También contarán con el delegado del MAS en cada mesa, posible por estar esa fuerza política en campaña para todos los cargos públicos.
Representantes de ambos movimientos expresaron su confianza en este método para controlar el proceso electoral, al que sumarán un sistema de consulta en línea para seguir la evolución de los comicios desde la apertura hasta el cierre de los centros de votación.
Sectores progresistas de Bolivia dudan sobre la transparencia del proceso electoral y denunciaron maniobras dirigidas a evitar una victoria del MAS, fuerza favorita según las encuestas.
El candidato a la presidencia del país suramericano por el MAS, Luis Arce, cuestionó el trabajo del Tribunal Supremo Electoral y su silencio ante cuestiones tan importantes como el nuevo sistema de conteo de votos, conocido como Difusión de Resultados Preliminares (Direpre).
La vocera del MAS, Marianela Paco, denunció que también atenta contra el proceso el retorno de los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), y la custodia de las actas por parte de militares y policías.
La OEA dio lugar al golpe de Estado de 2019 cuando aseguró que en las pasadas elecciones hubo fraude sobre la base de resultados incompletos del conteo de votos.
Entonces el presidente electo, Evo Morales, se vio obligado a dimitir para evitar choques violentos entre sus seguidores y defensores de la democracia, y las fuerzas de la derecha nacional, apoyadas por el ejército y la policía.