viernes 29, marzo 2024
spot_img

Redes e idioteces

Nada hay más peligroso para la convivencia social de los pueblos que la combinación de los idiotas con imaginación, que siempre existen, con una prensa amarillista y deseosa de atrapar la mente de los ingenuos y de los otros idiotas, sin imaginación ni creatividad alguna. Y ello, porque el ejercicio más común de estos personajes es crear fantasías contrarias a la realidad, apuntarse al catastrofismo, contradecir las conclusiones científicamente comprobadas, y dar rienda suelta al producto de sus más íntimas frustraciones y complejos.

La aparición de la pandemia causada por el virus Covid-19, que ha causado ya varios millones de infectados y medio millón de muertos en todo el mundo, ha servido para satisfacer las más profundas ansias de expresar sus contradicciones a quienes disfrutan, al parecer, generando y creyendo sus fantasías más absurdas.

Para ello las redes electrónicas han servido de canal expedito para la distribución de las ideas más descabelladas, sobre este y otros tópicos que afectan el funcionamiento de la sociedad. Porque las redes abren sus puertas a la publicación incontrolada de opiniones de toda índole: fundamentadas, cultas, racionales, como también a las idioteces más absurdas.

Ricardo Alemán señala en un artículo de su autoría lo siguiente. (Milenio)

El fenómeno de las redes es tal que, incluso, algunos expertos clasifican a la actual como una sociedad de la opinión; opinión global y en tiempo real. Sin embargo, la globalidad y la inmediatez de la opinión han gestado no solo nuevos fenómenos de comunicación, sino nuevos poderes. Y uno de esos nuevos poderes es el poder de las redes, madre amorosa que, a su vez, arropa y empodera a su hijo bastardo —y al mismo tiempo más peligroso para la democracia—, La legión de idiotas.

De esa manera, pensar distinto, contrario a las “legiones de idiotas” o de plano cuestionar su verdad, es no solo políticamente incorrecto, sino una suerte de invitación al linchamiento. Y ay de aquel que piense distinto a lo que dictan las “legiones de idiotas” —que se dicen propietarios de la verdad, la honestidad y la moral—, porque el mundo lo aplasta.

Además de Umberto Eco, se ocupan del tema escritores como Javier Marías, quien dice: “Hubo imbecilidad siempre; imbéciles iban al bar, hacían públicas sus imbecilidades, pero es ahora cuando se organizan, con gran capacidad de contagio. Y hay un problema añadido: la gente se acoquina ante los soliviantados internautas y se disculpa cuando no tiene por qué. Y la gente sufre represalias”. Pero no se quedó en ello. “Estamos en época de matones, no solo los matones del Estado Islámico, sino de los modernos matones que desde los teclados de sus ordenadores ponen el grito en el cielo por cualquier cosa, que se contagian y azuzan entre sí, que linchan”. Y frente al ataque de “los matones” de la Legión de idiotas, Marías recomienda: “No hay nada peor que el acoquinamiento, porque da alas a los malvados, a los locos y a los idiotas. Nada peor que ser medroso, timorato, pusilánime… Nada más peligroso que agachar la cabeza ante las injurias gratuitas y las acusaciones arbitrarias, que pedir perdón por lo que no lo requiere más que en la imaginación intolerante de los fanáticos y los matones. Todavía estoy esperando a que la gente alce la cabeza y conteste alguna vez: ‘No tengo por qué defenderme de semejante estupidez».

Y esto tiene larga data. Ya las religiones creadas por los hombres y fundamentadas en toda clase de idioteces habían infectado todo el planeta, todas las culturas y todos los territorios, cabalgando sobre los corceles de las fantasías más desbocadas. También las concepciones filosófico políticas aportaron su parte a esta mezcolanza de confusión. Y la literatura se hizo eco de dichas concepciones, plasmándolas en obras de arte, lo cual les daba cierta aceptación.

En 1997, el célebre politólogo Giovanni Sartori desarrolló una obra sobre el papel que desempeñan las nuevas tecnologías y la televisión en el público, así como también las características de la opinión pública en las democracias representativas, fuertemente dirigidas por el mundo de las imágenes. Para Sartori, pasamos del Homo sapiens producto de la cultura escrita, al Homo videns producto de la imagen.

Tomando como referencia esta categorización, podemos afirmar que hoy, gracias a las nuevas tecnologías, y especialmente a las redes sociales, nos encontramos todavía un paso más allá de la imagen: inmersos en la desesperación de la inmediatez.

Vivir con prisa. La inmediatez no necesariamente debe ser vista como negativa. Nos brinda la capacidad de estar informados o de informar con una velocidad nunca antes vista. No obstante, está produciendo el efecto contrario; limita nuestra capacidad de raciocinio y el sentido común por la inquietante sensación de vivir con prisa, hambrientos de informaciones de cualquier procedencia y de un imparable impulso por compartirla sin haberla procesado.

La desesperación de la inmediatez nos convierte en la peor versión de la libertad de expresión. Prácticamente, cualquier persona puede hacer una página en Internet y poner lo que se le ocurra en ella, a sabiendas de que existe un mar de incautos que desean compartir la información con rapidez, solamente con un breve transitar de la vista por un titular escandaloso, una foto provocativa o un video ineditamente llamativo, como paso previo a ser redistribuidos masivamente por todas las redes sociales de su gusto y preferencia.

Quedamos entonces a merced de los fake news, de noticias ciertas, pero recicladas años después y compartidas como recientes, o de repetición de informaciones válidas en chats de WhatsApp u otras redes sociales porque la gente lo que quiere es informar de primera, sin haber revisado las conversaciones y darse cuenta de que ya otras 10 personas pasaron la misma información al chat.

Incluso, se hace solo por la inmediatez de compartir, porque si alguien desea brindar su opinión y se toma la molestia de leer la información, no encontrará nadie que quiera opinar también de manera seria y reposada, porque sus argumentos no serán leídos y quedarán a merced de quien siga pasando la misma información ya compartida o el nuevo tema que 30 segundos después es el que todo el mundo comparte.

(*) Alfonso J, Palacios Echeverría

Noticias de Interés

13 COMENTARIOS

  1. La representación contemporánea del efecto Dunning-Krueger, los «despiertos», los que sí conocen y pueden ver la verdad verdadera del mundo mundial, los que dejaron de ser borregos gracias a su sed de investigación (ver videos e imágenes que refuercen sus prejuicios y nociones). Los que ven lógica en videos que «desmienten» la «tierra bola». Para los que un día el mundo es gobernado por aliens reptilianos y al día siguiente son élites adoradoras de satanás que beben sangre de niño ¿ó eran niños reptilianos que beben sangre de satánicos? No sé cuál será la «teoría» de moda…

    Todos somos susceptibles a caer en alguna de las miles de mentiras que rondan la red, pero hay quienes lo hacen como por deporte.

  2. Por eso no utilizo redes sociales como Facebook, Twitter, o todas aquellas que que me demurstren que estamos sumidos ante la tiranía de la estupidez, no ocupo evidencia para averiguar eso; sin embargo aquí estoy opinando sobre opiniones y ya veo que se manifestó uno de los tiranos en un comentario anterior.

  3. Hasta los gobiernos nos engañan en las redes sociales como Twitter , miren ustedes que verguenza. de verdad que las redes las utilizan para idioteces.

    • Copiar el siguiente título—-> El 44% de los seguidores de Carlos Alvarado en Twitter son falsos indica estudio, no me dejaron pasar la información completa de mi primer comentario.

  4. Siempre ha sido así. Con redes sociales o sin ellas hay idiotas por toda parte. Ya lo dijo alguien por ahí: «hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana» Pero hoy día, hay muchos que su idiotez es infundida por otros a través del miedo y más cuando le dicen que está en peligro mortal. Muy astutos estos señores.

  5. Los idiotas siempre están al lado de los poderosos, aquellos que nos reprimen nos empobrecen , nos esclavizan, los que quiebran países, pero calda de aquel que se le ocurra criticar a esos corruptos porque los censuran,por decir la verdad ,como han censurado a los médicos que están desenmascarando a los psicópatas del terror.

  6. Por muchas décadas nos han engañado los políticos con sus periódicos alineados, mucho más que los teóricos de los reptilianos, desde 1948 nos vienen manipulando , engañando, no hay ninguna diferencia entre los teóricos de la conspiración a los corruptos políticos y la prensa nacional , gracias a ellos y su medios somos unos idiotas domesticados.

    • Exacto don Marco Antonio, el autor de este artículo en ninguna parte hace referencia a la prensa convencional, yo no trataría a mis semejantes de idiotas, sencillamente son gentes que reciben o más bien recibimos una educación que nos impide tener pensamiento crítico, y no lo pueden tener por la sencilla razón que no está diseñada para que las gentes no piensen, es más bien para seguir instrucciones, para obedecer, para alienar a la población. De la otra cara de la moneda, también a la ciencia se le puede criticar, la ciencia no tiene la última palabra, como dice el teólogo suizo Hans Kun «cada descubrimiento de la ciencia, lo debemos aceptar como una verdad temporal», la razón es muy simple esa verdad se puede derrumbar como un castillo de naipes. Así que si don Alfonso, en sus críticas muy válidas, pero para mi gusto se ensaña con el común de las gentes, allá él, desde mi humilde opinión también debería ver la otra cara de la moneda y no pontificar tanto contra la plebe, dejando a la ciencia como algo intocable, inamovible, como la verdad absoluta.

  7. La palabra IDIOTA viene del griego, y lo que significa, en su origen etimológico es ésto y NO otra cosa: «el que se desentiende y no se interesa por la cosa pública». Por esa razón, a través de los siglos, su significado, o la palabra misma, se fue identificando, comparando, sinonimizando cada vez más con adjetivos como: tonto, torpe, estúpido, etcétera, o cualquier otro que denotara falta de inteligencia, sabiduría o sentido común, como una manera despectiva de calificar, presisamente, a todo aquel que no se interesara por lo que es suyo, osea, la REpública.. Me parece inaudito, que alguien que alardea tanto de intelectualidad, escriba un artículo entero, y utilice la palabra diez veces, incluído el titulo de mismo, sin saber siquiera su significado. Quien es más tonto?: el que cree en reptilianos? (que no es mi caso, aclaro), o el que cree, o considera IMPOSIBLE, que grupos de poder, se reúnan en secreto, para utilizar el mismo en beneficio propio, y en contra de las mayorías, a pesar de haber visto las pruebas irrefutables durante toda su vida?

    • «Quien es más tonto?: el que cree en reptilianos? (que no es mi caso, aclaro), o el que cree, o considera IMPOSIBLE, que grupos de poder, se reúnan en secreto, para utilizar el mismo en beneficio propio, y en contra de las mayorías, a pesar de haber visto las pruebas irrefutables durante toda su vida?»

      Ambos, porque ambos grupos tienen pruebas irrefutables, y al final se resume a que creen lo que quieren aunque sepan lo contrario, esa es precisamente la queja.
      Es complicado porque esa gente muchas veces es familia y amigos queridos, que son hasta mejor persona y ciudadano que uno en muchos aspectos, pero no les quita ser unos brutos por no querer ver que los medios formales al igual que los conspiranoicos que lucran con sus cuentos lo que venden son sentimientos, ira, miedo y lujuria son el principal producto de los primeros, y un sentimiento de superioridad, de iluminación y de ser parte de un grupo selecto el de los segundos. A ninguno le interesa educar ó informar, lo que quieren son «clicks» «likes» y «shares».

  8. «Ninguna sociedad quiere que seas sabio, esto va en contra de los fundamentos de todas las sociedades; si las personas son sabias no puede ser explotadas, si son inteligentes no pueden ser manipuladas, no pueden ser forzadas a vivir mecánicamente como si fuesen robots. Los sabios y los inteligentes llevarán siempre junto a ellos la fragancia de la rebelión. Ellos amarán vivir en libertad. La libertad nace junto a la sabiduría, y ninguna sociedad quiere que seas libre. La sociedad comunista, la sociedad fascista, la sociedad capitalista, la sociedad hindú, la musulmana, la cristiana, ninguna sociedad lo quiere. Porque en el momento en el que los individuos empiezan a usar su propia inteligencia, entonces se vuelven peligrosos, peligrosos para el sistema, peligrosos para las personas que están en el poder, peligrosos para los eruditos, peligrosos para los que planean todo tipo de opresión, explotación y supresión, peligrosos para las iglesias, peligrosos para los estados, peligrosos para las naciones, de hecho un hombre sabio es fuego viviente, una llama que siempre vive ardiendo. Pero él no puede vender su vida, él no puede ser un sirviente, él prefiere morir antes que convertirse en un esclavo”.
    Osho

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias