viernes 19, abril 2024
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Esto está comenzando

De cal y de arena

Costa Rica sobrellevaba al concluir julio último un desempleo del 24,4%, con 1,72 millones de personas ocupadas y 557.000 sin empleo. Esto, en comparación con los datos de un año atrás, registra una disminución de 475.000 plazas.

Por su parte, el subempleo creció en forma interanual en 14.1 puntos respecto a la situación de hace un año. Esto es, aumentó en 24.6 el porcentaje de las personas que trabajan menos de 40 horas a la semana y que desean laborar más.

La tasa de desempleo femenino entre mayo y julio de 2020 pasó al 30.2% y la de los hombres se situó en 20,7%.

Según las cifras emanadas ayer del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) la fuerza laboral se sitúa en 2.28 millones, lo que expresa una caída de 205.000 personas respecto a un año atrás, cuantía que para los estadísticos tiene una significativa expresión. Ello, en medio de una pobreza inserta en el 21% de la población y de los graves y destructivos impactos sociales y económicos de una pandemia de la que no se conoce por cuánto tiempo durará sin ser contrarrestada por una vacuna eficaz, ni de qué dimensión será finalmente su poder destructivo en la economía nacional y en las finanzas del Estado.

Con un elemento de discordia que incide pesadamente en este cuadro: no hemos podido encontrar el balance armonioso entre la protección de la salud de las personas y la necesidad de permitir la actividad de buena parte de las fuentes generadoras del empleo y la producción nacional. Discordia de la que se desprende un debate que por momentos desborda las pasiones y complica las serenas reflexiones.

La reapertura de las actividades económicas da sus primeros pasos, dificultosamente y bajo el temor de un estallido de la afectación por la pandemia; el panorama es gris en lo que respecta a la probable incidencia del covid-19 en el corto plazo y por consecuencia, así puede resultar el golpe de rebote en el funcionamiento de la economía; el propio Presidente de la República ha advertido la posibilidad de que los tiempos del “martillazo” regresen si hay una explosión incontrolable de la pandemia.

Todo, en un escenario de grave deterioro de las finanzas públicas y de una profundización de la desconfianza entre gobernantes y gobernados: éstos, escépticos por la inepcia dominante en los poderes Ejecutivo y Legislativo para afrontar la crisis y para reconstruir la confianza del ciudadano en sus dirigentes, un activo de particular importancia. Y aquéllos, los gobernantes, perdidos en el laberinto de la orfandad que se crea cuando no hay liderazgos y cuando los partidos se convierten en meras plataformas electoreras.

De ahí emergen las complicaciones –a veces graves complicaciones- para encontrar la senda de la recuperación económica, la senda del abatimiento del desempleo.

No veo a mi país hundiéndose irremediablemente. Pero sí en un complicado fragor por evitarlo, un empeño casi que titánico en las circunstancias presentes. Veremos días de tensión y desafíos cuando llegue la hora de las definiciones en la Presidencia de la República y en la Asamblea Legislativa en torno a las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.

Es para recordar –que no para comparar- al presidente Juan Rafael  Mora en su segunda proclama el 1 de mayo de 1856: “Ha llegado el momento que os anuncié…”

(*) Álvaro Madrigal es Abogado y Periodista

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7 COMENTARIOS

  1. Ineptitud en el manejo de la pandemia?, comparado con que?.
    Otro opinologo que ahora resulta experto en manejo de pandemias.
    Don Álvaro, ilustrenos con su experiencia en manejo de pandemias y díganos cómo aplanar la curva del contagio y desempleo, ya que parece usted lo tiene solucionado!.

    • Este iduota cree que los epidemiologos no se venden por plata….vaya e investigue para que se de cuenta de la realidad…sos un titere que le cree a mentirosos con titulo. Gracias a maes como usted este mundo esta hecho miercoles

  2. Lo duda que se ha hecho un mal manejo de la Plandemia , además del terror que el gobierno junto con la CCSS , ministro de salud nos han metido para arrodillar al pueblo en una dictadura sanitaria,el ministro Salas es el veterinario anti ciencia que debería renunciar junto con Macaya, Carlos Alvarado ,parece que algunos ignorantes pasan pegados de los desinformadores terroristas alineados al gobierno,el canal 7 , Repretel y la nación ,no se informan de otros médicos internacionales , hasta premios nobel de la medicina están desenmascarando la PLANDEMIA, muy seguro deben ser cómplices de esta mafia los que defienden al mafioso de Salas.

    • Los artículos 367 de la Ley General de Salud, 34 de la Ley Nacional de Emergencias y Prevención del Riesgo y 95 bis de la Ley de Tránsito; establece que las medidas que restrinjan derechos o libertades, como la restricción vehicular o el cierre de negocios, no podrán exceder el plazo de 5 días naturales. una evidencia más de que estas medidas que se plantean como temporales se pueden tornar arbitrarias e injustificadas.

  3. Nunca me imagine que este pueblo fuera tan fácil de manipular , engañar y aterrorizar,sabiendo que este es un gobierno corrupto y dictador ,que son capaces hasta destruir su propio país,lo peor de todo es un pueblo cobarde, e incauto , que no cuestionan nada , confianzudos,ahora sufran las consecuencias de lo que viene,porque estamos a las puertas de Nuevo Orden Mundial

  4. Advierte Contraloría
    Los actos de corrupción podrían aumentar durante la época de la pandemia producto de la toma de decisiones a puertas cerradas por parte del gobierno, menciona la Contraloría General de la República (CGR) en un análisis de la situación del Estado durante la emergencia sanitaria.

    “Durante la pandemia el aumento en la discrecionalidad en la toma de decisiones públicas podría implicar una sustitución transitoria de los controles administrativos tradicionales que han sido diseñados para situaciones de mayor estabilidad, propiciando riesgos de corrupción”, aduce el documento.

    Precisamente, hace algunos días la Fiscalía Adjunta de Probidad, Transparencia y Anticorrupción dijo que durante 2019 se presentaron 100 acusaciones con solicitud de apertura a juicio por delitos de corrupción, número que es mayor cinco veces a la cantidad registrada en 2015.

    “Por lo tanto, la gestión a nivel de sector público de dichos riesgos constituye un insumo esencial para la toma de decisiones ágil, oportuna y estratégica orientada al logro de los objetivos, así como a la prestación continua de los servicios públicos y su viabilidad financiera en el futuro, más aún en un contexto de tanta incertidumbre”, agrega el ente contralor.

    La Contraloría insiste en que se debe tener una mayor apertura por parte de los órganos públicos para así garantizar la transparencia y combatir la corrupción.

    “A mayor discrecionalidad, mayor riesgo de corrupción y eso el gobierno lo propicia desde el principio de la pandemia, en decisiones que ha tomado, ya llevamos 6 meses y el ambiente es ‘nosotros tomamos las decisiones y sabemos qué es lo que hay que hacer’”, considera el politólogo Alejandro Barahona.

    Según el analista, la CGR coincide en su criterio, ya que opina que la democracia no se cuida si hay hermetismo en la toma de decisiones, porque al final se debilitan los derechos de los ciudadanos.

    CUESTIONAMIENTOS

    Durante la emergencia nacional el Ejecutivo se ve envuelto en una serie de cuestionamientos que inclusive hasta ponen en tela de duda la veracidad de los datos brindados en las actualizaciones de contagios.

    Rezagos en la entrega de órdenes sanitarias, pérdida del rastro de los pacientes recuperados, personas que no pudieron acceder al sistema de salud y falta de coincidencia en las estimaciones con respecto a las medidas sanitarias forman parte de los cuestionamientos.

    “Con las restricciones es más cómodo gobernar sin los contrapesos como la Contraloría, Asamblea o medios, ir en contra de lo que plantea el gobierno es antipatriota y pone en riesgo al país”, opina Barahona.

    También la polémica y fallida compra de equipamiento médico en la Caja del Seguro, la adquisición de mascarillas que nunca llegaron al país, se suman a aspectos que debilitan la credibilidad de los ciudadanos hacia las instituciones del Estado.

    “Adicionalmente, es necesario alcanzar niveles altos de transparencia fiscal, de forma que se dé una apertura hacia la ciudadanía de toda la información relativa a la política fiscal y el estado de las finanzas públicas, bajo principios de integridad, claridad, confiabilidad y pertinencia en la información que se provee para tal efecto”, dice la Contraloría.

    El politólogo concluye, por su parte, que el Ejecutivo no ha mostrado tener la capacidad de tratar la crisis económica y las repercusiones sociales que deja la emergencia nacional, solo se centra en toma de decisiones sanitarias y restrictivas.

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