viernes 29, marzo 2024
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El valor de una sonrisa: Médicos cubanos por el mundo

La propaganda orquestada desde los EEUU dirigida a desvalorizar el trascendental significado de la labor de los médicos cubanos por todo el mundo, tiene dos grandes vertientes: ignorarla en los grandes medios de comunicación o denigrarla con falsedades y burdas manipulaciones.

Esa actividad anticubana se inscribe  en una serie de hechos notablemente raros que cobran vida en las campañas mediáticas promovidas por las agencias estadounidenses: una oposición “moderada” que hace la guerra montada en vehículos con armas pesadas, una oposición “democrática” que emplea métodos terroristas para hacerse con el poder, la moda de las autoproclamaciones con presidentes que no son elegidos, la proliferación de defensores que nadie pidió, las auditorías “independientes” que dependen de una manipulación financiada, las listas de países que promueven el terrorismo donde incluyen a países que defienden la paz y el multilateralismo, y muchos otros,  después de los cuales un huracán de fake news busca naturalizar esas narrativas contra natura que sirven de cobertura para justificar nuevas acciones en función de esos intereses hegemonistas.

Y lamentablemente logran en diferentes ámbitos formar matrices de opinión que estereotipan negativamente la labor humanitaria del personal médico cubano. Recuerdo una ocasión en República Dominicana, después del devastador terremoto de 2010 en Haití, que comenté en conversación informal con un grupo de investigadores y comunicadores que desde 1998 cuando el terrible huracán Georges arrasó ese hermano país, permanecía –y sigue hoy- una brigada formada por cientos de médicos y personal paramédico que venía atendiendo al 60% de la población haitiana y que fue la primera ayuda internacional en el momento del terremoto simplemente porque ya estaban ahí.

Mis interlocutores se confesaron tan asombrados como totalmente desinformados, algo más desconcertante aún, porque comparten con Haití la isla de La Española. A tal punto llega el efecto del apagón informativo, una práctica tergiversadora de la verdad que viene sembrando mentiras desde que la primera misión médica cubana partió hacia Argelia en 1963. Cuba, ya bajo el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos y sufriendo el éxodo de médicos como resultado de las presiones del gobierno estadounidense, iniciaba entonces con energía revolucionaria el ambicioso programa de desarrollo de la salud pública e inauguró así –con esa primera misión médica a Argelia- la práctica de compartir solidariamente lo que tiene, no lo que le sobra.

Son ya 57 años, durante los cuales los médicos cubanos han prestado voluntariamente servicios que hasta el pasado 2019 habían abarcado a 134 países. En ese más de medio siglo la continuada labor solidaria de la medicina cubana por el mundo emerge por entre la maleza de la desinformación y la mentira con la limpieza de inobjetables estadísticas: los médicos, enfermeras y personal técnico de la salud han realizado más de 420 000 misiones internacionalistas. Es común en Cuba tener algún amigo, familiar o vecino que ha participado o esté participando en tan noble tarea. Y los resultados no requieren adjetivaciones: la medicina cubana en el mundo ha salvado la vida a más de 9 millones de personas, han ofrecido 1900 millones de atenciones médicas, han recibido a 4 millones de bebés y han realizado 14 millones de operaciones quirúrgicas.

La política anticubana de sucesivas administraciones estadounidenses practica la presión para boicotear en el mundo esta noble labor y han logrado que países como Brasil, Bolivia y Ecuador, terminen anulando la cooperación médica con los más disímiles argumentos espurios. Ello ha repercutido obviamente en la economía cubana ya castigada brutalmente por el bloqueo, pero el efecto más negativo es el de cientos de miles de compatriotas latinoamericanos que se han quedado sin atención médica lo que evidencia la despreocupación de los gobiernos pro-norteamericanos que ostentan hoy el poder en esos países. No pensaron en su gente, no les interesa la salud de su pueblo. Siempre pienso en las vidas que esos profesionales de la salud cubanos habrían salvado hoy en esos países enfrentando la pandemia de la COVID19.

La propaganda anticubana magnifica y maquilla las historias de vida de quienes han optado por quedarse trabajando en otros países, insiste en que los médicos cubanos son esclavizados por el Estado revolucionario, también emplean abiertamente la mentira diciendo que son agentes de la seguridad del Estado, que no tienen los conocimientos necesarios, y muchas otras falsedades.

No hablan de la inmensa mayoría que son los que regresan a Cuba orgullosos de haber cumplido su humanitaria misión, de los que han repetido una, dos, tres y más veces su participación internacionalista siempre regresando a su Patria,  de la estricta voluntariedad que prima en esos convenios. Los que se hacen eco de las falaces campañas mediáticas y políticas norteamericanas muy probablemente sean incapaces de entender que para los profesionales de la salud de Cuba, como para el Estado, el pueblo cubano, y nuestra Constitución, la salud no es una mercancía.

Pero ya lo dice el refrán “para decir mentiras y comer pescado, hay que tener mucho cuidado” y he aquí que cuando la actual pandemia de la COVID19 se enseñoreó en el planeta decenas de países, incluidos algunos europeos, pidieron la cooperación del Contingente Henry Reeve, especializado en situaciones de desastres naturales y graves pandemias, que tiene entre sus experiencias el combate al cólera en Haití y contra el ébola en África a solicitud de La ONU y la OMS.

Y nuevamente las estadísticas no necesitan adjetivaciones: el pasado mes de septiembre cuando ese contingente cumplió 15 años de fundada por Fidel, más de 3800  profesionales cubanos de la salud, en su mayoría mujeres habían partido voluntariamente a combatir la COVID19 por el mundo y en los primeros cinco meses de la pandemia habían salvado la vida de más de 12000 personas y atendido a más de medio millón en 39 estados del planeta, en 33 de los cuales continúan hoy combatiendo esa peligrosa virosis.

Entre las grandes movilizaciones de médicos cubanos en el mundo, estuvo el programa Más médicos en el que participaron en un período de 5 años alrededor de 20 000 profesionales cubanos de la salud, cumpliendo un convenio entre los gobiernos de Brasil y Cuba con el concurso de la Organización Panamericana de la Salud. El boicot del actual gobierno brasileño exigiendo cambiar los términos acordados originalmente hizo que Cuba se viera en la necesidad de retirar de ese país los cerca de 8 000 colaboradores cubanos de la salud.

Muy recientemente, el gobierno estadounidense bajo amenaza de retirar su aporte financiero a la OPS, impuso una denominada “revisión externa”, algo extraño, extemporáneo y ajeno a las normas de ese organismo, cuestionando el exitoso programa Más médicos. Conforme a la prepotencia del accionar estadounidense dicha “revisión externa” la hará una firma estadounidense y los objetivos de tal revisión han sido definidos por imposición del gobierno estadounidense. No hay que ser muy inteligente para entender el propósito y presagiar los resultados de dicha iniciativa.

La tardía preocupación que el gobierno estadounidense tiene hoy en relación con la pertinencia del programa Más médicos habría sido bienvenida cuando se estaba coordinando el legítimo acuerdo, pero para ver en qué podrían ayudar a su mejor desarrollo a favor de la salud del pueblo carioca.

Por el entramado de mentiras y falsedades de las campañas propagandísticas anticubanas la verdad se abre paso impulsada por el abnegado trabajo del personal médico cubano y se multiplican diariamente las voces que piden para el contingente médico Henry Reeve el Premio Nobel de la Paz, que se prestigiaría enormemente si se le concede en esta ocasión a esos médicos cubanos, como piden las cada vez más numerosas voces que apoyan su nominación. Un apoyo que nace del elemental sentido de gratitud; nobleza obliga.

Pero el personal médico cubano que a riesgo de su salud y de sus vidas ha protagonizado verdaderas hazañas ya se siente más que premiado con el agradecimiento de aquellos a quienes ha salvado de la muerte, ha devuelto la salud, la visión, la alegría de vivir. Su sonrisa es un premio noble de la paz, el amor y la amistad.

(*) Darío Machado Rodríguez, Licenciado en Ciencias Políticas y Doctor en Ciencias Filosóficas. Preside la Cátedra de Periodismo de Investigación y es vicepresidente de la cátedra de Comunicación y Sociedad del Instituto Internacional de Periodismo José Martí.

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1 COMENTARIO

  1. NADIE ni NADA, PODRA DESVALORIZAR EL TRABAJO DE LOS MEDICOS CUBANOS EN OTROS PAISES, y por el que reciben MENOS del 40% de lo que le pagan al Gobierno Cubano por el Servicio o Trabajo de esos medicos. Como argumentó Carlos Marx: La PLUSVALIA, es el VALOR AGREGADO por los OBREROS (en este caso las Medicos Cubanos) en este caso, LOS MEDICOS CUBANOS y que el GOBIERNO CASTRSTA se APODERA DE ESE VALOR o PLUSVALIA. NO HACE MUCHO TIEMPO, un ALTO FUNCIONARIO DE EDUCAION DIJO: «La Educacion en Cuba NO ES UN GASTO, ES UNA INVERSION».

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