zona norte, si unos y otros se percatan de que la prevalencia de la salud pública tiene un interés privilegiado, y se llegan a convencer de que hay algunos empresarios displicentes ante el mandato de las leyes y reglamentos involucrados en este capítulo tan complejo como desafiante, mejor guarden su ira y dispónganse a sumarse a la lucha por coadyuvar a las autoridades a restituir la vigencia de las leyes sanitarias, laborales y migratorias y a dejar a la intemperie las identidades de quienes están contra el interés público superior.
(*) Álvaro Madrigal es Abogado y Periodista
Ya paso de moda el ESTAFAVIRUS , como pasó de moda la Greta y su apocalipsis del clima,ahora solo falta ver que se van a inventar los amos del mundo para sacarnos plata y bajar nuestras defensas con el miedo, el que no conoce como trabajan esos terroristas seguirá siempre engañado y en la ignorancia, hay que salir de la MATRIX.
«Poder devastador del covid-19…» dice don Alvaro. Por favor con esos términos más miedo le meten a la gente. No se han dado cuenta aún, que todo esto es parte de un plan macabro de algunas corporaciones y élite.
Ya aparecio el neo Liberal Mario Chacon experto en epidemias y economia, NO SEA IGNORANTE EL COSTO BENEFICIO de un paciente enfermo es mas caro que los ingresos de estas empresas, que contratan ilegales con un salario bajo, con horarios de 12 horas sin derechos laborales. ES UD UN IGNORANTE QUE QUIERE QUE VOLVAMOS A LA ESCLAVITUD??
Su ignorancia lo deja en ridículo, mi comentario no se refiere a los dinosaurios empresarios, por mi, se pueden ir a la quiebra, gracias a los ricos estamos pagando los de a pie los impuestos que ellos no pagan. y le cuento que vote por el inepto de Carlos Alvarado por la emergencia de que no quedara el pandereta, pero estoy muy arrepentido por dar mi voto a otro títere del imperio, SU IGNORANCIA no lo deja ver más que los medios de comunicación NEOLIBERALES que desinforman sobre el ESTAFAVIRUS ,esos mismos que se han inventado una pandemia que no es mas que una gripe.que afecta solo a los enfermos terminales, pero la transformaron en un virus mortal.
Antes de hablar de mi lo invito a que se limpies la boca con listerine , porque no creo en ideologías políticas, yo critico tanto a la izquierda como a los neoliberales ,porque son dos engendros del mismo diablo ,usted no sabe nada de mi, para que esté hablando tanta paja, pero el IGNORANTE se da el lujo de decir ignorante a los que investigamos todo o sea estamos despiertos y no somos borregos de nadie,Luisillo salí de la granja
Hay que investigar bien, antes de asustar a la gente con la PLANDEMIA,porque puede enfermar de cáncer,por depresión ,angustia, pánico….Hay que tener mucho cuidado, hay gente muy nerviosa que se pueden suicidar, es más mortal el miedo, que el CORTINAVIRUS…Puede salir más caro el caldo, que los huevos.