martes 23, abril 2024
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De eliminación y decapitación de estatuas

Columna Poliédrica

Los estados de ánimo de la gente es cambiante y lleno de contradicciones. Estamos viviendo situaciones en que la racionalidad deja espacio a las pasiones, evidentemente no es algo nuevo en la historia de la humanidad. Son ideas que resurgen y generan a las personas incurrir en los mismos errores que sus antepasados.

Ahora la moda es quitar o decapitar estatuas. Quienes justifican este tipo de acciones indican que es necesario para evitar preservar las ideas y los negativos legados de aquellas personas. Se trata de valoraciones sustentadas en la irracionalidad y en ideas que le hacen un flaco favor a la necesidad de conocer la historia de la humanidad.

Con base en los criterios que se han vertido, probablemente, habría que quitar o decapitar la mayoría de estatuas existentes. Pensemos en los personajes de la antigüedad en que la esclavitud era lo “normal”, bajo los criterios que se han esgrimido, todas las estatuas que están en la “Via dei Fori Imperiali” en Roma, Italia, habría que quitarlas.

La lista de estatuas que se deberían eliminar, también tendría que contemplar muchas personas vinculadas a las religiones. No solo muchos líderes religiosos han legitimado regímenes políticos esclavistas, sino formas de pensamiento que discriminan a grupos étnicos, mujeres y a personas que no han compartido los dogmas religiosos que han existido.

Otras estatuas que tendrían sus días contados serían las de “héroes”, principalmente, los relacionados con la milicia. Muchos de ellos, a lo largo de la historia, han realizado o avalado acciones militares que significaron el sometimiento de civiles a las más diversas vejaciones. Violaciones, torturas y  trabajos forzados, por ejemplo, forman parte de la lista de situaciones que se podrían argumentar para eliminar o mutilar las estatuas de estos personajes.

Si existen las estatuas a estos y otros personajes, es porque las condiciones históricas en que se erigieron permitieron que ello se diera. La presencia de estas estatuas deberían generar una reflexión y constituirse en un recordatorio permanente de lo que el ser humano es capaz de hacer; en otras palabras, en lugar de eliminar la historia por medio de este tipo de actos, se debe promover el conocimiento de las ideas, las acciones y los hechos que generaron que esos personajes tengan estatuas en las diferentes sociedades.

Obviamente Costa Rica no es ajena a estas situaciones. Hay personajes que tienen estatuas en nuestro territorio que podrían ser cuestionadas y por tanto eliminadas o decapitadas. Durante la época colonial sobran ejemplos de religiosos que estuvieron de acuerdo en el sometimiento que se hizo de nuestros indígenas, hasta mitad del siglo pasado los negros de la zona atlántica no podían pasar de Turrialba, las mujeres no podían alegar la causal de divorcio y todo ello con la aprobación de diferentes próceres que tienen estatuas a lo largo del territorio nacional.

Por esas y otras razones, las ocurrencias que se oyen por estos días, lo que demuestra es una ignorancia histórica supina de las personas que proponen y apoyan estas ideotas. Esperemos que prive la sensatez y que esto sea, finalmente, una anécdota y no una de esas realidades que se convierten en pesadillas históricas.

(*) Andi Mirom es Filósofo

andimirom@gmail.com

columnapoliedrica.blogspot.com

 

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1 COMENTARIO

  1. Es la hija de la Embajadora Chacon en España y el grupo de gays de la UPAD los que han propuesto semejantes tonteras Andi.Copian lo que ven en la TV. Una juventud pésimamente formada.

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